Me despedí de Andrea y salí de las duchas. Seguí el rumbo hasta mi cuarto por este tenebroso pasillo, que solo me recuerda al hospital de donde escapé hace un tiempo atrás. Caminaba cerca de la oficina de los Walker cuando alcanzo a escuchar una extraña conversación una vez más y me acerqué silenciosamente, porque creí haber escuchado mi nombre de la boca de Sandra, que tal vez hablaba con otras personas. Me asomé en silencio y acerqué mi oído a la puerta, sé que es de mala educación, pero tengo curiosidad por saber de qué hablan y por lo que escuché, mencionaron mi nombre.
—Creo que la debes sacar de aquí— dijo Sandra.
—Es culpa tuya, no debiste decirle lo de su adopción, Sandra— replicaba Alfred un poco enfadado.
—No creí que fuera tan malo, Alfred.
—¿Y acaso tú le dijiste de dónde la sacamos? —preguntó Alfred un tanto alterado.
—No, claro que no le dije, incluso le dije cuando me preguntó por sus padres que ellos habían muerto.
—Fue lo mejor que hiciste, ella nunca debe enterarse de la verdad.
No podía creer lo que estaba escuchando, los Walker al parecer me tenían secretos y yo que buscaba acercarme a ellos para ganarme su cariño y ahora me doy cuenta de que nada es lo que parece— pensé con asombro.
—¿Qué haces ahí, rubia? — preguntó un chico alto de pelo castaño y piel clara que me encontró pegada a la puerta. Yo, asustada, le contesté: —Y-yo...solo estoy haciendo algo que no es de tu incumbencia— Balbuceé con los nervios apoderándose de mí.
—¿Sabías que es de muy mala educación espiar o escuchar conversaciones ajenas?
—Yo no estoy espiando— le dije frunciendo el ceño.
—Yo creo que te conozco— dijo el chico— mi nombre es Matthew— Se presentó estrechando su mano.
—No es cierto, no sabes quién soy, adiós— dije abandonando el lugar, pero el chico me tomó del brazo y me volteó frente a él, haciéndome mirarlo directo a los ojos. Sujetó fuerte mis brazos haciéndome sentir un poco asustada.
—Claro que sí te conozco, ya te he visto en otra parte.
—No es cierto, y déjame ir— dije con un tono un poco elevado entre dientes— Luego de eso me tapé la boca y miré para todos lados, escuchando cómo los pasos de los zapatos de Sandra se dirigían hasta la puerta para salir, y sin más el chico y yo nos lanzamos a correr y buscar un escondite. No teníamos alternativa, nos metimos en el cuarto de limpieza del conserje hasta que el peligro pasara, pude observar a unos guardias que se iban tras nosotros.
—Gracias a ti, me meteré en problemas— dije en voz baja, algo enfadada con el chico.
—¿Gracias a mí? Pero tú eras la que estaba de espía— dijo con un tono burlón.
Rodé los ojos ante el comentario.
—Solo espero que no vayan a mi cuarto o de lo contrario estaré muerta, y a propósito, ¿qué hacías tú si se puede saber?
—Nada, solo caminaba por aquí y resultó que vi a una linda chica rubia espiando en una puerta y me dio curiosidad saludarla.
—Ah, qué bien de tu parte, ahora salgamos de aquí y finjamos que nunca nos vimos, está bien.
—Bueno, como quieras— asintió el chico encogiéndose de hombros.
Salimos de ese lugar y caminé a mi cuarto. Me despedí de Mathew y de pronto yo caminaba casi corriendo rápidamente, solo percatándome de no ser vista por nadie. Lo malo era que ya estaba empezando a sudar, me frené en seco cuando vi a unos guardias cerca de mi habitación.
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Los Secretos de Betania [Completa]
General Fiction-Mi mejor amiga está desaparecida, y yo... no la recuerdo. -Me acusan de su desaparición, no entiendo que pasa, no sé quién es ella. -Daría lo que fuera sólo por tener mis recuerdos devuelta. Betania es una chica huerfana de 16 años de nacionalidad...