Habitación 503 (# 2 Temporada) EN EDICIÓN

Capitulo 17: "Vivir con la verdad"

Hola!! He venido por aquí para, principalmente agradecer los comentarios que me hacen muy feliz. También los votos... Gracias por no ser lectores fantasmas. Además... ¿Recuerdan todo lo que descubrimos en la primera temporada? Me pregunto si podrán descubrir más....

Amber PoV

Me pone impaciente ver la puerta cerrada frente a mis narices pero solo de apoyar mi mano al picaporte me entran escalofríos. Golpeo una vez más suspirando mientras Emily no deja de sonreír con la pequeña maleta entre sus manos, que parece una niña muy puesta en azúcar.

La puerta se abre, y de forma disimulada seco la pequeña gota de sudor frío que me resbala por la sien al ver el Interior de la habitación recordándome a su dueño.

—Podemos quedarnos más rato si quieres —Marcus se rasca la nuca saliendo de allí a paso lento mientras Jason le pasa por el costado a toda velocidad, agradezco su gesto, pero me cuestas muchísimo estar de pie en esta casa sin ponerme de mal genio o angustiada, y supongo que para nuestro rubio amigo y él debe ser igual de doloroso.

—La verdad es que —el pelirrubio me estrella contra su pecho y me quita el aire de los pulmones. Enarco las cejas ante su gesto extraño, no soy rehacía hacia el afecto, pero me ha cogido por sorpresa — Quisiera irme en cuanto antes

Jase afloja el agarre y me deja ir, observo a Marcus fijamente pero el chico se limita a encogerse de hombros, como si no supiese de donde salió la muestras de afecto. Guardo silencio en el ambiente tenso y un poco inexplicable, les hago seña para que salgan por la puerta trampa, les tiendo la pequeña llave para que echen candado y la vuelvan a ocultar.

—Será mejor que le avise a mi madre que voy a marcharme...

—Te acompaño —Marcus da un paso hacia mi pero lo detengo, poniendo una mano en su fornido pecho

—Ve con ellos, procura que no se maten... Deberás recoger tus cosas, Emily y yo ya empacamos

Asiente, y me besa la mejilla. Eso es lo que me gusta de Marcus, sabe bien como me siento por dentro y no me presiona para que hable o actúe de tal o cual forma.

Bajo las escaleras a paso lento arrastrando las maletas intentando no matarme con los tacones. Doy vueltas por la casa entera pero mi madre parece no estar aquí, hasta que la veo de pie en la puerta trasera.

Frota la espalda de una mujer pelirrubia que luce tan angustiada como mi propia madre, estoy casi segura que no la he visto en toda mi vida pero entonces, por sobre el hombro de la viuda me fija la mirada y sé que he visto esos ojos verdes en otro momento. Las dos mujeres parecen incómodas cuando notan mi presencia, inclusive algo torpes

Algo en mi memoria cobra sentido y me quedo de piedra

>>Entro a la casa envuelta en llanto, Chease me empujó de mi bicicleta y tengo la rodilla pelada cubierta con una bandita de primeros auxilios que Sandy ha puesto ahí. Amo a mi hermana, siempre me presta sus muñecas y me ayuda cuando Chease nos hace cosas malas.

—¿Mamá? —llamo sorbiendo mis mocos en la manga. Sé que no tengo que hacerlo, pero Berta la nana no está cerca para darme un pañuelo y yo sola no alcanzo a la estantería por uno —¿Mami ? —llamo de nuevo cuando la veo de pie en el porche hablando con una señora

—Tu rodilla llora rojo —me asusto cuando el niño con el cabello amarillo me habla, tiene los ojos muy verdes y me enseña una sonrisa que le falta un diente

—Mi hermano me hizo caer —confieso

—Yo no tengo hermanos —se encoge de hombros —Sólo tengo una tortuga —se detiene —o tenía... Creo que la he matado

La señora con la que habla mamá se acerca a nosotros y toma la mano del niño

—Dile adiós cariño nos vamos —la señora tiene los ojos muy verdes también y parece muy cariñosa, me gustaría que mamá fuera así también.

—Amber —mamá me habla siempre de la misma forma, como cuando Berta esta por reprocharme algo. Me paro junto a mamá que tiene agua en sus ojos, parece muy triste. La señora del pelo amarillo se detiene frente a nosotros y me mira por largo rato, como si quisiera decirme algo, luego mira a mamá

—Realmente lo siento. Pero creo que todos debemos vivir con la verdad —mamá dice que si con la cabeza y la señora se marcha a su auto. El niño de los ojos verdes me dice adiós con la mano y mamá se mete en la casa llorando muy, muy fuerte<<

—Amber...—mi mente abandona el extraño recuerdo, haciéndome caer en la cuenta de donde estoy y que vine a hacer

—Sólo quería decirte que me marcho de nuevo a la universidad. No me siento bien estando aquí

La pelirrubia gira el rostro como si quisiera evitar que la observe, se retira dejándome sola con mi madre.

—Seria muy cruel de mi parte pedirte que te quedes... Sobre todo después del infierno que has pasado aquí

Me acerco a ella y me sorprende enredandome entre sus brazos y besando mi frente. Mi madre nunca ha sido una persona cariñosa

—Por favor... Llévate el auto de tu padre —pide y la observo fijamente —Que carguen el costo de la cochera a mi cuenta, no importa. En estos días me haré cargo del papelerio.

—Gracias —arrastro mi valija por la puerta trasera y camino hasta encontrar a los chicos junto a los restos del gnomo verde que he hecho pedazos hace un rato.

—Pues yo le daría cristiana sepultura... No sé cómo es el entierro de un gnomo —Jase nos mira —Quizás Emily con su altura nos pueda ayudar, Dinos Emily ¿Como son los entierros de tu gente?

Ruedo los ojos sin querer oír la pelea estúpida que han desatado, en serio, si me siguen haciendo rodar los ojos quizás con una brisa de viento me quede así para siempre y todo será su culpa.

—Nos marchamos a casa, bueno, no tenemos casa pero si residencia —enseño las llaves del coche y todos sonríen mientras me siguen el paso hasta donde he aparcado. Cargo mi valija y la de Emily en el maletero y nos metemos los cuatro en el coche.

Cuando salimos de la gran mansión Jase parece estar inquieto y estirar su cuello por sobre mi asiento

—Si no te quedas quieto aquí te quedas porque sé bien como manejar un auto —pero no me responde. Se limita a mirar a Marcus

—Yo también creo que ese era el coche de tu madre Jase —las miradas de los chicos me asustan y Quito los ojos de la carretera para observarles