24|Whisky en las rocas.

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Justin POV.

Cuando el auto que parecía ser de Jules arrancó de mi casa, me volteó furioso hacia Nina que me veía sonriendo con sus brazos en jarras, camino hacia mi pero la pare.

—Quiero que te largues de mi casa. —dije sin más, camine hacia las escaleras, sentí los pasos de Nina detras de mi así que me volví hacia ella quien me veía confundida.

—¿Que te pasa? ¡La estábamos pasando bien, Just! —chillo ella, para ser una mujer de veintiséis años era una inmadura, en cierta forma me molestó que me llamara así... sólo Cassandra podía hacerlo, nadie más.

—¡Tu no puedes decirme así! —me voltee hacia ella, retrocedió dos pasos y me observó con temor. —Te lo prohibo.

—No se porque me tratas así, sólo nos estábamos divirtiendo luego llegó esa zorra y... —negué hacia ella mientras me volteaba y seguía mi camino hacia mi despacho.

—No quiero volverte a ver aquí, no cuando insultas a la madre de mi hija... —escuché como gritaba otras cosas mientras me seguia el paso. —¡No me sigas, recoge tus cosas y lárgate de mi casa!

Sentí como refunfuño, se metió al baño y la perdí de vista. —Junta al personal en mi despacho, en tres minutos y la persona que no este, será despedida. —le dije a la primera mucama que vi, traía unas toallas en las manos.

—Si, Sr. Bieber. —murmuró la joven chica bajando las escaleras deprisa coñas toallas en su pecho.

¿¡Quién cojones se cree Cassandra para venir a gritarme a mi propia casa!? Juro que me las pagaría, ella sólo no podía venir a decirme esto en mi cara y en mi propia casa... ¿Que no me conocía? Yo siempre consigo lo que quiero, y lo que quiero es a mi hija conmigo.

Esta bien, me acosté con Nina... pero sólo fue por el estrés de trabajo y ya, pero ahora necesitaba arreglar esto con mi hija y con Cass. No quería llegar a los tribunales, sería difícil veredicto porque ella tiene un buen empleo y es una buena madre, pero yo tengo el poder aquí. El que manda soy yo, nadie más. Ni si quiera ella.

Cuando entre al despacho azote la puerta, fui directo al mini bar y me serví un whisky en las rocas. Fui hacia mi silla y me senté a esperar a los empleados.

No eran ni las dos de la tarde y ya tenía un pésimo humor, quería golpear todo a mi paso pero me contuve. La puerta sonó. —Adelante. —dije después de tragar el tercer vaso en la tarde.

Entraron los ocho empleados que tenía, dos jardineros, un chofer, dos encargados de la seguridad de la casa y tres personas de limpieza. Se pusieron en línea, todos me observaban.

—La mujer con la que estaba, ¿se ha ido? —una de ellas asintió al instante, con la cabeza gacha.

Primero tenía que pedir informes sobre Nina, no la quería rondando por mi casa... No quería seguir arruinando las cosas y si planeo hacer las paces con mi hija y Cassie debo desterrar a Nina de aqui.

—Si, Sr. Bieber, se ha ido un poco furiosa. —murmuró la misma joven que me encontré en el pasillo.

—Otra cosa más importante, ¿quien atendió a la segunda mujer? La chica que venía acompañada de una rubia. —una mujer un poco pasada de años dio un paso enfrente.

—Yo, Sr. —suspiro y siguió hablando, tome un trago de mi whisky mientras escuchaba. —ella vino y dijo que era la madre de su hija te-tengo más de tres años trabajando para usted y no-no sabía que-que tenía una hija. —tartamudeo, me levanté de la silla y me pare frente a las ocho personas, metí mi mano desocupada en el bolsillo de mi pantalón.

—¡Pues si, tengo una hija! —levante las manos como si no fuera obvio, volví a mi anterior posicion y segui hablando. —su nombre es Eider, y cuando esa mujer y mi hija vengan entrarán a la casa este o no este yo presente, ¿entienden? —todos asistieron.

—Si, jefe discúlpenos no sabíamos... —asenti apuntandola con el vaso, lo agite haciendo sonar los hielos, ella tenía razón.

Ellos no sabían que tenía una hija y también sabían que no podían dejar entrar a cualquier persona a mi casa, así que sólo habían hecho su trabajo por el cual les pagó y muy bien.

Decidí dar por terminada la reunión con el personal, todos se fueron a sus actividades diarias enseguida, me senté en la silla y seguí bebiendo.

Este era mi día, una total mierda.

Mañana iría a la casa de Cassie y no me importaba si ella se oponía a que estuviera ahí.


Por el momento la dejaría descansar y que pensará bien las cosas, quizá mañana estaría de un buen humor... la verdad no se como se comportan las mujeres así que esperemos que sea como yo pienso.

Por lo pronto decidí enviar un mensaje, a ella. Si, ya estoy un poco hebrio.

《¿Esta bien si digo "lo siento"?》

No se exactamente cuanto tiempo paso, pero yo seguia bebiendo, cuando tome mi celular se nuevo  ya había una respuesta.

Conmigo no tienes que disculparte, con nuestra hija si. Buenas noches, Justin.》

¿Porque me cuesta tanto entender a una mujer? ¿será que estoy hebrio? ¡nah, sólo llevo... mierda, si lo estoy! Oh esperen... ¿Que paso con el restó de la botella? ¡juro que estaba llena y ahora sólo hay menos de la mitad! Bueeeeh.

Eider.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora