Sandra estaba parada frente al padre de Andrea, apuntándole con una pistola. En sus claros ojos se podía ver la rabia y el enojo que sentía la mujer de cabello largo. Aquel corpulento hombre solo levantaba sus manos en señal de rendición; preferiría dar su vida a cambio de que a su única hija no le pasara nada.
- ¡Azante! Siempre pensé que tarde o temprano me darías la espalda, pero nunca imaginé esperar semejante traición por parte tuya cuando más te iba a necesitar. De seguro esta mujer te lavó el cerebro, al igual que a mi querido esposo, quien también me traicionó con una de mis sirvientas - dijo Sandra, con ira en su voz.
-Sandra, no diga estupideces. Yo te quería mucho y admito que lo sigo haciendo, pero aquí nadie le ha lavado el cerebro a nadie. Tú más que nadie sabías que tus planes no funcionarían. Creo que fue un error haberte apoyado en un principio; pero cuando descubrí que querías usar a Betania, las cosas cambiaron - dijo el Sr. Walker con los ojos cristalizados.
- Yo no la traicioné, Sra. Walker, solo actué como debí hacerlo hace tiempo. De ninguna manera iba a permitir que le hiciera daño a mi hija Andrea, la cual usted mantuvo encerrada por un tiempo sin razón alguna - dijo Azante.
- Ustedes dan asco, ¿acaso no ven que esto es algo bueno? Si ustedes educaran a sus hijos correctamente, podrían ser más útiles para cualquier cosa - espetó Sandra de forma altanera.
- Sandra, ¿qué sabes tú sobre educarnos cuando me abandonaste a mi suerte cuando aún era pequeño? - soltó Matt.
- No digas estupideces, al igual que tu noviecita. Mi hijo murió al poco tiempo de nacer - contestó Sandra, con tono desafiante.
- Le diré dos cosas: Betania no es mi novia, es mi mejor amiga. Y lo segundo es que ese niño que usted creyó que era su hijo... nunca lo fue. Hubo una confusión y por error le entregaron a usted aquel bebé. Mientras que yo crecí en un orfanato, de hecho, el mismo en que estaba Betania. Y de no ser por mí, nunca la hubiesen conocido a ella, mucho menos obligándola a ser más infeliz con ustedes - reveló con firmeza. Todos posaron su vista sobre él, quien se notaba un poco nervioso. Sin embargo, su rostro se veía relajado, como si fuera algo que quisiese decir desde hace tiempo. Sandra, sin embargo, tensó su mandíbula, mientras un escalofrío recorrió su espalda. La mujer no tenía palabras para responder. Todos estábamos mudos por lo que acababa de decir. En ese momento, mi corazón empezó a palpitar fuertemente y mis manos temblaban igual que las de él. Andrea y los demás tenían una expresión de asombro en el rostro, y un silencio sepulcral que duró unos momentos.
- Sandra, explica qué es lo que está pasando - dijo Alfred, algo confundido con la situación.- Yo podría explicarlo, Sr. Walker - respondí nerviosa.
- Betania, ten cuidado con lo que dices - me advirtió Annie.
- Betania, diles a ellos lo que me contaste - dijo Matt, con seriedad, poniéndome aún más nerviosa. Empecé a explicar lo que había sucedido el día en que Sandra dio a luz a Matt. El Sr. Walker tenía la vista cristalizada, se le notaba que se le había formado un nudo en la garganta. Sandra dejó escapar una lágrima que recorría su bronceada mejilla. A veces, es mejor contar la verdad, aunque venga lo peor al final.
- Betania... ¿De dónde sacaste eso? ¿Cómo lo supiste? - preguntó Sandra, quien había bajado el arma y miraba hacia el suelo, algo cabizbaja.
- Eso... yo... en fin, no importa.
- Los secretos de Betania - murmuró Andrea con ironía.
- Sandra, lamento lo que pasó, pero fue un accidente. Yo no tenía idea. Yo solo recibí al bebé que me entregó una enfermera llamada Monique, la mujer era de Quebec - afirmó Annie.
ESTÁS LEYENDO
Los Secretos de Betania [Completa]
General Fiction-Mi mejor amiga está desaparecida, y yo... no la recuerdo. -Me acusan de su desaparición, no entiendo que pasa, no sé quién es ella. -Daría lo que fuera sólo por tener mis recuerdos devuelta. Betania es una chica huerfana de 16 años de nacionalidad...