Capítulo 1

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Despierto en una habitación de hospital. La luminosidad me molesta en la vista, apenas puedo abrir los ojos. Levanto mi brazo izquierdo y descubro cables adheridos a mi cuerpo. Mi cabeza está vendada y la verdad es que no recuerdo cómo llegué aquí o, en realidad, qué me sucedió. Intento mover mi cuerpo, empezando por los dedos de mis pies. Se siente pesado levantar mis piernas, todo me duele. Luché para poder sentarme en esa cama de hospital. Siento todo mi cuerpo pesado y aún no sé cómo llegué a este lugar, ni siquiera quién soy. Me quito los cables de mis muñecas, lo cual me causa un pequeño dolor, y trato de poner los pies en el suelo, pero mantener el equilibrio es difícil. Al poner los pies en el helado piso, me cuesta mantenerme en pie, y cuando lo logro, no sé cómo avanzar. Apoyada en la camilla, intento dar un paso, pero caigo al suelo, ahogando un pequeño grito debido al dolor. Intento levantarme de nuevo con dificultad. Al intentar ponerme de pie y caminar con cojera, me dirijo hacia la ventana desde donde entra un brillante resplandor. Observo lentamente la hermosa vista de la ciudad desde mi perspectiva, con una gran bola de luz al final del horizonte. En ese momento, la puerta se abre y entra una enfermera que me mira sorprendida y me dice:


-¡Oh! ¡Ya despertaste! ¿Qué haces levantada, niña? -expresó la enfermera. No he pronunciado una sola palabra, una voz en mi cabeza me guía. -Sólo estoy... observando la... ciudad -respondo.

La enfermera es una mujer pelirroja de ojos avellana y pecas en la cara, lo que la hace ver muy atractiva. -Deberías estar en reposo al menos hasta que te den el alta. Aunque ya era hora de que despertaras, llevabas un año postrada en esa cama.

-¡Un año! -exclamo sorprendida al escuchar eso, sin poder pronunciar palabra alguna.

-Sí, tuviste un accidente hace un año y desde entonces has estado en observación, conectada a esos aparatos. Para ser sincera, pensé que nunca despertarías.

-Pero no... recuerdo nada -balbuceo en voz baja.

-Al parecer perdiste la memoria en el accidente que tuviste. Tranquila, hay probabilidades de que la recuperes, al menos no perdiste tus habilidades motoras, creo que solo fueron tus recuerdos -dice con una leve sonrisa tomándome del brazo y guiándome de vuelta a la cama.

La enfermera toma un frasco de medicamentos de su bolsillo y me los da.

-Aquí tienes. Esto te ayudará con el dolor de cabeza, ¿entiendes?

Tomo lo que la enfermera me ofrece. Después de eso, la enfermera se dispone a irse, pero antes de que se vaya, la llamo.

-¿Sí? -contesta la enfermera.

-¿Disculpe, Usted sabe cuál es mi nombre?

-Betania Walker, cariño. No te muevas de ahí porque iré a atender a otros pacientes.

Más tarde vendrá alguien más -responde la enfermera amablemente.

Betania... mi nombre es Betania... al parecer, esta enfermera sabe un poco sobre mí -pienso para mis adentros.

-¿Algo más? -pregunta antes de irse.

-Solo una cosa... ¿Cómo... llegué a parar aquí?

-Tus padres te trajeron.

-¿Mis padres? -digo un poco confundida y en voz baja.

-Así es -asiente la enfermera.

-Está bien.

-Ah, y otra cosa... mantente en reposo y no hagas ninguna fuerza hasta que te den el alta, y eso posiblemente sea mañana.

-Está bien -asiento mientras ella se va, y observo cómo se aleja, dejándome allí en esa cama.

Los Secretos de Betania [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora