Diez de la mañana.
Estaba de pie frente a la casa en la cual crecí por veinte años de mi vida, suspire. Di dos pasos y toque el timbre de la casona.
Un par de segundos después escuché como unos zapatos chocaban al piso, alguien venía a abrir la puerta. Retrocedi dos pasos al ver a mi madre de frente, ahora si, éramos sólo ella y yo. Carraspee incomodamente pues mi madre no me quitaba la vista de encima.
—Hola mamá. —murmure al verla sonriente mientras me observaba.
—Viniste. —fue lo único que dijo, asenti incomoda. —pasa, pasa, que es tu casa, Cassie.
—Ya no es mi casa, pero gracias. —di dos pasos con Eider detrás de mi. —vamos cielito, adentro. —Le dije a Eider quien me obedeció enseguida.
—Tu nombre es muy lindo, he. —Le dijo mi madre a Eider, ella se escondió detrás de mis piernas y puedo jurar que esta ruborizada.
—Gracias, señora. —mi madre borró su sonrisa y desvío la mirada incómoda, carraspeo.
—Eider, ella es tu-tu abuelita. —dije a la niña, ella asintió.
Se sentía bastante extraño decirle a Eider quien era su abuela, porque ella jamás los había mencionado ni viceversa. Espero que esto no se haga constumbre.
—Si mami. —salió de su escondite y le dio una bonita sonrisa, mi madre se la regresó.
—Eider, ¿qué te parece si vas a la cocina y le pides a Leonora que te de una deliciosa galleta? —la alento mi madre, Eider me vio y asenti en señal de que le daba autorizacion de ir.
—¡Si! —chillo la niña.
Mi madre le indicó donde estaba la cocina y la niña corrió hasta haya, pude notar la casa un poco cambiada con respecto a la decoración, ya no había fotografía mías en ninguna parte, sólo mi hermana y mis padres... yo no era parte de esto, ya no más.
Mi madre carraspeo intentando llamar mi atención, la divise y me senté en el sofá después de que ella lo hizo. —son tantas cosas las que necesitamos hablar, Cassandra.
Asenti hacia ella levemente mientras apretaba los dientes de los nervios que tenía, removeriamos el pasado.
—¿Porque no me dijiste que estabas embarazada? ¡pude intentar ayudarte con la niña! —dijo ella, negué.
—Mamá no me hagas recordar lo que paso hace casi seis años atrás. —toque mi ceja en forma de frustración y lleve mis manos a mis piernas.
—Se que tu padre te echó, pero yo no... —sus ojos comenzaron a nublarse y yo luchaba para que mis ojos no repitieron su acción.
—Pero no hiciste nada para evitarlo, así que también esta involucrada. —la acuse. —jamás dijiste algo... nunca me apoyaste cuando mi padre me humillaba.
Y era verdad, mi padre siempre me decía que me tenía que casar con un hombre millonario para evitar los estudios, que para eso eran las mujeres pero yo me negaba a aceptarlo. Mi madre siempre estaba a su sombre y jamás abrió la boca para defendernos de él.
—Se que he echo muchas cosas mal, pero soy humano y me equivoco... aprendí la lección de la peor forma, Cassandra. —con un pañuelo desechable limpio la primera lágrima que derramó, suspire. —cuando te fuiste y no supe nada de ti por tantos años.
—Mamá... —ella negó y siguio hablando.
—Y ahora vienes con una niña de cinco años a decir que es tu hija, ¿y sabes lo que pienso? —hizo una pausa para tragar duro y siguió hablando. —¿Cómo le hizo mi niña para cuidar a una bebé? Si estabas sola en sólo Dios sabe donde... no se que hacer para que me perdones por tanto mal que te he echo callando tantos años.
No pude más, me levanté del sofá y corrí a abrazarla, mi madre estaba tan vulnerable y me era injusto verla llorar sin poder abrazarla, sabía que ella no era un monstruo... que sólo estaba detrás de mi padre por temor al "que diran" si ellos llegasen a separarse o se enterarán que una de sus hijas se marchó, quizá mucha gente lo sabe, pero no la suficiente.
—Mamá no llores, por favor. —pedí acariciando su cabello castaño mientras tenía mi mejilla recargada en esté. —fue muy duro para mi, pero Jules jamás me dejo sola... ella siempre estuvo para mi y mi hija, tome la desicion de no decirles nada porque estaba tan furiosa con todos que decidi guardarmelo... hasta ahora.
—Ay hija, fuiste tan valiente. —me separe de ella lentamente y volví a mi lugar donde me puse a jugar con mis dedos.
—Lo fui por ella, por Eider. —la mirada de mi madre seguía nublada.
—¿Y Justin? —instantáneamente sonreí.
—Me instalé en uno de sus hoteles en el cumpleaños número cinco de Eider hace unas semanas, nos volvimos a ver... tuvimos algunos enfrentamientos pero lo arreglamos y ahora ve a la pequeña. —dije mientras veía a mi madre limpiarse restos de lágrimas. —ella es muy feliz.
—Hija, me alegro tanto de que ahora seas feliz, se que lo amas. —negué mientras sonreía.
—Justin y yo sólo tenemos contacto por la niña y el trabajo. —mi madre fruncio el ceño.
—¿El trabajo? —dijo ella sin entender, asenti.
—Soy su abogada. —se llevó las manos a la boca sorprendida por ll que habia escuchado.
—¿Y como estudiaste eso? Claro, si se puede saber... —mi padre acomodo correctamente su corbata color azul Rey mientras me observaba con despreció.
¿Cuando había llegado que yo no lo había escuchado? Me puse nerviosa al instante, me prometí no estarlo y lo cumpliré. Suspire pesadamente, hoy lo encararía.
N/A
¡UN MES SIN SUBIR CAPITULO, LO SÉ, LO SÉ!ESTE MES ESTUVE TRABAJANDO Y NO TUVE TIEMPO PERO YA LO TENGO E INTENTARE SUBIR CAPITULO SIEMPRE QUE PUEDA.
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BD.
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Eider.
FanfictionUn reencuentro nada planeado entre Cassandra Cowell y Justin Bieber después de casi seis años sin verse cara a cara, hasta que el destino les juega una mala pasada. 《Mi mami tiene una fotografía donde usted aparece.》 《Tengo cinco años y mi nombre e...