Capitulo 67: "Nunca te detengas"

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Yo, desnuda. Él, vestido
Yo, asombrada. Él nervioso

Su mano viaja a mi boca antes de considerar el hecho de decir algo o replicar que se ha metido a la ducha conmigo desnuda y mojada acorralada por su cuerpo. En mi breve intento por safarme de su agarre mis pies resbalan el piso mojado y su brazo libre enrieda mi cintura para evitar mi caída.
Desnuda, mojada, torpe y cohibida ¡Vaya combinación para estar en la ducha con Marcus! Sus labios se acercan a mi oreja tanto, que al hablar roza mi lóbulo produciéndome un escalofrío.

–No estamos solos...

Durante un segundo creo que habla de eso que hay en sus pantalones pero entonces caigo en la cuenta, al oír un par de cosas caer en la habitación de lo que habla. Me abanico el rostro acalorada por la idea que acabo de tener mientras su nariz roza mi cuello y su cuerpo presiona más el mío. La puerta del baño es abierta y mi mano en puño se aferra con fuerza al polero del muchacho. Tras un breve instante de nervios la puerta se cierra de nuevo, algo cae una vez más en el cuarto y un nuevo click -de la puerta principal- nos hace separarnos.

Jadeo, llevándome una mano al pecho mientras el castaño sale del cubículo pasándome una toalla la cual enriedo a mi cuerpo sin mediar palabra. Mis pies se arrastran por el suelo dejando un rastro de agua a mi andar pero a decir verdad me da igual. Me siento en la cama.

— Jodida mierda — Marcus rompe el silencio dejando caer sus hombros, dándome la espalda, hecho que agradezco mientras me subo las bragas  maniobrando no dejar caer mi toalla.

Ni Jason ni Emily pueden haber sido los responsables de entrar ya que, después del incidente de la puerta atascada hace cosa de hora y media tuvimos que cambiar la cerradura, quedándonos con una sola copia de llave lo que obliga a los dos ausentes a golpear la puerta para poder entrar. Entonces... ¿Quien ha abierto esa puerta así como así?

— No le digas a Jason — es todo lo que escapa de mi boca mientras me pongo de pie — No quiero que estos juegos paranoicos le asusten

El castaño me observa como si de repente me hubiesen salido dos cabezas.

— Esto ya no es un juego Amber ¿Quien sabe que podría haber hecho esa persona que vino si te encontraba aquí? Raya lejos de ser un juego

— Problema mío lo que hubiese ocurrido.

— ¡Claro que no! Piensa en el resto — en dos zancadas se encuentre frente a mi, más cerca de lo que querría, tanto casi, como en la ducha.

— Lo dices como si a ti te importara

— ¿Te crees que no? — su respiración choca con la mía y lo he decidido. Hasta aquí llegó mi autocontrol.

Acorto la distancia entre nuestros labios y presiono allí. Mi lengua roza su labio inferior y en seguida su boca me da paso permitiéndome devorarle a mi gusto. Mi mano derecha viaja a su nuca y tiro del cabello justo allí mientras su cuerpo me aprisiona contra la pared. La toalla resbala pero no me importa no puedo pensar, he perdido todo el poco control que me queda. Las manos del muchacho se envuelven en la parte trasera de mis muslos para levantarme, haciendo que mis piernas abracen su cintura y la presión en nuestras partes más íntimas aumente. Tomó una bocanada de aire cuando sus labios se despegan de los míos, y desciende por la longitud de mi cuello mordisqueando en mi clavícula. Gimo, atontada y extasiada cuando su frente se reposa en mi pecho y jadea por aire.

— Por favor detente — pide mientras entierra los dedos en mi cintura.— Detente ahora o yo no podré hacerlo después

— No lo hagas Marcus, nunca te detengas — tiro de su barbilla y beso con ansias su boca de nuevo.

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¿Cuantas esperaban esto? A que fui buena?

Habitación 503 (# 2 Temporada) EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora