{MARK POV}
Salí corriendo del ascensor, pasando entre todos los señores trajeados que trabajan para Juan. La décima planta de este edificio era la última y era donde se encontraba el despacho de Juan. Dylan nos ha hecho llamar a todos y nos ha pedido que nos reunamos todos en cuanto antes mejor y parece ser que soy el último en llegar. Llegué a la puerta del despacho, llamé y entré.
Dentro estaba ya mi princesa que salió antes que yo de casa con Roy; Miri que por su cara se veía que no quería estar ahí; Dylan que tenía los ojos abiertos de par en par, expectante; una señora que en mi vida había visto y por último estaba Juan Jiménez, todos miraban desafiante a un libro viejo y mugriento que estaba situado en el centro de la mesa de despacho de Juan.
–Siento llegar tarde–dije tomando asiento. –¿Por qué nos has hecho llamar a todos?–le pregunté a Dylan.
–Eso le estaba comentando al resto...–dijo Dylan pasándose las manos por el pelo, por estas cosas se nota que somos familia.–Antes de nada me gustaría presentaros a la doctora Suárez, es médico forense y me ha estado ayudando con este caso al igual que vosotros–todos miramos a la mujer y ella sonrió.
–¿Qué es ese libro Dylan?–preguntó Alex.
–Ayer me colé en casa de James Weaver y rebuscando encontré este libro, en realidad había muchísimos más, pero este era el que tenía el nombre de mi madre. No lo he abierto, al menos este en concreto, abrí en su casa el de otras personas y su interior era inquietante, fotos y descripciones de personas muertas, cómo habían muerto, qué instrumentos usados en su asesinato y cómo limpiar las pruebas, por lo menos había unos veinte libros más–dijo mi primo, un escalofrío me recorrió el cuerpo, Alex se llevó la mano a la boca.
–¿Y a qué esperamos para abrirlo?–dijo Miranda, todos los presentes en la sala la miramos. Roy y Juan miraban todo callados y atentos.
Miranda se levantó un poco de la silla para alcanzar el libro, lo cogió entre sus manos y lo abrió por una página al azar.
–Ahh–gritamos todos al ver el cuerpo muerto de mi tía fotografiado desde distintos ángulos.
–Joder, puto loco–dijo Miri entre dientes y soltó el libro inmediatamente. Lo cogió Juan y con la mirada fría fue pasando las hojas.
Roy apretaba el puño en silencio y con los ojos llenos de ira le metió un puñetazo a la pared, nos sobresaltamos; Dylan se mordía el labio aguantando las ganas de llorar y yo, yo... es que no sé muy bien qué está pasando, un hombre tiene un registro de personas muertas en su casa, todas fotografiadas y descritas a la perfección y una de ellas es mi tía, una de las personas que más he querido en mi vida.
–¿Desde el punto de vista médico, usted qué opina?–le preguntó Juan a la doctora pasándole el libro.
–Las descripciones están muy bien elaboradas, la persona que las ha escrito sabe lenguaje científico y está experimentado en el tema–dijo la doctora Suárez.
–¿Pero y esto cómo se supone que va a incriminar a David?–Preguntó Alex.
La doctora me pasó el libro y leí alguna de las descripciones, porque yo era incapaz de mirar a las fotografías, aparecían muchos nombres de sustancias químicas.
–Quizás esto sirva–dije y leí en voz alta una de las anotaciones–
Vanessa Meester, 35 años de edad.
Causa de la muerte: graves traumatismos y posterior estrangulamiento a manos de su marido.
Caso número 50: hacer que parezca un accidente. Caída desde una escalera.
Procedimiento: eliminar del cadáver...
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Los gemelos viven conmigo (#VCG2)
Teen FictionAlexandra ya tiene 18 años; ha pasado un año y medio desde su desastrosa experiencia en Inglaterra. Tras abandonar todo su pasado y empezar de cero, ha rehecho su vida: se ha independizado, ha acabado el instituto y ha conocido a mucha gente nueva...