Capítulo 15

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-¿Cómo dices? -pregunté, frunciendo el ceño en señal de confusión.

-Que se notaba que estabas distraída.

-¿Por qué?

-Te quedaste aquí parada por un momento con la mirada perdida. ¿Sucede algo?

-No, no es nada. Mejor iré a buscar un lugar donde sentarme.

-Está bien, ven, yo sé dónde -dijo haciendo un ademán.

Caminé detrás de él y cuando llegamos a la mesa, de inmediato me senté. Había otros chicos sentados ahí, pero no me importó. Aproveché y me recogí el cabello, ya que la brisa lo había despeinado y no me gustaba cómo se veía, y menos para estar comiendo, porque detesto sentir cabellos en mi boca o en mi rostro.

-Estás despeinada, Betania -dijo con una sonrisa burlona.

-Lo sé-le dije rodando los ojos.

-Oye, se rumorea en el instituto que tus padres están planeando hacer un baile de fin de semestre, y yo... quería saber si me puedes acompañar, ya que... tú eres la única amiga que tengo en este lugar en caso de que dicho baile sea cierto -dijo un poco apenado, pasando su mano por el cuello.

-Hmm, tal vez. Verás, en primer lugar, no sé bailar, y si alguna vez lo supe hacer, pues olvidé cómo hacerlo. Cuando desperté en aquel hospital hace un par de meses, apenas sabía mover mis pies para caminar.

-Entiendo -respondió él, asintiendo con la cabeza-, pero... eso no es problema, yo puedo enseñarte. Es que no quiero parecer un idiota en medio de todos, ya que es obvio que será obligatorio asistir.

-Está bien, iré contigo, pero antes averiguaré cuándo es ese baile. Digo, ya sé que mis padres me lo dirán, pero... es igual. Admito que eres un buen amigo y no me tratas con indiferencia como los demás, por ser la hija de los dueños de este lugar -le dije, poniendo mi mano sobre la suya y sonriendo levemente.

-Es que nadie sabe tu secreto sobre "que eres adoptada" -dijo en voz baja, haciendo comillas con sus dedos.

-Es mejor que nadie lo sepa. Incluso, hago creer a ellos que no sé nada de eso -susurré.

-Debe de ser difícil lo que estás viviendo -dijo él, mientras tomaba un bocado de comida.

-Tú no te imaginas lo infeliz que soy aquí. No tengo ni la menor idea de nada, y lo peor es que... Me siento prisionera, quiero libertad, y... Acá eso es algo imposible -dije con tono triste.

-Ánimo, Betania, debes saber que todos estos chicos que ves acá quieren lo mismo -dijo, acariciando mi mejilla.

De inmediato, una chica pelirroja vio aquella escena y dijo:

-Pensé que en este lugar estaba prohibido el romance-dijo con burla, y todos sabían que se refería a nosotros. De inmediato, escuché algunas risas.

No entiendo cuál fue el chiste, no tengo idea de qué significa esa palabra, pero vi cómo Matt empezó a enrojecerse.

-Paula, espero que esto no sea una escena de celos -dijo Matt con cinismo.

-¿Celos de una rubia mimada? No me hagas reír-dijo la pelirroja sarcásticamente.

-Por lo menos esta rubia mimada, como dices, no es como una cierta pelirroja teñida que solo está llamando la atención.

Admito que me siento confundida. Hablan sobre mí, pero a la vez es como si yo no estuviera presente, pensé.

De inmediato se desató una discusión en la cafetería, y en ese momento Sandra entró al lugar con su semblante enfurecido.

-¡¿Se puede saber quién organizó esto!? -preguntó la mujer con un tono de dureza.

Los Secretos de Betania [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora