10|Nevada.

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Ayer habíamos llegado de Los Ángeles, Jules nos había recibido con McDonald's alegando que ella no había podido estar con Eider en su cumpleaños y lo estaba recompensando, después de eso nos dimos una ducha y nos dormimos pues estábamos muy agotadas por el viaje.

Al día siguiente fue igual, desempaque toda la ropa que llevamos para ponerla en la lavadora, Eider estuvo con Bees y Jules en el trabajo, en la media tarde recibí una llamada de Justin quien hablo con Eider cerca de cinco minutos y prometió que vendria tan pronto como pudiera.

-Ya llegué familia. -dijo Jules.

-Hice la cena. -grité desde la cocina.

-¡Genial! estaba pensando en pedir comida porque no tenía ganas de cocinar. -suspiro. -Hola preciosa, ¿cómo te fue hoy? -le preguntó a Eider.

-Tía, hoy hablé con mi papi. -dijo Eider abrazada de Bees, carraspee.

Sabía que olvidaba algo, no le había contado a Jules sobre Justin. Sentí la mirada penetrante de mi mejor amiga en mi espalda, volteó lentamente con una sonrisa falsa.

-¡Cassandra Cowell! -grito alterada.

-Te lo explicaré después de cenar, Jul. -ella asintió.

-Espero que sea una buena explicación como para traer a ese imbécil a tu vida de nuevo. -lo próximo que escuché fue el portazo de la habitación de Jules, suspire observando a Eider.

-¿Que tiene la tía Jules? -negué sonriendo.

-Esta cansada por el trabajo, tranquila. -ella asintió sentándose en la mesa donde su cena la esperaba.

En la cena nadie hablo, podía sentir la mirada de mi mejor amiga sobre mi en todo momento, estaba tan ansiosa que conociendola no me decía nada porque la niña estaba presente.

Una vez que Eider fue a dormir el interrogatorio comenzó. -habla, Cassandra.

-El hotel donde nos hospedamos es de su empresa o algo así, el punto es que es el dueño del hotel... paso el cumpleaños con la niña, es todo. -dije tratando de ocultar el beso que me había dado.

-Hay algo más. -negué, ella alzó su ceja perfectamente maquillada.

-¿Olvidas que te conosco hace veinte años? -suspire.

-Puede que el me haya besado. -murmure.

Silencio. Es lo único que se podía escuchar, cerré los ojos con fuerza esperando que Jules gritara, pero no lo hizo. -Le dijiste que se apartara, ¿cierto?

Asenti levemente. -hablamos sobre lo que paso un día antes de la boda.

-¿Que dijo? -sonaba interesada.

-dice que no recuerda nada, el se despertó sólo en su cama y no vio mis cosas, no supo nada hasta que fuiste a la Iglesia. -ella soltó una carcajada.

-¿Y le creiste? -dudaba en contestar, pero lo hize.

-Mi corazón dice que no miente, Jules. -puse la mano en mi pecho y esta asintió derrotada.

-Si es lo que tu crees no soy nadie para hacerte cambiar de opinión. -ella me abrazó. -se que aún lo quieres.

Me aparte de ella y comencé a jugar con mis dedos, ella sabía la respuesta a esa pregunta. -lo sabía. -sonrió complaciente. -¿cómo reaccionó la niña cuando supo quien era él?

-Cuando le dijimos a Eider que era su padre ella estaba emocionada, ya nadie se burlara de mi hija. -ella asintió feliz. -él la llama princesa en todo momento y siempre la cuida, creo que les fue bien, es un buen comiendo.

-Entonces fue un buen viaje. -concordo conmigo. -¿algo más que contarme?

El empleo, recorde.

suspire asintiendo. -Si lo hay.

Comencé a contarle detalladamente todo lo que Justin me había dicho sobre el empleo y lo buena que seria la paga, Jules sólo me observaba con los ojos abiertos sin parpadear ni una sola vez, al terminar el gran relato sobre el empleo ella se quedó en silencio. -¿No dirás nada? -mordi mi labio esperando respuestas. -dime lo que pienses.

Negó. -Si te digo lo que pienso arruinare tu ilusión con ese empleo, así que diré cosas que ya sabes; eres una mujer adulta y si tu sientes que esta bien mudarse para buscar una vida mejor, te deseare toda la suerte del mundo. -me abrazó sonriendo sin mostrar los dientes, al apartarse tomo mis manos y suspiro.

-Fue un placer vivir siete años juntas, mejor amiga. -parpadee varias veces para no llorar y asenti.

-Gracias por tus consejos y todas esas palabras bonitas pero no planeó dejarte aquí sola. -ella me observó sin entender. -Jules Hamilton, volvemos a Los Ángeles después de tantos años.

La mirada de Jules no la podría describir a ciencia cierta pues veía muchísimas emociones, entre ellas emoción por volver. -se que haz dejado muchas cosas por nosotras y sería injusto dejarte aquí sola, Nueva York fue un gran hogar.

-No me arrepiento de lo que paso y lo que dejé o no... lo volvería a hacer si fuera necesario.

Con Jules eran muchísimas conversaciones de este tipo y eso hacía que nos entendieramos mejor, amaba a mi mejor amiga y jamás la dejaría aquí sola.

-Gracias por todo tu apoyo, Jul.

-Daria todo por esa niña. -asenti.

-También yo. -coincidí.

-Ya vamos a dejarnos de sentimentalismos, mañana le llamas a Justin y le dices que si irás a Los Ángeles, renunciare mañana en el trabajo despues nos mudamos con lo que me den del último sueldo, ¿bien? -antes de que pudiera decir algo, hablo de nuevo. -buenas noches.

Se fue a su recámara y se encerró.

Así era Jules, rara y mandona.



N/a

Prox capítulo el martes.

Eider.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora