{MIRI POV}
Miré a mi alrededor, ya me he mudado y estoy aquí viviendo totalmente sola...
Ha pasado una semana desde lo de Raúl, el juicio de momento se ha paralizado porque durante la investigación se han ido descubriendo nueva gente metida dentro de la red, haciéndonos quedar como inocentes pero testigos... Tendremos que ir al juicio a ser testigos... bueno al menos ya no nos vana encarcelar, y todo gracias al abogado de Juan que se ha encargado de todo.
Esto es demasiado grande para mí sola y parece aún más que estoy más sola. Me tiré al sofá. Me siento sola, aquí sin nadie que me moleste, sin el idiota de Roy dándome el coñazo, haciéndome de rabiar o provocándome inconscientemente... Lo único bueno es que estoy más cerca de la universidad, pero tampoco es mucha ventaja porque me aburro como una ostra dando clase de física y matemáticas.
El timbre de la puerta sonó, ¿quién será si no espero a nadie?
Me levanté y fui a la puerta, la abrí, no puede ser, no tengo ganas de idiotas. Me encontré con una pareja joven, un chico altísimo y muy guapo y una chica muy bajita qué era adorable por su altura.
-¿Hola?-pregunté insegura y alternando la mirada de uno a otro.
-¡Hola!, somos tus nuevos vecinos, hemos visto que te acabas de mudar-dijo la chica, yo asentí sonriendo falsamente. Solo quiero estar tranquila, he conseguido deshacerme de la Cotorra Madre y ahora tengo otros vecinos pelmazo, ¿señor que te he hecho para que me odies tanto y me mandes a los vecinos más pesados que conoces?
-Soy Miranda-dije, ella me sonrió, el chico solo me miraba sin decir nada. Se nota que está muy cohibido por la chica; él es muy guapo...
"No Miranda no, te has prometido a ti misma que dejabas esto de la irresponsabilidad con los hombres que luego acabas mal" me dijo mi conciencia. Qué más da, si sé que no voy a ser capaz de resistir mucho tiempo sin acostarme con un hombre... Además ahora que no tengo que ver a Roy diariamente puedo olvidarme de él...¿verdad? porque eso es lo que quiero hacer ¿no? estoy hecha un lío enorme. Creo que quiero a Roy pero la cosa es que no quiero sentimientos, me tatué esa maldita frase para algo, "yo decido mi propio destino" y mi destino es no tener sentimientos amorosos, ¿entendido? todos los días me miro el tatuaje en el espejo para recordármelo.
-Yo soy Rocío, él es Rodrigo-me dijo la chica, me quedé mirando al chico.
-Un momento, ¿tú me suenas? ¿vas a mi universidad verdad? creo que alguna vez te he visto por los pasillos-dije mordiéndome el labio.
-Sí puede ser-me dijo tímido, Rocío miraba atentamente a su novio como si fuera a meter la pata.
-Bueno Miranda encantados de conocerte, si nos necesitas para algo estamos en la puerta de enfrente-me dijo Rocío algo tensa, vaya desconfiada, ya se piensa que le puedo quitar al novio, ¿pero yo meterme en la relación de alguien? bueno en realidad hace bien desconfiando de mí...
-Lo mismo digo-dije sonriendo y cerré la puerta, no me apetece ser simpática.
Para empezar, ¿por qué debo ser simpática? He tenido una infancia de mierda sin padres, he vivido como he podido con el dinero que mi hermano el desaparecido ingresa de vez en cuando, me he metido en un buen lío con un hombre que ha acabado decapitado en su propia casa y ahora vivo perseguida y alejada de mis amigos porque no quiero ponerles en peligro; creo que todo eso es suficiente para que se me permita no ser simpática...
¿Qué hago ahora? si es que estoy aquí más sola que la una y amargada. Me pondría a dormir pero eso significaría tener pesadillas; porque veamos, yo voy de chica dura, pero lo de Raúl me ha marcado bastante, un día estaba con él y al otro de repente pum, me lo encuentro como me lo encuentro y el lío en el que me veo envuelta... vaya caos estoy hecha.
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Los gemelos viven conmigo (#VCG2)
Novela JuvenilAlexandra ya tiene 18 años; ha pasado un año y medio desde su desastrosa experiencia en Inglaterra. Tras abandonar todo su pasado y empezar de cero, ha rehecho su vida: se ha independizado, ha acabado el instituto y ha conocido a mucha gente nueva...