Capítulo V.

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     La inconsciencia se sentía como un profundo y cálido sueño que lo protegía de la realidad. Su mente se perdía por completo dentro los rincones más oscuros de su consciencia y la calma lo rodeaba por completo.

Sin embargo, aquellos pensamientos que lo atormentaban le generaban pesadillas que solo lo hacían querer despertar sin importar si se sentía en paz o no. La sensación de impotencia de verse acorralado le impedía estar tranquilo, y solamente deseaba dejar de estar en las garras del demonio.

Dipper abrió sus ojos suavemente, no recordaba cuando fue la última vez que había tenido un sueño tranquilo luego de saber que sus pensamientos no estaban libres de la vista del demonio. Desde su encuentro con Bill Cipher se había sentido tan expuesto al saber que para él, era tan fácil meterse a su cabeza y saber sus profundos pensamientos y no poder evitarlo. 

Una vez despierto por completo se levantó del suelo y se sorprendió al no sentir dolor alguno comparado a como estaba antes de quedar inconsciente. Al mirar y sentir sus vendajes se dio cuenta que no le dolía tocar la zona de la herida y la sangre estaba seca, así que con cuidado retiró los vendajes sorprendiéndose al ver que no había nada en su piel y todo estaba normal sin daño alguno.

—¿Qué fue lo que sucedió? —susurró confundido, verificando que fuera real y no se tratara de un simple sueño.

Se extrañó bastante, más al mirar a sus alrededores dándose cuenta que no muy lejos a él habían unas cuantas frutas amontonadas junto con un poco de agua. Su estómago comenzó a rugir en busca de comida, ya que desde el día que ocurrió el incidente con Stan no había comido nada, y en aquella celda suponía llevaba otros más.

Dipper comenzó a acercarse, siendo guiado por su estomago. Pero se detuvo a unos cuantos centímetro de tomar una manzana del suelo.

"¿Y si esto es una trampa?"

Pensó Dipper dudando de si tomar o no la manzana, dudaba que los demonios se preocuparan por él y le dejaran aquellas frutas sin motivo alguno. En solo ese poco tiempo que llevaba en aquel lugar ya lo habían intentado matar dos veces, no dudaba que existiera una tercera vez e incluso más, debía ser más cuidadoso con las decisiones que tomaba.

—Puedes tomarlas, no están envenenadas o algo por el estilo — Dipper rápidamente se movió chocando su espalda con la pared de aquella celda. Miró hacia un lado y pudo ver a Bill flotando en el aire a pocos centímetros suyos. Vaya que lo había asustado—. Eso es buena señal, no he perdido el toque.

Bill sonrió burlonamente, y Dipper gruñó molesto. Había leído nuevamente su mente.

—¿Qué estás haciendo aquí? Creí que tenías unos asuntos que atender —preguntó desconfiado Dipper.

—¿Qué, que hago aquí? Si no te has dado cuenta, Pino, estamos en mi dimensión, y yo puedo estar en donde quiera —replicó Bill mientras observaba la ventana del lugar con repentino interés.

Dipper estaba por decir algo más, pero observó hacia la ventana y sus palabras murieron en su garganta. La imagen que tenía en esos momentos parecía sacada de una novela de ciencia ficción, pues ya no estaba en aquel pueblo parecido a Gravity Falls, ahora veía lo que parecía ser un cielo de muchos colores que giraban entorno al lugar en el que se encontraban. Sorprendido se levantó de su lugar y se acercó a la ventana para poder ver mejor aquello, y lo que vio lo dejó pálido ya que estaba en lo que parecía ser una pirámide gigante flotante.

—¿Te gusta? Yo mismo la hice. —susurró con orgullo Bill, analizando cada una de las expresiones sorprendidas del menor, y riendo por la intensidad de sus pensamientos.

—¿Qué demonios es este lugar...? —murmuró Dipper retrocediendo lentamente, sintiéndose mareado.

—Este es mi palacio temporal, estamos en medio del limbo de esta dimensión donde no existe ninguna ley que gobierne.

El Intercambio || BillDipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora