Fue un error. (Min YoonGi) Wattys 2020

Capitulo 22.

YOONGI

Desperté algo temprano, siendo que si no me equivoco es ¿sábado? Sentía un cuerpo a mi costado. Dirigi mi vista hacia esto, y allí estaba Kim Kay, desnuda. Se encontraba tan solo tapada por la delgada sabana, banca de algodón con detalles cremas. Me había acostado con ella ¿Qué hiciste Min? A pesar del odio-amor que siento hacia ella, aún había una chispa entre los dos. No debía negarlo o hacerme el ciego, sordo y mudo frente a ello. La tenía abrazada o más bien, agarrada por la cintura con mi brazo izquierdo. Y su trasero estaba muy apegado a mi miembro, y eso no era muy bueno que digamos.

La solté un poco, para levantarme e ir a despejar la mente, pero Kay despertó al instante.

- Hola amor- dije dándole un tierno beso en los labios.

- Hola YoonGi - me sonrió.

- ¿Durmieron bien? - me miró extrañada ante mi interrogante- tú y el pequeño- acerque mano a su vientre para acariciar lentamente esa zona- a eso me refiero.

- Sí, descanse mucho- respondió algo bajo.

Luego de un breve regaloneo con Kay, con una serie de besos y leves caricias mutuas; nos levantamos para desayunar, ya que, debía reconocer que tenía mucha hambre.
Kay se dirigió al baño, y yo fue a la habitación de SuJin, quien aún dormía abrazado a su osito de peluche.

- Sujin- toque su cabeza en reiteradas oportunidades, pero no reaccionaba- SuJin levántate.

- Es igual a ti- me dijo Kay, con la toalla alrededor de su cuerpo- cuesta que se levante.

- ¡Oye pequeño¡

Abrió sus pequeños ojitos, acompañados de una sonrisa, tierna y delicada. Sólo le sonreí.

Estábamos desayunando, tranquilamente puesto que hoy no iría al trabajo, pero todo se vio interrumpido por una llamada de mi secretaria Yandi. Cada vez que deseaba no aparecer por aquel lugar, llamaban ante cualquier tontera que ocurriera.

- ¿Es necesario que vaya? Estoy ocupado Yandi- Kay me miraba algo preocupada.

-Sr. Min, es urgente- estaba algo nerviosa- el sr. Jimin lo necesita, además usted es el dueño, además.

Me levanté de la mesa, algo abrumado y cansado de esa rutina de mierda. SuJin sólo me dijo que volviera pronto y Kay me dio un beso tierno, todo esto a modo de despedida.
Subí a mi vehículo, sin saber la sorpresa que me llevaría al llegar a mi empresa o lo que me esperaba al ingresar a esta.

Estaba Hyun-ah junto a su padre, increpando a mi hermano, quien ya estaba nervioso, dado la situación en aquel instante. Jimin, solía ser seguro de sí mismo, pero cuando se enfrentaba a alguna circunstancia fuera fe su zona de confort, deseaba que la tierra se lo tragara.

- ¿Qué hacen aquí? - ambos me miraron de manera retadora añ verme de pie al lado de la puerta de vidrio.

- Vengo a reclamar el derecho de mi hija- dijo el padre de Hyun-ah- ella llevaba ya tres años de noviazgo a tu lado y de un día a otro la dejas por una zorra.

- Esa zorra, en primer lugar, es la madre de mi hijo y del que viene en camino-Hyun-ah sólo abrió la boca- y otra vez más, que lo escuche decirle eso nuevamente juró que le rompo la boca.

- ¿Te metiste con ella estando con mi hija? - asentí.

- Sí, lo admito- hice un pausa- ¿algún problema con ello?

- Juro Min, que te dejaré sin un centavo y vivirás en la pobreza más grande de tu vida- sólo reí al igual que Jimin que escuchaba todo.

- Si no recuerdo, el contrato con su empresa finalizó hace más de 1 año- dijo Jimin- y ahora estamos asociados a otra empresa.

- Pero...- no lo dejamos hablar.

- Ahora si me disculpa, retirase de nuestra empresa- Hyun-a me miraba con odio, si las miradas mataran ya estaría casi llegando al núcleo de la tierra- además- hice una pausa- ahora tengo que ir con mi familia.

Hyun-ah salió frustrada de la oficina junto al vejestorio de su padre. Sus tacones se escuchaban a lo largo del pasillo resonar. Luego de que desapareciera de nuestra vista, Jimin volvió a sentarse. Su mano paso más de tres veces por sobre su cabellera. Estaba aún nervioso o eso creía yo. Lo miré un instante mientras pasaba mi mano sobre mi cabellera, imitando su gesto.

- Permiso- entró por la puerta Kim NamJoon sonriente- ¿qué sucedió? - preguntó mi abogado- vi una chica gritando histérica en el ascensor.

- Problemas con Hyun-ah y el contrato con la empresa de su padre- asintió.

- Te entiendo YoonGi, pero vengo a contarte algo- asentí- te tengo una noticia buena.

- ¿Qué cosa? - pregunte dudoso y curioso.

- La otra vez, me contaste sobre tu historia con Kay, sobre que esta persona te había dejado por alguien y todo el cuento chino- asentí, mientras que Jimin observaba atento- querido YoonGi, el juzgado aprobó lo que tanto querías.

- ¿Qué cosa? - preguntó ahora Jimin. Sentía en lo más profundo de mi ser, que no saldría nada bueno de esta noticia, la cual según Nam era espectacular.

- Podemos presentar la demanda de custodia ante Kay, y quitarle para siempre a SuJin- Jimin me miró horrorizado- y al pequeño que viene en camino igualmente- las tienes todas de ganar Min por sobre ella, ya que tu posición económica vale mil veces sobre el título de madre de ella ante el juzgado.

Había resultado, por fin lo que tanto anhele desde un principio. SuJin y el pequeño serían míos para siempre. Pero, en todo esto ¿dónde quedaría Kay? ¿qué pensé en ese momento?

- Éstas loco- exclamó Jimin empujándome violentamente sobre el escritorio- ¿cómo quieres quitarle tus hijos a su propia madre? ¡Con que cara! Me decepcionas hermano, eres un...

- ¿Un qué Jimin? - pregunté.

- Un completo hijo de puta.

- No es por entrometerme, pero la decisión es de mi cliente- dijo NamJoon.

- NamJoon, dime ¿por qué apoyas esto? - dijo Jimin con ira- piensa en mis sobrinos, no serán felices sin su mamá al lado.

Era cierto el punto de vista por mi hermano, con Kay las cosas iban bien, pero ¿por qué? ¡Qué pensé en ese instante! Debía reconocer que la molestia y la sed de venganza en aquel momento hizo que me dejara llevara por estos pensamientos de mierda.

Debía admitir que realmente a Kay la amo y no quiero que sufra, nuevamente.

- Nam- me miró atento, mientras Jimin tenía sus ojos llorosos- rechazo la demanda- me miro sorprendido- los niños se quedan con Kay y conmigo, pero que esto no salga de estas cuatro paredes.

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