Uno de los guardias me levantó bruscamente del suelo. Sentí un dolor agudo en la cabeza, recordando el golpe que me hizo caer. Al mirar, noté que había una pequeña herida de la que brotaba sangre. También vi a Matt siendo retenido mientras nos llevaban a algún lugar del instituto. Al llegar, me separaron de él y me llevaron ante Sandra, cuya mirada gris indicaba problemas serios.
—Betania, ve a la enfermería para que te curen esa herida en la cabeza y luego, cuando estés mejor, pasa por mi oficina. Tenemos algo de qué hablar —dijo seriamente.
—Está... bien —asentí con dolor. Parte de mí sentía que merecía este castigo por haber sido tan imprudente. Solo me quedaba esperar lo que llamaré mi condena. Antes de irme, la señora Walker y yo solo nos miramos a los ojos, ninguna se atrevió a decir nada más.
Los guardias me llevaron a la enfermería donde me atendieron la herida en la cabeza. Aparentemente, era solo un pequeño rasguño, aunque la sangre lo hacía parecer más grande de lo que realmente era. Me alegré de que no fuera nada grave. Salí de la enfermería y noté lo tarde que era, lo que me llevó a suponer que no me dictarían mi sentencia ese día. Continué hasta mi habitación, donde me lavé el rostro y me duché, algo que no hacía con frecuencia en este lugar. Envuelta en una toalla, me quedé pensativa durante unos momentos sobre lo ocurrido con Matt. Decidí no imaginarme cosas innecesarias y me puse ropa cómoda para acostarme. Me quedé tumbada en la cama, pensando solo en lo que me esperaba al día siguiente. Era extraño preguntarse por qué querían a Andrea. ¿Había metido la pata y revelado algo de lo que yo le había contado? Había tantas preguntas en mi mente que no sabía por dónde empezar. La noche transcurría normalmente, con una brisa fría y el susurro del viento moviendo los árboles afuera. Sin embargo, no podía conciliar el sueño, ya que los pensamientos me invadían, provocándome insomnio.
***
Al día siguiente, todo parecía seguir su curso normal, aunque era diferente porque Andrea aún no daba señales. Decidí averiguar qué le había sucedido. En mi clase de Álgebra, una de las materias que compartía con Matt, noté su ausencia, pero no me sorprendió. Tenía sentido que le estuvieran aplicando algún castigo por lo ocurrido ayer. Hacía todo lo posible por recuperar mis recuerdos, pero eso solo me deprimía, ya que no podía hacer amistades ni relacionarme con nadie. Fui sacada de mis pensamientos cuando la asistente de la señora Walker me mandó a llamar, informándome de que mis padres querían hablar conmigo. Todas las miradas se posaron en mí, y admito que ya estaba acostumbrada a ser el centro de atención en dondequiera que fuera. Asentí y recogí mis cosas, saliendo del aula en dirección a la oficina de los Walker, acompañada por la asistente de Sandra, que no pronunció ni una palabra. Caminamos por el frío pasillo hasta llegar a la oficina. Entramos en silencio tras ser anunciadas por la asistente.
—Betania, ¿podrías sentarte? —dijo Alfred, frunciendo el ceño visiblemente molesto, señalando una de las sillas frente a su escritorio.
—Está bien —asentí nerviosa.
—Betania, solo queremos que seas sincera con nosotros y nos expliques a Alfred y a mí qué hacías en ese lugar con ese chico —preguntó frunciendo el ceño. Mientras tanto, Alfred colocaba las manos sobre el escritorio, entrelazando sus dedos, esperando mi respuesta. En ese momento, tragué saliva, sintiendo cómo los nervios hacían temblar mis manos.
Yo estaba sentada frente a los Walker, incapaz de articular ni una sola palabra debido a lo nerviosa que me sentía. Sandra me miraba fijamente como si quisiera desaparecerme, esperando cualquier cosa que saliera de mi boca, mientras que Alfred me lanzaba una mirada acusadora, más intensa de lo que nunca antes había experimentado.
—¡Betania! ¡Estamos esperando una explicación! —exclamó Sandra, golpeando la mesa con fuerza. Di un salto al ver su reacción.
—Debes tranquilizarte, Sandra. Así no lograrás que ella diga lo que tiene que decir —intervino Alfred, haciendo un gesto con la mano para calmarla. Se notaba claramente que estaba molesta.
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Los Secretos de Betania [Completa]
General Fiction-Mi mejor amiga está desaparecida, y yo... no la recuerdo. -Me acusan de su desaparición, no entiendo que pasa, no sé quién es ella. -Daría lo que fuera sólo por tener mis recuerdos devuelta. Betania es una chica huerfana de 16 años de nacionalidad...