Los Secretos de Betania [Completa]

Capítulo 7

Caminaba lo más rápido posible para llegar a la cafetería y encontrar a Andrea. Solo esperaba que me hubiera guardado un lugar, porque al estar todos los chicos del instituto aquí, es difícil encontrar un lugar para sentarme a almorzar. No tengo amigos en este lugar, solo recibo miradas acusadoras por ser la "hija de los Walker". Entré a la cafetería y no vi rastro de Andrea por ningún lado. Ya me estaba empezando a preocupar. Miré por todos los lados posibles y no vi ningún rastro de Andrea. Tendría que sentarme como el primer día en un lugar solo para almorzar en compañía de mis pensamientos. Fui a hacer fila para tomar mi almuerzo, como es de costumbre. La comida que nos dan aquí no es para nada buena, pero igual debo comerla. Al fin llegó mi turno, me sirvieron y fui a sentarme en un lugar alejado, ya que no me parecía extraño. Admito que me estaba acostumbrando a almorzar con Andrea. Tomo asiento y empiezo a comer. Cuando giro a ver, Matthew estaba parado en frente mío con una cara de satisfacción y noté que ya le habían cortado el cabello.

—¿Quieres algo? — pregunté seriamente.

—Solo vine a preguntarte si... ¿puedo sentarme aquí?

—Hmm, está bien— respondí encogiéndome de hombros. De inmediato se sentó y empezó a comer.

—Entonces ya te cortaron el cabello.

—Sí, pues... Fue ahora, uno de los guardias del lugar me vio y me enviaron a la barbería. Admito que se siente extraño, pero volverá a crecer en menos tiempo de lo que crees— dijo pasando una mano por su cabello.

—Ahora no pareces el mismo de ayer.

—Lo sé, pero volverá a crecer.

—Es obvio, ¿no?

—Normalmente te gusta estar lejos de los demás, ¿verdad, Betania?

—¿Qué? — dije frunciendo el ceño.

—Perdón, quise decir, ¿que si te gusta estar todo el tiempo sola?

—Ehm, digamos que... sí.

—Pensé que tenías alguna amiga.

—Ehm, una pregunta, ¿acaso te sentaste aquí para investigar o, mejor dicho, interrogarme sobre mi vida? — pregunté con un tono de desagrado.

—Lo siento, Betania, no era mi intención hacerte enojar. Oye, la verdad es que... yo te conozco mejor de lo que crees.

—¿De verdad? — dije alzando una de mis cejas—Matthew, te contaré lo que me sucede, aunque tú me digas que me conoces de algún lado, no podré recordarlo, porque perdí la memoria hace un tiempo. Hasta ahora no he recordado gran cosa e incluso dejé de ir a la psicóloga, ya que no me hacen efecto sus terapias para tratar de recordar algo.

—Ah, lo siento, no lo sabía.

—Sí, así es. Y en cuanto a mis amigas, en realidad no tengo, bueno... a excepción de Andrea.

—¿Quién es Andrea?

—Andrea es una amiga que conocí aquí mismo en la cafetería cuando apenas tenía unos días de haber llegado. No la ves aquí con nosotros porque la verdad no tengo ni la menor idea de dónde se ha metido hoy.

—Oye, ya terminó la hora del almuerzo. Seguiremos charlando luego. ¿Dónde quieres que nos veamos?

—¿Qué? — dije a la vez que sentía cómo mis mejillas se enrojecían.

—O sea, un lugar para contarte todo lo que sé sobre ti. No tenías por qué ser mal pensada— dijo soltando una leve risita.

—No pensé nada, lo juro— le dije rápidamente.