{LIDIA POV}
Pum pum pum
Me revolví en la cama al escuchar el estruendoso ruido de alguien llamando a la puerta.
–Ummm... Tom... están llamando a la puerta, levántate–dije entre gruñidos, ese ruido me ha despertado.
Tom se revolvió y sin decir nada se levantó.
Me desperecé e hice lo mismo, me acerqué a la ventana y corrí las cortinas dejando que entrara la luz, abrí la ventana.
Miré las vistas y me quedé pensando en lo bonito que era todo, por la noche había estado lloviendo y todo estaba mojado. Inhalé y me vino el frío olor a tierra mojada a mis sentidos que en verdad me encanta.
Fui hacia el salón.
–¿Quién fue quien llamó a la puerta?–pregunté sacándome las bragas de la raja del culo que se me habían metido.
–Un ramo de flores para ti y un paquete–dijo Tom acercándose a la cocina–¿Quieres café Lidia?
–¿Para mí? ¿de quién?–pregunté extrañada, aquí casi nadie me conoce, ¿por qué iban a mandarme algo?
–No sé, míralo a ver, te lo he dejado en la mesa–dijo Tom encendiendo la cafetera.
Me acerqué a la mesa y vi el paquete y el ramo. Cogí la tarjeta que había en el ramo.
Patata.
Era lo único que decía, me quedé paralizada, ¿patata? ¿en español? ¿y nada más? ¿es esto de Roy? No puede ser, él no tiene ni idea de dónde estoy o de como me llamo ahora.
Sin darme cuenta la respiración se me había acelerado y me había puesto nerviosa, hay que ver lo que una mísera palabra puede hacer...
Con las manos sudorosas cogí el paquete entre mis manos y lo abrí. Acaricié entre mis manos ese tejido suave, se me pusieron los pelos de punta y me entraron naúseas...
Cerré los ojos y saqué del paquete lo que había, no quería mirar y aun así sabía lo que era.
Era el vestido rojo de seda que me regaló Raúl, sí ese mismo que le devolví personalmente en el restaurante durante la cena y que luego más tarde mi hermano me metió en aquella bolsa de deporte con mis esenciales para la nueva vida...sí ese que me rehusé a coger y lo dejé tirado en el coche. ¿Qué hace el vestido aquí?
¿Es esto de mi hermano? Pero si Jorge me dijo que no quería saber nada de mí, además por qué iba a enviar este paquete tan extraño con flores y un mensaje que tenía que ver con Roy, ¿acaso Jorge sabía la existencia de Roy?
Se me cayó el vestido al suelo y me llevé las manos a la boca cuando mis neuronas ataron todos los cabos, me quedé paralizada. ¿Es esto una señal de que la banda de narcotráfico me ha encontrado? ¿tienen a Roy y a mi hermano? Porque el último que tuvo el vestido fue mi hermano y lo de patata era algo muy personal entre ese gemelo estúpido y yo.
Miré a todas partes aterrorizada. Tom frunció el ceño y me miró preocupado.
–¿Lidia, estás bien?–me preguntó.
Yo me acerqué rápidamente a la ventana y miré de un lado a otro intentando ver si veía a alguien.
Estaba muy nerviosa y mi mente comenzaba a pensar en infinitas opciones intentado saber el porqué de las cosas, qué significaba ese paquete, intentaba negar mis presupuestos, es imposible que tengan a mi hermano y a Roy.
Mi respiración comenzó a hacerse irregular; no entiendo lo que está pasando, solo entiendo que sea lo que sea todo solo puede significar peligro.
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Los gemelos viven conmigo (#VCG2)
Teen FictionAlexandra ya tiene 18 años; ha pasado un año y medio desde su desastrosa experiencia en Inglaterra. Tras abandonar todo su pasado y empezar de cero, ha rehecho su vida: se ha independizado, ha acabado el instituto y ha conocido a mucha gente nueva...