El sentir, era sin duda alguna el sentido más molesto existente para los humanos. Sentir su piel ser desgarrada y sus huesos ser triturados era horrible, aún más sentir como el interior de su cuerpo se consumía en llamas mientras el exterior era dañado. Jamás terminaría de comprender el por qué veían a los humanos como una raza fascinante si su existencia se basaba en el sufrimiento y el dolor.
Lentamente fue abriendo sus ojos, intentando acostumbrarse a aquella sensación de tener tan solo dos ojos y no cinco como acostumbraba. Llevó una de sus extremidades a su cabeza, para intentar curar aquel dolor que había comenzado a crecer, sentía que ese cerebro humano estaba palpitando, era una sensación desagradable.
Observó a su alrededor, viendo si reconocía dónde se encontraba. Lo único que pudo ver fue que estaba en un cuarto hecho de un material orgánico alterado. No sentía la presencia de nadie más, por lo que supuso se encontraba solo.
Maldito Kryptos, se había atrevido a echarlo del palacio, y ahora quien sabe que le estuviese haciendo a Bill y a Dipper.
Rubik miró sus manos, admirando las múltiples heridas que había en ellas y los dedos que estaban doblados de forma extraña. Según había observado en Dipper, eso no debía ser posible, por lo que llegó a la conclusión de que debían estar rotos. A diferencia de su forma normal, el cuerpo de un humano se lastimaba muy fácil, eso era una enorme desventaja para él al momento de enfrentarse contra los demás. No recordaba qué sucedió después de que fuera atacado por Xanthar, pero si la teoría que tenía era correcta, sus antiguos compañeros lo habían dejado en alguna parte de esa infinita dimensión a su suerte.
Él comenzó a utilizar sus poderes para empezar a revertir los efectos del dolor, con aquella molesta sensación no podía pensar claramente. Estaba débil, parece que mantener aquella forma humana afecta su magia y consumía grandes cantidades de la misma. Pero no lo entendía, Bill se debilitaba porque él se mantenía a propósito como un humano en todo momento, y él está en esa forma contra su voluntad. Parece que no tendría nada que ver, pues esa forma seguía utilizando su magia.
Con algo de dificultad se levantó del lugar donde se encontraba acostado, debía encontrar la forma de volver y sacar a Dipper, por lo menos debía salvarlo a él.
Rubik no era un demonio tan despistado como los demás pensaban de él, creían que solo porque no se fijara en los demás no sabía nada, cuando estaban en todo lo contrario.
Rubik lo sabía todo.
No es que fuese un vidente como lo era Kryptos, quien a diferencia de él, Kryptos dependía de sus poderes para saberlo todo. Rubik no, pues él podía saberlo sin necesidad de mirar en el futuro de los demás, o su propio pasado.
Él sabía que en algún momento Kryptos mostraría su verdadera cara, lo sabía desde el momento en el cual se atrevió a retar a Bill y a los demás. También sabía que Bill lo había notado todo, pero al igual que él prefirió mantenerse callado y esperar a ver qué planeaba antes de decidir atacarlos.
No fue una sorpresa ver los trucos sucios que utilizó para manipular a los demás, además de que presentía que fue el culpable de que Dipper cayera enfermo en primer lugar, y esto causara que Bill sacrificara su poder. Lo había planeado muy bien, comenzó a atacar el punto débil de Bill.
A pesar de que pareciera ir un paso adelante, él y Bill llevaban la delantera.
Bill y Rubik se habían reunido en varias ocasiones en secreto para hablar sobre ello. Bill estaba muy preocupado por lo que Kryptos fuera capaz de hacer por que todo saliera como quisiera, por lo cual le pidió ayuda para poder saber cuándo Dipper necesitara su ayuda.
Rubik como buen demonio y fiel seguidor que era no dudó en ayudarlo, pues aunque él no lo demostrara le había tomado mucho aprecio a aquel pequeño humano castaño. Siempre había estudiado a los humanos mediante los sueños y la ayuda de Bill, y siempre le encantaba saber sobre ellos y conocer a un humano tan diferente como lo describían todos los demonios fue algo agradable.
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El Intercambio || BillDip
Fanfic⠀En el momento en el cual Mabel decidió no oprimir ese botón, no sabía que había sellado el destino de su hermano gemelo. Ya que cuando la cuenta regresiva llegó a cero y la luz los cegó a todos, apareció un gemelo, pero no era el gemelo que Mabel e...