Capitulo 40: "Golpe"

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La mesa del bar en la que estamos es lo suficientemente grande como para que quepamos los seis. Se nos han ido más de la cena y algunas bebidas oyendo las historias de viaje de Ría y Luna, sobre cómo se conocieron en una camioneta con gallinas que las llevo a Los Angeles una vez que hacían dedo y luego de allí su camino se hizo el mismo. Por supuesto que en todo el rato, también le he puesto al día sobre cómo mi vida tragicómica ha dado un giro luego del Green Reformer School

—No sabía que podía matar a un conejo de un infarto. Lo siento —Jase se disculpa con la castaña bebiendo de su cerveza —Además ¡Sólo salte cerca de él y dije hola!

—Bueno, esa cara podría matar a cualquiera hermano. Jason Stevens, asesino serial de tortugas y conejos—Marcus se burla y soba la espalda de Emily —Siento que tu conejo, ya sabes... Haya estirado la pata

Los ojos castaños de Emily fulminan a los dos chicos, y aproxima sus dedos a por la bebida que tiene enfrente, sin embargo, mis movimientos rápidos se la arrebatan y me la bebo de un trago antes de que pueda reprochar.

—¿Qué haces? —suelta apretando los dientes cerca de mi oído mientras Jason cuenta una vez más la historia de cómo él y Marcus mataron a su tortuga cuando eran niños.

—No he olvidado lo que dijiste esta mañana... Hasta que el tomate no se haga salsa no vas a beber una gota de alcohol ¡Imaginate si hay una semilla ahí!

—Eres un asco, Amber —arruga su frente —déjame olvidar bebiendo un poco

—No señorita, no quiero una especie de sobrino alcohólico de útero ¡Seria como Jase ebrio todo el día! No podría con ello. Entraría en una crisis, me pondría obesa y me haría una recolectora de esas que salen en la televisión y todo eso sólo porque tú has bebido más de la cuenta en tu embarazo

Una línea cruza su frente y suspira rodando los ojos.

—Está bien, no beberé, pero creo que ha sido suficiente para ti también.

—Yo sé cuándo es suficiente —le corto y vuelvo a meterme en la charla con las dos chicas que disfrutan sus vacaciones.

He bailado más de siete canciones a todo ritmo sin reproche y los pies me están matando. Resoplo cuando la tercer botella de cerveza descansa vacía entre mis dedos y me paso el dorso de la mano por la frente sintiendola perlada de sudor. Las manos de Marcus están enredadas en mis caderas y sonrio aliviada de sentir su roce, sin embargo mi pequeña vejiga comienza a hacer reclamos.

—El pipíroom me llama —le hago saber antes de emprender marcha entre el gentío. La salida y el baño no están a más de unos veinticinco pasos, o quizás veintisiete podría haberme concentrado en contar si la tipeja del escote no me hubiese empujado, pero da igual.

La suerte esta a mi favor al regalarme un putrefacto baño vacío, así que termino más rápido de lo esperado y me detengo sobre el lavabo para enjuagar mis manos. Levanto la vista a través del espejo, encontrándome con la misma tipeja del empujón y frunzo el ceño... Me recuerda a Jessica Rabbit todo por un dólar...

—Tú eres Amber, ¿Cierto? —se ve nerviosa, y mira hacia todos lados, abro la boca para responder mientras asiento con la cabeza —¡Marcus me envió por ti!

—¿Marcus..? —me seco las manos en mis muslos cubiertos por los jeans mientras me fuerzo por enfocarle la vista —¿Y tú quien eres? ¿Por que no vinieron..? —Me corta dando un paso al frente y sujetandome fuerte por el brazo

—Está en problemas, vienes o te quedas. No tengo todo el día

No me deja responder algo cuando sigo sus pasos, su mano sigue engarzada a mi muñeca y tira rápidamente de mi. Me pregunto en qué se ha metido ahora, en dónde están mis amigos pero ya estamos fuera del club y no hay nadie aquí.

—¿Donde está...? —giro sobre mis propios talones desorientada, todo está vacío y la fulana a mi lado se ve relajada

—Ah... Por allí, cruzando la calle

Mete mano a su escote y saca una cajetilla de cigarrillos para prenderse uno y darle una calada sin siquiera fijarme la vista. Vuelvo sobre mis pasos dispuesta a volver por donde vine sin embargo la estúpida puerta no tiene manija para tirar de ella.

Emprendo camino hacia donde señaló, en busca del chico y de mis amigos aún así hay algo en toda esta situación que no termina de tener sentido y la soledad del lugar no hace más que picar en mi preocupación. Me detengo un segundo volviendo la vista sobre mi hombro a punto de cruzar la calle, y veo la puerta abrirse nuevamente dejando ver a Marcus y a Jase correr hacia mi

—¿Que demonios haces aquí? —el castaño llega a mi lado confundido, mientras yo les observo desentendida

—Una tipa dijo que la enviaste por mi, que estabas en problemas... No lo sé

Los chicos intercambian una mirada y algo en mi pecho se estruja fuerte.

—Será mejor que vayamos a casa. Hay gente muy rara por aquí

Quiero decirle que no, que no voy a desperdiar la noche con mi mejor amiga que lo que acaba de ocurrir no tiene sentido pero no me importa, quizás sólo fue una coincidencia y buscaban a otra Amber, pero él no me deja hablar ya que intercambia monosílabos con el pelirrubio.

Su mano empuja la parte baja de mi espalda mientras cruzamos la calle. Jason ha vuelto sobre sus pasos en busca de los demás, y todo pasa muy rápido. La mano que parecía querer guiar mi camino me empuja de forma desesperada hacia delante y caigo de bruces metros más tarde oyendo un golpe sordo y el grito de Jason

—¡MARCUS!

Habitación 503 (# 2 Temporada) EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora