Capítulo 11

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Capítulo 11

Regresé al instituto para tomar mis últimas clases del día, pero antes vi que había otro edificio cerca del instituto en el cual se podía ver que era una especie de internado. Me dio una curiosidad enorme e incluso me dio ganas de ir a contemplar aquel lugar, pero luego lo tomé como algo sin importancia y decidí volver a tomar mis dos últimas horas de clases para más tarde irme a casa. Estando en la clase de historia, no salía de mi mente el rostro angustiado y esos ojos llenos de preocupación que tenía aquel guardia. Ahora solo me pregunto, ¿quién será la chica a la que él dice es su hija y qué tengo yo que ver con eso?-Señorita Walker -llamó la maestra.

-¿Sí, señorita Wells? -respondí, llevándome un pequeño susto, ya que estaba muy distraída en mis pensamientos.

-Creo que no está prestando suficiente atención, y creo también que deberías ser más... como tus compañeros de clase, y ya te lo dije una vez.

En ese momento sentí las miradas de mis compañeros juzgándome por ser diferente. Yo solo bajé la cabeza un momento, pero de inmediato volví a lo que estaba, mientras escuchaba algunos susurros y ya sabía yo que se trataba sobre mí, la chica rara hija de las personas más poderosas de este lugar. Esto se estaba convirtiendo en un infierno para mí. No creo soportar esto por mucho tiempo y varias cosas se me están juntando. Al salir del aula, sentí como alguien me tomó del brazo, haciéndome girar para ver.

-Hola Betania, ¿en dónde habías estado? -preguntó un chico de mirada dulce y sonrisa leve.

-¿Quién eres tú? -pregunté con repulsión.

-Betania, soy Matt, ¿o acaso ya no me recuerdas? Vamos, deja de hacerte la bromista, mujer -dijo con sarcasmo. En ese momento me vino a la cabeza el tal Lucas que mencionó aquel hombre cuando me dijo que sabía sobre la nota de esta mañana.

-Espera, ¿tú eres el que me lanzó esa bola de papel esta mañana? -pregunté de inmediato al escuchar el nombre. Este debe ser ese Lucas que aquel hombre mencionó.

-Hum... No, ese fue un compañero, pero soy el mismo. Hace como dos semanas que no sabía nada de ti.

-¿Qué? Y ¿de dónde me conoces?

-¿Qué? -expreso con sorpresa y confusión.

-Oye, discúlpame, pero me tengo que ir -dije mientras me alejaba y lo dejaba con la palabra en la boca, ya que algo me decía que me alejara de él.

-¿Pero adónde vas? -preguntó él.

-Hablaremos mañana, ahora debo irme -dije, sujetando mi mochila y perdiéndome en la multitud en el pasillo, dejándolo solo y abandonado con la conversación a medias. Estaba en las afueras del instituto, esperando a mi madre a que llegara, y mientras la esperaba, veía a los demás chicos dispersarse hasta que no vi a ninguno cerca. Hacía una fresca brisa y el cielo tenía el color típico alrededor de las seis de la tarde. Yo estaba parada allí con la mochila en mis hombros mientras cientos de cosas pasaban por mi cabeza.

-¡Betania! -escuché a Sandra llamarme.

-Sí, señora -respondí.

-Ya es hora de irnos.

-Está bien -asentí. Luego subimos al auto y ella tenía sus manos sujetando el volante con mucha fuerza. Yo tenía el presentimiento de que ella quería hablarme de algo, pero no dijo nada. Solo veía como el viento alborotaba su larga cabellera oscura mientras íbamos de camino a casa. Llegamos a casa, y al parecer el señor Walker no ha llegado aún. Entonces subí las escaleras directo a mi habitación y cuando entré, tiré la mochila en un lado de la cama. Saqué de mi armario una camisa azul de cuadros y unos jeans, me los llevé al baño y comencé a desvestirme para luego ducharme, para ver si mi mente se relajaba un poco con el baño y me quitaba este cansancio de encima. Salí del baño y me vestí, fui directo a la gran sala de este lujoso lugar. Había durado mucho en la habitación solo dando vueltas, tratando de encajar o descubrir lo que sea que me ocultan estas personas. Me dirigí a la mesa para cenar, y en el momento de la cena, no aguanté quedarme callada más con la duda y decidí hablar.

Los Secretos de Betania [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora