Capítulo 19

33 6 0
                                    

Al día siguiente, desperté y me llevé un pequeño susto al sentir el cuerpo de Andrea junto a mí,quien aún dormía tiernamente. Quisiera dejarla descansar, pero tenemos varias cosas que hacer.

-Psss, Andrea -susurré, zarandeándola un poco.

-Déjame dormir -dijo somnolienta, abrazando la almohada.

-Andrea, ya es de día. Despierta, por favor -insistí.

Ella solo emitió un sonido de queja.

-Andrea, es muy tarde ya -repliqué.

Ella no respondió y siguió durmiendo. Camine de un lado hacia otro buscando la forma de despertarla, pero no se me ocurría nada. En un chasquido de dedos, brinqué sobre la cama e intenté asustarla.

-¡Andrea, despierta! ¡Están disparando! -dije en voz baja, zarandeándola con fuerza.

-¡Qué! -exclamó asustada, con los ojos muy abiertos de pánico, saltando de la cama-. Maldición, tenemos que salir de aquí -dijo apurada y desesperada. Yo solo me eché a reír como demente.

-¿Por qué te ríes? -preguntó, furiosa-. Un minuto... No escucho disparos. Entonces, fue una broma, maldita. Andrea se abalanzó sobre mí con la intención de estrangularme por la broma que acababa de hacer, pero no podía parar de reír y ambas terminamos enredadas.

-Eres una rubia maldita, Betania -dijo frunciendo el ceño-. Casi me haces lanzarme de esa ventana del susto. ¿Acaso estás loca?

-Admite que fue divertido -dije, secándome las lágrimas de risa. Ni siquiera recuerdo haberme reído así antes.

-No fue divertido -dijo, fingiendo estar molesta mientras se cruzaba de brazos frente a la cama, mientras yo estaba sobre dicha cama. Más tarde, la sirvienta llevó el desayuno para ambas y nos deseó los buenos días.

-Adoro los manjares de este lugar. No se compara en nada con la basura del instituto -dijo Andrea saboreando un pan de canela.

Ann y yo reímos por lo que dijo. Andrea y yo tratamos de salir de aquella mansión para ir a buscar a Matt al instituto. Se nos hizo un poco difícil la salida, pero Ann se encargó de buscar la manera de cómo hacerlo. Ana había dicho que también iba a escapar con nosotras, así que lo tomé como bueno y válido.

-Chicas, antes de irnos, quiero decir algo...

-Adelante -dijimos al unísono.

-Betania... hay algo que tengo que decirte... -dijo Ann, tomándome de los hombros y mirándome fijamente a los ojos.

-¿Sucede algo? -pregunté, debido al tono en el que estaba hablando. Parecía que iba a hacer una confesión.

-Es que como ya saldremos de aquí y he planeado irme también antes de que suceda una catástrofe...

-No entiendo aún...En ese momento, ella soltó un suspiro.

-Betania... mi nombre no es Ann, es Annie, la mujer que te recogió de la acera aquel día. ¡Lo sabía! -pensé, y sentí cómo mi corazón daba un vuelco.

-¡Vaya! Eso explica por qué, cuando Sandra me trajo a esta mansión, sentí un sentimiento extraño cuando te vi.

-Lo sé. Yo sentí algo parecido. Tal vez no me recordabas con más detalle porque, como ves, corté mi cabello para verme un poco diferente. Sabes que te prometí que volvería por ti desde el día que te llevaron a ese instituto. Estuve buscando miles de formas para volver a verte y traerte conmigo. Y pensé que este es el momento indicado para decírtelo.

-Gracias -esas fueron las únicas palabras que pudieron salir de mi boca en ese momento.

-Entonces... ¿por qué te encariñaste tanto con Betania, si apenas la conocías? -preguntó Andrea.

Los Secretos de Betania [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora