Estaba en la fiesta y vi cómo el señor Walker estaba acompañado de su elegante esposa. Admito que son una pareja muy atractiva; ambos se veían muy apuestos esta noche. Después de unos momentos, escuchamos unas palabras por parte de los Walker pidiendo que disfrutáramos la fiesta y también agradeciendo a las personas que trabajan en este instituto. Tras el breve discurso, concluido con un aplauso, continuamos con el baile. Ni Matt ni yo teníamos idea de cómo bailar, así que solo observábamos lo que los demás hacían e intentábamos imitarlos, aunque ninguno de los dos teníamos talento para el baile, y hubo un par de pisadas en el intento, a pesar de que Matt me mintió diciendo que sabía bailar.
***
El ambiente era tranquilo y, por así decirlo, feliz. Matt y yo solo nos dedicábamos a unas leves sonrisas mientras nos dejábamos llevar por la música.
-Admito que ninguno de nosotros nació para bailar, amigo. Voy a omitir el hecho de que me mentiste.
-Pero bailas mejor que yo, Betania. Y sobre mi pequeña mentira... solo dije que sabía bailar para que aceptaras venir conmigo.
-Yo solo... hago un intento y trato de imitar a los demás, y dejaré esta pasar. Quiero que la próxima vez seas sincero, amigo -le dije soltando una risita.
Cerca de nosotros había una pareja que parecía disfrutar del ambiente y, para colmo, Matt los conoce.
-Matt, tu amiga luce hermosa esta noche. Ni parece la niña rica antisocial que aparenta ser -dijo aquel chico de piel achocolatada.
-Omer, Betania no tiene ni la menor idea de quién eres tú, y ya estás hablando así de ella -respondió.
-.¿Y ella es? -preguntó refiriéndose a una chica de pelo negro que le llegaba a los hombros que estaba con Omer.
-Ella es Amanda, y al igual que tu amiga la rubia, no habla mucho -dijo aquel moreno.
Yo no prestaba mucha atención a su conversación; para mí, el ambiente se había tornado pesado y fue cuando lo grave aún no había pasado.
De pronto, el ambiente cambió y vi cómo Lucas fruncía su ceño seriamente.
-Betania, ¿escuchaste eso?
-¿Qué cosa? -pregunté algo confundida.
-Creo que son disparos.
En ese momento, escuché algunos gritos y disparos en algún lugar cerca, y eso bastó para iniciar el pánico.
-¡Qué! -expresó Omer.
-¡Nos atacan, corran! -Gritó Matt alarmado mientras tomaba mi mano.
En ese momento, se escucharon varios tiros en el edificio y todos nos pusimos a correr como pudimos. Para mí, era incómodo ya que el vestido y los zapatos no me ayudaban, así que decidí quitarme los zapatos en pleno desastre para poder continuar. Los demás chicos empezaron a gritar y a correr descontroladamente por todo el lugar, ocasionando un caos en plena fiesta, y varios hombres uniformados entraron al lugar y comenzaron a disparar, Matt y yo nos encontrábamos corriendo muy rápido, ya que le dije que me siguiera porque pondré en práctica algo que no puedo dejar pasar desapercibido.
-¿¡Betania, a dónde vas!? ¡Hay que salir de aquí!
-¡Solo sígueme! -Le dije mientras corría con toda mi energía a la vez en que sentía mi corazón acelerado.
-¿¡Estás loca!? ¡Nos van a matar si no salimos de este lugar!
-Antes tengo que hacer algo.
Entré a la oficina de Sandra y empecé a revisar entre sus archivos a toda prisa. Los nervios no me dejaban concentrarme; mis dedos temblaban, sentía mi corazón tan acelerado que por un momento llegué a pensar que iba a salirse de mi pecho, mis manos y mi rostro empezaron a sudar, haciendo que el cabello que tenía en la cara me molestara, arruinando el peinado que tenía por la corrida. Matt me esperaba en la puerta de la oficina cuidándome la espalda por si algo sucedía.
-¡Betania, date prisa!
-¡Dame un momento! -Grité desesperada mientras seguía buscando.
-No tenemos tiempo, hay que salir de aquí, estoy escuchando pasos que se dirigen hacia acá.
-Listo -Encontré un archivo con el nombre de Andrea Azante, lo tomé entre mis brazos, y junto a Matt comenzamos a correr de nuevo. En mi cabeza algo me decía que era el correcto, ya que yo no había escuchado hablar sobre otra Andrea en el instituto.
Miré hacia atrás y vi cómo dos hombres con unos trajes negros ajustados con cascos puestos en su cabeza, y en sus manos cargaban unos rifles apuntándonos.
Tratábamos de usar toda nuestra energía para correr mientras los disparos eran fallidos, pero para la mala suerte de Matt, un disparo alcanzó su brazo izquierdo, y de inmediato él soltó un grito de dolor. En ese momento, nos metimos al pasillo que lleva a la cocina para perder de vista a aquellos hombres, pero antes tiré al suelo uno de los bebederos, los cuales derramaron toda el agua haciendo que aquellos hombres resbalaran y cayeran al suelo.
-¿Matt, estás bien? -Pregunté mientras observaba la sangre brotar de su brazo.
-Me duele mucho el brazo, hay que darnos prisa, Betania, tenemos que salir de aquí antes de que otra bala nos mate -sentenció en un tono de dolor en la voz.
-Espera, ya sé qué haré. Tú sigue corriendo y escóndete -le ordené.
-¡No te dejaré, Betania!
-¡Confía en mí! -Dije mirándolo a sus azules ojos que parecían negros por lo oscuros que son.
-Betania, eres la única amiga que he tenido y no quiero perderte -Dijo con dolor.
-Matt, tienes que confiar en mí. Corre, yo voy a incendiar el pasillo para que esos hombres no nos sigan.
-Me duele mucho el brazo. Hay que darnos prisa, Betania. Tenemos que salir de aquí antes de que otra bala nos mate -sentenció con dolor en su voz.
-Por favor espera. Ya sé qué haré. Tú sigue corriendo y escóndete -le ordené.
-¡No te dejaré, Betania!
-¡Confía en mí! -dije mirándolo a sus ojos azules que parecían negros por lo oscuros que eran.
-Corre, yo voy a incendiar el pasillo para que esos hombres no nos sigan.
-Está bien, yo estaré por allí -asintió mientras sujetaba su brazo, el cual goteaba mucha sangre.
En ese momento, Matt me dio un abrazo muy fuerte y vi mucha angustia en sus ojos, mientras que la sangre que brotaba de su brazo me manchó el vestido y la cara. Luego él fue a ponerse a salvo. Mientras tanto, yo entré a la cocina del instituto, recogí varias botellas de bebidas alcohólicas que encontré, tomé unos fósforos, arranqué y destrocé unos manteles de tela fina y los empapé con el alcohol. Finalmente, envolví las telas en la parte superior de las botellas y utilicé los fósforos para incendiarlas y lanzarlas al pasillo donde se escuchaban pasos de botas y disparos. Una tras otra fui lanzando aquellas botellas, las cuales explotaban cuando caían al suelo, causando un enorme incendio en el pasillo que nos daría ventaja a Matt y a mí para salir de aquí sin que nos persiguieran.
ESTÁS LEYENDO
Los Secretos de Betania [Completa]
General Fiction-Mi mejor amiga está desaparecida, y yo... no la recuerdo. -Me acusan de su desaparición, no entiendo que pasa, no sé quién es ella. -Daría lo que fuera sólo por tener mis recuerdos devuelta. Betania es una chica huerfana de 16 años de nacionalidad...