Capítulo 18.

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KAY

Desperté por un leve peso en mi cuerpo. Sentía que algo apretaba ligeramente mi zona baja, por lo que bajé mi mirada a mi cintura, y sobre esta había un brazo. Esperen ¿Un brazo? Al principio me asusté, pero me sorprendió al ver que tanto el brazo como la mano pertenecían a Min YoonGi, y eso, era sumamente extraño. Extraño era el que él estuviera acostado a mi lado. Su mano era grande, sus dedos eran finos y alargados, acompañados de un anillo de plata.

Intenté levantarme, pero me tenía retenida.

-Quédate quieta- me susurró en el oído, generando escalofríos.

-Quiero levantarme- le respondí.

Dicho eso, giró mi cuerpo, quedando mi rostro a centímetros de él. Sentía su respiración tan cerca de mí y se sentía muy bien. Pero, me sentía nerviosa ante su cercanía.

- ¿Dormiste bien? -me preguntó. Era extraña su preocupación.

-Sí- acercó su mano derecho, para luego acariciar con su dedo pulgar mis mejillas.

-Eres hermosa- y sin pensar en lo que se venía se acercó mucho. Su respiración estaba más cerca, y finalmente unió sus labios a los míos.

Sus labios comenzaron a moverse sobre los míos, los cuales, a los pocos segundos reaccionaron, para comenzar a seguirle el juego. Sin darme cuenta, terminé debajo de él.
Sentir sus labios, era la mejor sensación del mundo, una sensación exquisita, placentera. Abrí un poco mi cavidad bucal, dejando ingresar la lengua de YoonGi, la cual exploraba todo el espacio posible, pero a la vez batallando con la mía. Era una sensación inexplicable, era fascinante. Nuestros labios encajaban a la perfección, mejor que unas piezas de rompecabezas. Extrañaba sus labios, debía admitirlo. Qué sacaba con mentirme a mí misma.

Nos detuvimos por la falta de oxígeno. Me sonrió y depositó un beso en mi frente.

-Eres hermosa, te lo dije antes, te lo he dicho y te lo diré después- yo solo le sonreí.

-Yo...- no alcance a formular oración alguna, puesto que la puerta de la habitación se abrió de pronto.

No alcancé a decir nada, puesto que quien abrió la puerta, para posteriormente ingresar por ella fue SuJin, quien llegó corriendo con sus pantuflas de conejito y su pijama celeste. YoonGi al verlo, se sonrojó y se corrió al lado de la cama. Sus mejillas lo delataron, ya que un leve rosado comenzó asomarse en su pálida piel.

-Ven pequeño- lo tomó en brazos y lo subió a la cama.

-Papito, hambre- él solo le sonrió a su hijo.

-Son apenas las 7 de la mañana, tú te levantas más tarde- le dije sonriendo.

YoonGi sólo me miró, para luego dirigir sus ojos al pequeño. Se levantó de la cama, para luego recostar a SuJin a mi lado, arropándolo, para salir de la habitación.
Me quedé acariciando a mi pequeño, mientras él solo me abrazaba. Acariciaba su cabello oscuro, sedoso y liso, igual que el de su padre. Estábamos arropados y calentitos. Pero la tranquilidad se acabó, puesto que después de unos minutos ingresó YoonGi con una bandeja, con dos tazas de té, panecillos, algo de pastel y una mamadera. Esta última, me extraño.

-Aquí les traje algo- depositó la bandeja sobre la cama, para luego pasarle la mamadera a SuJin.

-YoonGi, SuJin ya no toma mamadera- le dije algo nerviosa, por su posible reacción.

-Kay ¿déjame regalonearlo un poco? - solo sonreí- lo que él quiera, conmigo lo tendrá-

Comenzamos a comer tranquilos. SuJin solo se chupaba los dedos que tenían algo de chocolate, por el pastel. Mientras que YoonGi, no decía palabra alguna.

Esa mañana, paso lenta y llena de cariños y mimos por Min. Era extraño su cambio de humor. Si TaeHyung viera esto, me diría que algo está planeando, pero como dice Jeon, a veces las personas cambian, y eso quería creer.

-YoonGi ¿no irás a trabajar? - le pregunte al sentir su presencia detrás de mí, mientras bañaba a SuJin. Este último solo se dedicaba a jugar con un patito de hule en la tina.

- Soy el dueño Kim- hizo una pausa mientras observaba a nuestro hijo- y voy cuando quiero- respondió- además hoy quiero estar con mi familia.

Eso me sorprendió, porque antes de que nos separáramos o más bien, divorciáramos, YoonGi no faltaba al trabajo nunca. Es más, siempre estaba ausente en casa y nunca me acompañó a una visita al médico, respecto a mi embarazo. Eso, fue uno de los hechos que más me dolió.


Luego de secar a SuJin y vestirlo, YoonGi me llevó al comedor.
Me senté en el sofá, mientras lo miraba como se paseaba en el celular mensajeando a no sé quién.

- ¿Qué haces? -le pregunté de buena manera- ¿Es Jimin?

-Cosas- me respondió cortante- eso no te importa, con quien hable o quién no- yo solo baje mi mirada. No sé qué sucedía con él y su comportamiento tan variable ¿Sería bipolar? Quizás. No lo sé.

- ¿Qué te sucede? - de repente preguntó.

-Nada- me levanté para ir a la cocina, pero YoonGi me tomó del brazo, atrayéndome a él. Sus brazos rodearon mi cintura.

-Te tengo una sorpresa- sonrió, mostrando sus encías.

Caminamos hasta la entrada de la casa y al abrir la puerta, apareció un chico como de la edad de YoonGi ¿Y mi sorpresa?

-Kay, desde ahora y por tu seguridad- me miró directamente a los ojos- y la de SuJin y la del bebé- acarició mi panza, que no se notaba aún- vas a tener un chofer.

-No es necesario- me miró expectante- sé andar sola, sabes que me manejo muy bien en el transporte público.

-Cariño, no es necesario- hizo una pausa- te llevará a donde y cuando quieras- sólo me resigné y asentí- además, así estaré más tranquilo en el trabajo.

- No es un embarazo de riesgo YoonGi- asintió.

- Lo sé, pero acepta amor por favor.

- Esta bien- respondí algo dudosa.

- Los dejaré para que se presenten- se encamino al comedor, dejándome sola con aquel extraño.

-Bueno, mi nombre es Jung HoSeok- sonrió amistosamente, lo cual me genero confianza- desde ahora soy su chofer privado y la llevare a donde desee sra. Min.

Lo que no sabía Kay, era que aquel chico, no sólo sería su chofer, sino que era una de las manos derechas de su ex marido, su amigo, su primo y su espía.



🌻🌻🌻

Fue un error. (Min YoonGi) Wattys 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora