Capitulo 61: "Lejos"

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Amber PoV

Suspiro caminando por el pasillo de la residencia, desistiendo de comunicarme con mi madre por el episodio de la caja de ayer. Jase se ha mostrado ésta vez más susceptible a las demás, incluso se ha quedado a dormir en mi habitación a pesar de las veces que me negué. Observo la pantalla de mi celular cuando vibra entre mis manos.

"MAÑANA ESTARÉ INSTALADA EN LA RESIDENCIA VECINA!!! 😁😜😜😜🎉🎆🎉🎆🎉🎆🎉🎆 "

Las mayúsculas y el exceso de emojis me hacen saber de antemano que es Emily quien escribe y sonrío porque he pasado dos días lejos de su despistado trasero y ya le extraño. A pesar que no he levantado la vista del móvil se a ciencia cierta que estoy a pocos pasos de mi habitación cuando golpeo con el cuerpo de una chica.

—¡Fijate donde caminas!—tiene la voz chillona y paso de responder de mala forma porque, ha sido error mío llevarla por delante.

—Lo siento —no parece querer moverse de su puesto que es, por cierto, en la puerta de mi habitación así que le rodeo. Cuando estiro mi mano para depositarla en el pomo la puerta se abre, golpeándome el olor del perfume de Marcus mientras éste sale con aires de galantería pasando por mi lado, casi sin dedicarme una mirada. Le observo perpleja ¿En serio no va a mirarme? Saluda a la castaña a mi lado y emprenden camino. Jase se asoma por la puerta mordiendo una manzana señala la escena que nos está abandonando.

—Crecen tan rápido. Espero que recuerde cómo ponerse un condón. Papi Jase está orgulloso.—finge secarse unas falsas lágrima y me apresuro a cogerlo por el cuello de su sudadera.

—Dime que no tiene una cita, y tú no estás insitandolo a terminar con un revolcón...

—...Si tienes razón ¿Debo guardar silencio para que no me golpees?

El "Crash" de mi corazón hace eco en mi cerebro y aprieto el agarró de la ropa con más fuerza.

—Creí que estabamos del mismo bando... —abro la palma frustrada, decepcionada de los hechos que me rodean.

—Mira Amber, tú eres mi hermana y él es mi amigo, así de patán y todo. Si el te hiciera sufrir, ten por seguro que le bajaría hasta las muelas de juicio de un sólo golpe. Pero el hecho aquí, es que tú lo quieres lejos teniendo tus motivos claro, pero sigues queriendolo lejos. Deja que haga su vida, porque tiene derecho a ser feliz aunque tú no estés en ella.

La rabia me invade porque sé que tiene razón, no puedo ser tan egoísta. Tengo que tener una postura realmente fuerte si me mantendré en esa posición, aunque la decisión me pese como lo hace ahora.

—Bien, pero antes, una pequeña venganza. Y si le ayudaste a él, vas a ayudarme a mi

(...)

Jase levanta el dedo pulgar al otro lado de la barra de la cafetería. Bien. Ha tenido éxito sobornando al jefe para que me deje atender una sola mesa haciéndome pasar por su empleada, una chica rubia, que me recuerda a Sarah, una de los ángeles, me tiene el pequeño delantal Y sonrío con malicia tomando dos menús, y acercándome a la mesa.

—Bienvenidos a Rick's. Soy Amber y seré su mesera esta noche —la castaña me observa como si fuese un sapo de otro pozo mientras que Marcus no despega su vista de mi.

—No sabía que trabajabas aquí —dice el chico apretando con fuerza la mandíbula.

—Bueno, sólo por hoy. Así que están de suerte.

—La psicópata ex-novia es la mesera ¡Urra! —la castaña a mala gana arroja el menú sobre la mesa.—Quiero una ensalada y agua sin gas.

—Vale —simulo tomar nota —¿Quieres agregarle neuronas a tu plato?

—Un sándwich de pavo para mí. —me interrumpe el castaño.

-—La pechuga ¿La quieres en el pan o se la agrego en el sostén? —apunto con el boli a la chica que abre y cierra la boca como un pez fuera del agua. Decide entonces, ponerse de pie y me asombra lo rápido que he logrado mi cometido.

—Mira, Marcus. No quiero lidiar con locas, mi amiga Lacey se enrolló contigo cuando vivías en Collins Hills y dice que aún recuerda esa noche. En fin, si gustas probar. Llámame

La pequeña tarjeta es depositada en las manos del chico mientras la tía, sale por la puerta. Sonrío y me quito el delantal devolviendolo a su dueña, cuando siento la presión en mi brazo y cómo tiran de mi.

—¿Qué rayos..? ¡Chaval, has perdido un tornillo! —chillo histérica cuando mi espalda se estrella con la pared fuera de la cafetería.

— ¡Joder, que ya he perdido unos cuantos tornillos contigo mujer! Pon las cartas sobre la mesa, porque realmente no te entiendo. Sé que tú y yo tuvimos algo, esa parte me ha quedado clara pero no logro decifrarte a ti. Me quieres, me buscas eres simplemente tú y me siento un bobalicón que flota por los aires pero entonces te das cuenta, y me alejas de ti siendo una persona insoportable o besando a un extraño lo cuál me hace hervir la sangre, entonces dime ¿Que demonios quieres de mí?

Lo pienso unos segundos quedándome sin habla, cierro los ojos y los abro de golpe intentando tener toda la fuerza que realmente me hace falta.

—Te quiero lejos —escupo

—Entonces, créetelo —sus manos a ambos lados de mi cabeza terminan por encerrarme, su respiración choca con la mía y sus labios me envuelven de repente.

Habitación 503 (# 2 Temporada) EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora