Capitulo 20: "Todo será mio"

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El pequeño espacio del altillo esta desordenado hasta la mierda, y me pone nervioso porque soy de esos que tienen el orden como Toc* . Esta vez hemos entrado a la casa sin problemas porque Gina, la madre de mi amigo, nos dio una copia de llaves cuando nos buscó en la estación de policías donde creyeron que queríamos robar la casa... No es que fuésemos dos ángeles que venían en busca de un milagro... Pero tampoco éramos unos malhechores.

—¿Le encontraste? —mi linterna se está quedando sin baterías así que la golpeo mientras alumbro a Jase que sigue revolviendo aquel baúl

—Maldición —el pelirrubio suelta un bufido y se deja caer en el polvoriento suelo —sólo figura mi madre en el acta de nacimiento.

Empuja un viejo mueble frustrado de dónde cae una caja, que deja salir algunos papelerios. Ambos nos apresuramos por recoger aquello

"Siempre te he querido Gina, un bebé nuestro es una bendición... sólo espera un poco y abandonaré todo por ti" Charles E.

Parpadeo mosqueado y le tiendo el papel a mi amigo

—¿Será? —los ojos verdes  me fijan la vista, y recoge varias rosas secas, también hay entre aquello más y más sobres.

—¡Aqui hay un cheque! —la emoción me llena el pecho y acerco mi linterna a él — "A Gina Stevens, de Charles... " -- me detengo, el paso de los años y la letra del hombre se han empeñado en mantener el apellido borroso.

—Marcus... —Jase esta fijo, con el papel entre los dedos su mano derecha parece temblar —Este es mi padre...

La fotografía esta gastada y vieja, la humedad la ha atacado pero un hombre de ojos marrones me sonríe y mientras sostiene a un pequeño rubio entre sus brazos junto a un pastel de primer año. Sé que le he visto, sé que no es la primera vez que veo de él una fotografía.

El silencio nos rodea un buen rato mientras mi amigo no deja de observar aquella fotografia, en el reverso una anotación me hace sentir pena "Primer año de Jase. Su padre le ha visto por cuarta vez en lo que lleva de vida. Aún así, mi bebé le adora. Ed parece corresponder"

—¿No se llamaba Charles? —los dos nos vemos confundidos pero el día ha sido largo, y para nosotros no ha acabado

—Deberé saber todo de primera mano, Deberé buscar respuestas con mi madre

Lentamente llevamos cada cosa a su lugar, intentando redurcir el desorden lo mayor posible.

—¿Jase? ¿Por qué tú madre tiene todos los recortes de diarios sobre el incendio... aquel?—todavía siento el nudo en la garganta por nombrar aquella noche

—No tiene mucho sentido... ¿Verdad? Es decir, estuvimos en él, seguimos vivos... No lo entiendo

(...)

Despierto sobresaltado y miro la hora. Me pongo de pie de salto cuando me doy cuenta que ya llevo salteadas tres clases y Jase sigue durmiendo plácidamente. A decir verdad no hace mucho hemos vuelto de casa de su madre, quizás unas cinco horas que no alcanzaron para reponerme del día anterior.

Tomo mi ropa de forma rápida, y paso por mi habitación en busca de los libros y el teléfono móvil que anoche he dejado aquí. No hay rastro de Amber así que corro hacia las aulas como alma que se la lleva el diablo.

—Disculpa viejo. No te vi llevo prisa —me disculpo con el muchacho que he golpeado y sigo mi camino hasta la clase de literatura moderna, donde ocupo uno de los primeros asientos, no sin antes echar un vistazo, aunque no veo a Amber por ningún lado

La clase pasa demasiado rápido y sospecho que eso es sólo porque yo he llegado muy tarde. Camino por los pasillos mientras reviso llamadas y mensajes que han dejado en mi móvil. Me alegro que Emily haya llegado al Instituto, ya no le soportaba pelear con Jase, me encuentro también con un recordatorio de la doctora Morris de que debo verla en su consultorio mañana por la tarde y una llamada de un número desconocido.

Me abro paso a través del campus, cuando mi móvil timbra nuevamente por la luz del sol no puedo ver el número que figura en la pantalla pero estoy casi seguro que es el mismo que ha llamado antes.

—Le estamos por derivar una llamada de la Penitenciaría del estado. Si esta dispuesto a aceptar por favor marque el número 1, de lo contrario cuelgue —me quedo de piedra en el lugar, estoy prácticamente seguro que alguien está marcando el número equivocado aún así decido aceptar la llamada para hacérselo saber. —Aguarde un instante —la voz de grabación me pone más tenso y no se si debo romper el silencio que hay una vez que el tono indica que puedo hablar.

—¡Pero mira quién responde!

—Lo siento, creo que se ha confundido de número

—Pues, nunca pareciste muy inteligente aunque seguro un par de tus neuronas murieron por estar tantos días en coma

La respiración se me corta. Nadie que he conocido después de aquello sabe sobre mi accidente, nadie fuera de mi entorno íntimo tampoco lo supo

—Tío, te estás confundiendo de número. Ve a molestar a quien debes

—Y yo estoy seguro de que has disfrutado tu breve estadía en mi casa, eh. A que el viejo estiró la pata y la idiota ahora goza lo que es mio

La respiración se me corta y siento el nudo en la garganta. Soy incapaz de responder

—No la pierdas de vista Marcus, no he dejado de odiarla y tampoco he perdido contactos estando aquí adentro... Si todos mueren, todo será mio

/TOC*: trastorno obsesivo compulsivo/

Habitación 503 (# 2 Temporada) EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora