Capitulo 12: "Taz"

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Jase esta sentado en el borde de la cama con el pequeño animal sobre su Palma, mientras Amber se pasea de un lado a otro sin estarse quieta. Tiene en sus manos un cepillo de ducha bastante largo, me pregunto cuanto tiempo más tardará en golpear a mi amigo con él.

—Y así como así, nunca pensaste que quizás no nos gustan los gatos.. ¿Verdad? —da un paso atrás viendo fijamente al muchacho

—Bueno, la verdad es que creí que... Estarían contentos con una mascota— baja al pequeño gatito al suelo

—¡No, por los siete infiernos! ¡Levanta esa cosa! — La chica grita y salta sobre la cama

—Amber.. es solo un gato

—Odio los gatos, y los gatos me odian —achica los ojos y salta sobre mi espalda para que la cargue cosa que hago sin pesar

—Bueno pues, este lindo gatito te quiere —el pelirrubio se apunta así mismo con los pulgares y sonríe, a la par que el pequeño animal se detiene junto a mi pie y maulla mientras parece observar a la chica en mi espalda

—Tú... Tú eres un... Ser despreciable, y abominable que ...

—Que te dió sus pantalones Edwon, me debes la vida. Así que como favor, convives con michifus

¿Le has llamado michifus ?me carcajeo sosteniendome el estómago, es como llamar a un perro "cachorro" un nombre ridiculo y carente de originalidad.

—¿Como quieres que le llame?

—Podría llamarse demonio, abominación, bola del infierno,  o... —opina Amber

—Podríamos llamarlo Taz —opino —por el demonio de tazmania

—Sigo sin entender por qué el demonio no está contigo en tu cuarto, porque aunque no lo utilices, y gastes tu inservible tiempo aquí, estoy bastante segura que tienes uno

—Porque el ñoño que convive allí es alérgico

—Y eso me importa a mi por que...

—Porque ese ñoño iba a ser tu compañero de habitación hasta que le obligue a cambiarme —respondo por mi amigo suspirando.

Jason sonríe haciendo notar su victoria

—Tu me debes la vida —apunta a Amber —y tú también —sonríe de forma menos arrogante porque literalmente a él le debo mi vida, y no suele jugar esa carta hasta llegar a un punto máximo de desesperación  —Así que como forma de pago, le dan asilo y comida a mi pequeño Taz, y como esta es mi segunda casa puedo darles una mano de vez en cuando

—Podría patearte hasta dejarte estéril y hacerle un favor a la sociedad... —gruñe Amber bajándose de mi espalda.

—Lo que digas Chewbaca

(...)

Quito la vista de mis apuntes por décima vez en menos de cinco minutos para desviarla al móvil de Amber que no ha parado de vibrar sobre la estantería. Rara vez la chica de mi lado, desvía la vista de su libro para dirigirle una mirada envenenada como si con eso el aparatejo comprendiera que, tiene que dejarla en paz.

Vibra de nuevo y suspiro

—¿Y si respondes de una vez? —pregunto algo exasperado

—No tengo ganas de escuchar palabras de consuelo de un dolor que, quizás ni siquiera esté ahí

—Amber...

—No, nada de "Amber..." —imita mi voz y rueda los ojos —Es mi padre... Tu sabes.. quizás tan solo es un engaño para estar más tiempo con su amante

La observo, y noto que niega repetidamente. Lo está negando.. esta negando dentro suyo la muerte de su padre, y sonríe falsamente en mi dirección.

—Supongo que eres tú quien lo conocía.. —intento dejar el tema en su lugar tan solo porque no pretendo causarle dolor, pero aún así me mantengo cerca para poder amortiguar su caída.

—Falta poco para tu cumpleaños —cierra el libro entre sus manos y lo deja a un costado de la cama sonriendo de forma dulce

—Estaba pensando en ir a casa a pasar el fin de semana —me encojo de hombros —tú sabes... Comida de verdad, ver a Emily, mi madre, Jerry y los siete perros

—Oh —una línea cruza su frente y mira a ambos lados de la habitación como si estuviera perdida.

—Mamá estaría encantada de recibirte en casa —me apresuro a decir —mi cumpleaños no sería lo mismo sin ti haciendo un poco de bullyng para mí

—No lo sé...

—Vamos... Mi madre te adora —la envuelvo entre mis brazos y le beso en la sien.

—De acuerdo, sólo porque no quiero verte lloriquear cuando te despidas de mi —ríe, y empuja los apuntes que nos rodean a ambos en la cama

—Tú eres la llorica de los dos

Golpean la puerta, y nos observamos fijamente, preguntándonos al mismo tiempo quien podría ser.

Jason seguro que no.

La muchacha se pone de pie, y se dirige hacia la puerta, oigo entonces el gemido que escapa de sus labios y se desliza contra la pared hasta el suelo. Esta cayendo, esta sintiendo el dolor

Habitación 503 (# 2 Temporada) EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora