Capitulo 68: "Golpe de horno"

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Soy una fiel defensora de "la toma de nuestras propias decisiones nos han traído hasta aquí" por eso todo lo que hago es acurrucarme sintiéndome torpe y pequeña.

—Jodido bastardo tu hamburguesa tardó casi media hora — Jason estrella el paquete en el pecho de Marcus quien se rasca la cabeza y se hace cargo — ¿Que hay contigo? ¿Estás enferma?

Escondo un poco más mi desnudez bajo las mantas, no existe momento cachondo sin que aparezca un pelirrubio a interrumpir por lo que me encuentro desnuda bajo mis propias mantas mientras todos se ponen cómodos para cenar en mi habitación.

— Creo que tiene fiebre — la mirada burlona del castaño se posa en mi — Estaba un poco caliente antes de que tú llegaras.

— ¿Y tú qué haces que no buscabas el termómetro? — Emily le observa con ambas manos en las caderas.

— Bueno, yo sí que buscaba un termómetro para darle... o algo así — susurra lo último — pero entonces ustedes aparecieron.

— Tienes las mejillas un poco sonrosadas — Emily da un paso hacia mi lugar y me encojo al tiempo que esquivo su toque — Vale, ¿Que tienes? ¿Ebola?

— ¡Ah, ya recordé! — el pelirrubio se lleva una fritura a la boca y frunce el entrecejo — ¿Por que Nikkie salió del edificio hecha una furia?

—¿Quien? — pregunto removiéndome en mi lugar, buscando a tientas con los pies mis bragas perdidas entre las sábanas

— Jessica Rabbit — Ems le da un mordisco a su hamburguesa y vuelve a hablar aún cuando puedo ver lo que próximamente será un bolo alimenticio — Chilló unas cuantas cosas incoherentes cuando le preguntamos qué hacía aquí.

Mi mirada se clava en la de Marcus quien me observa fijamente. ¿Es posible? ¿Existe una remota posibilidad de que Nikkie se haya metido en mi habitación? Me siento palidecer un instante, mientras siento que me recorre un escalofrío. El teléfono timbra en mi mesa de luz y mi mano escurridiza acepta la llamada procurando que cada manta permanezca en su lugar.

— Lo estoy logrando ¿Verdad? — aguanto la respiración mientras le oigo reír al otro lado de la línea. Pongo el alta voz — Nunca estarás a salvo de mi, haré que cada persona que conozcas, que te rodee te traicione y si no lo logro... Bueno, siempre estará la duda en ti ¿Verdad?

— ¿Ese es tu propósito? ¿Volverme tan demente como tú? Porque, entre nosotros Chaese, tú estás enfermo y sólo

— ¡Ahí es donde fallas pequeña genio! No estoy solo... por otro lado, veo que te sigue divirtiendo el juego de las escondidas

— Te juro que te acomodaré las ideas a los golpes estupido come mierda — la mandíbula del pelirrubio parece tensa y a punto de estallar. Decido colgar la llamada antes de dejar que las amenazas entre medio vayan a peor. Nos observamos los cuatro en el silencio, cuando el golpe en la puerta nos hace reaccionar.

— ¿Y si es él? — Emily se pone de pie y sujeta el brazo de su hermano, luce realmente aterrada y a decir verdad no la culpo.

— Voy a partirle la cara — Marcus da un paso al frente. Golpean la puerta de nuevo y observo a Jason desenchufar el horno de Sarah key — wo wo wo ¿Que crees que  haces?

— Tú abres la puerta y si es el jodido loco le doy el golpe de horno que le hace falta — hace una pausa y ríe — ¿Lo pillan? El golpe de horno... porque lo golpeo con un horno... y no está bien del cerebro...

— Claramente tú tampoco lo estás — digo enarcando una ceja.

— Algo en mi está muy preocupado por ese horno, así que baja eso. Ni de coña... esperen ¿Me convertí en un hornea pasteles verdad? — sus ojos castaños muy abiertos se pasean por nuestros rostros la puerta es tocada de nuevo. — Vale, a la cuenta de tres

La mano de Marcus es posada en el picaporte, aprovecho el momento de distracción para ponerme las bragas y es entonces cuando a la cuenta de tres tiran el picaporte recibiendo al invitado con un grito de guerra.

— Maldita sea — Jase sujeta con fuerza el horno entre sus manos — Casi te parto la cabeza con el horno Karev

Alex se abre paso en la habitación y abre la boca para replicar que no se llama karev como cada vez que ve a mi hermano.

— ¿Que haces aquí de todas formas? — Marcus cruza los brazos sobre su pecho desnudo — Ahora me quede con ganas de darle un golpe de horno a alguien.

Jase deja la cocina en su lugar, y se aproxima a mi lado.

— A decir verdad venía a ver a Amber, no a ser golpeado.

— ¡Ah! ¡Genial! Mi hermana está enferma, tu visita de médico nos viene de pelos.

— Jase... no... estoy bien — sonrio de forma forzada e incómoda ¿Es necesario que haya tanta gente rodeándome cuando estoy desnuda?

— Vamos nena, es un doctor no tengas vergüenza— Jase tironea de mi manta para quitármela, observo a Marcus llena de terror esperando que me salve sin embargo me observa con una sonrisa macabra

— Ya me siento mejor, de verdad — mis manos se aferran con fuerza

— No quiero que mi hermana pequeña se sienta mal, Karev, revísala

— Alex no.

— Karev si — contraataca el rubio.

— ¡Que no!

— Que si — Tira con fuerza de la manta que resbala de mis manos dejándome expuesta — ¡Santa mierda no!

Habitación 503 (# 2 Temporada) EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora