Capítulo 30.

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KAY

-Pero quédense a dormir- les comenté acompañado de una cálida sonrisa- hay suficientes habitaciones- TaeHyung junto a JungKook me observaban.

-No queremos incomodarte querida- respondió el último abrazando a Tae.

-Esta bien, pero tengan en cuenta que yo no evite el que se quedaran- luego de despedirnos y fundirnos en un fuerte abrazo, ambos se fueron a Busan. Cerré la puerta para luego ir a la cocina, donde estaba Sue.

Juntas, lavamos los platos, mientras que SuJin veía televisión en el comedor. Sentado específicamente en el sitio que le pertenecía a su padre en aquel sofá negro. Terminadas las tareas, me dirigí al sitio donde se encontraba mi hijo, para posterior a ello, ir a bañarlo. 

-Rica agua- dijo SuJin moviendo su patito de hule en el agua, mientras leves gotas salpicaban y brotaban por los aires.

-Qué bueno cariño- comencé a esparcir el shampoo por su cabello suavemente. Al ver a mi pequeño de reojo, era como estar al lado de YoonGi. Son sumamente idénticos. Una fotocopia.

-¿Y papito?- interrogó mientras movía sus manitos.

-Está donde tu tío Jimin- sólo sonrió y siguió jugando con la espuma.

Después de terminando el baño, lo llevé a su dormitorio, para ponerle el pijama y secarle el cabello, mientras lo peinaba un poco.  Afuera hacia un frío de miedo, y por ello, aún no me explico porque mi hermano y mi cuñado no se quedaron aquí. A veces me siento sola, no tengo a quien contarle mis cosas y eso me entristece. Antes, me sentía más acompañada y rodeada en los brazos de mi familia, Sin embargo, debía admitir, que ahora mi familia creo, que era YoonGi, junto a mi hijo. Mi hermano y cuñado, estaban en otro plano, ya que, ambos estaban formando su familia.

-Ya cariño, es hora de dormir- SuJin se acostó en su cama, por mientras que lo arropaba.

-Mamita, extraño a papito Jin- un nudo en mi garganta surgió ante aquella frase. 

-Yo igual cariño, pero él, él está en un mejor lugar junto a tu abuela- me miró con sus ojos algo llorosos- él te protege de igual manera desde el lugar en que este en cualquier momento, como ahora.

-Esta bien mami- le di su beso de buenas noches junto a una sonrisa, para luego salir de la habitación.

Cerré la puerta del dormitorio de SuJin con sumo cuidado. Mientras iba a mi habitación, decidí pasar a la nueva habitación que sería del bebé. Me paré frente a ella, para luego abrir la puerta suavemente, y así poder observar el bello lugar que había decorado YoonGi junto a Jimin. Aquel sitio tenía un suave tono amarillo pastel con un cielo blanco, acompañado de una cuna y muebles blancos como la nieve. Pero, lo que más me gustaba, era la mecedora de madera que YoonGi mandó a comprar y estaba situada en la esquina de la alcoba.
Admito que, nunca en mi vida había visto a YoonGi tan entusiasmado con sus hijos. Ya no era frío, bueno un poquito aún, pero no era calculador y humillante. Sin embargo, ahora era celoso ¿una cosa por otra, no?

Junté la puerta del dormitorio para ir al mío. Eran ya las 21:00 pm y aún YoonGi no llegaba a casa, y eso me tenía preocupada. Era tarde, y extrañaba su presencia.


Me coloqué el pijama, y mientras cepillaba mi cabello, entró YoonGi rápidamente a esta. Me observó desde el otro extremo de la habitación, para luego comenzar a acercarse sin decir palabra alguna.

-Kay- se sentó en el suelo, para luego arrodillarse a mi lado.

- ¿Qué sucede?- dejé el cepillo sobre el tocador, para acariciar su rostro, provocando que por inercia cerrara los ojos y soltara uno que otro suspiro. Pero cuando lo observé de mejor manera, note que YoonGi estaba sollozando, mientras que pequeñas y leves lágrimas, corrían a paso firme por sus pálidas mejillas, aquellas mejillas más blancas que la nieve- amor... no llores- pasé mi dedo pulgar por una de las lágrimas para retirarla.

-Fui un estúpido todo este tiempo- titubeó- fue un imbécil al creerle a Hyun-ah tal mentira.

- ¿Cuál?- pregunté dudosa. No sabía a que se refería.

-Jamás me engañaste con Wang, sino que era ella- me sorprendí ante tal respuesta- vi un vídeo, un video desde el otro extremo de la cámara, y hay estaba ella besándolo... No sabes como me siento, tan vil y estúpido que fui, disculpa amor, yo no sabía que mentía.

-Eso es pasado YoonGi- le di una suave sonrisa- eso ya pasó.

-Pero fui una mierda de persona contigo, desperdicié 3 años de mi vida sin ti, sin SuJin a mi lado...dejé toda mi felicidad al no creer en ti, por mi orgullo.

Sin aguantar más, sin decir palabra alguna, me dio un beso tierno en los labios. Me sentía en el cielo. Sentía que caminaba por las nubes literalmente. Era dulce como el azúcar, tierno y suave como un algodón. Me encantaba. Su lengua trazó delicadas líneas en mis labios, pidiendo acceso a mi cavidad bucal de manera exigente, el cual fue aceptado con ansías por mi ser. Era la mejor sensación del mundo, de la galaxia y del universo. Quería que durará una infinidad de tiempo nuestra unión bucal. Nuestras lenguas luchaban entre sí, pero encajaban a la perfección.

Sus heladas manos, tomaron mi rostro para luego bajar a mis hombros y finalmente a mi cintura. Por mi parte, acaricié su cuello con mis manos, provocando que de a poco la temperatura corporal de ambos aumentara notoriamente. Debía parar, pero la sensación era exquisita. Deliciosa. Fantasiosa.

De a poco, me levanté del asiento del tocador, mientras que Min, comenzaba a sacarse la camisa negra que utilizaba en aquel entonces. Observé rápidamente su cuerpo. Delgado y del piel nívea. Con las yemas de mis dedos pecadores, acaricié los leves bíceps observables, pero que para mi vista eran deliciosos de ver. Me acercó más a su cuerpo, provocando que mi  vientre se juntará con el de él. Sus labios fueron descendiendo. Me besó el cuello, dejando besos húmedos en ese lugar, para ir bajando y llegando finalmente al valle de mis senos. Sin decir palabra alguna, y solo entre suspiros, me recostó en la cama, para luego sin aplastarme, colocarse sobre mí. Nos besamos como si no hubiese mañana. Lo amaba. Amaba a Min YoonGi.

Sacó mi polera de pijama, y luego el pantalón largo que utilizaba. Pasó sus manos por mis muslos, tocando cada centímetro de piel. Sentía que quemaba. Ardía. Me descolocaba. Sin quedarme atrás, bajé mis manos hasta el broche de su cierre y cinturón, y logre soltarlo. Puntos para mi. Se levantó con una rapidez, y sensualidad inexplicable, sacó sus zapatos negros junto al pantalón, para quedar sólo en boxers y revelar lo vivo que estaba su miembro. Aquel miembro palpitante y excitante. Lo quería dentro mío ahora mismo.

Se acercó mucho más y sin previo aviso, retiró mis bragas e introdujo dos dedos en mi entrada en un sólo movimiento. Se sentía tan bien. Besaba mis pechos con una delicadeza hermosa, mientras era penetrada por sus dedos, para luego ser reemplazados por otra cosa.

-El doctor dijo que...nada de sexo- asentí ante lo dicho por YoonGi entre leves gemidos- pero lo haremos suave...amor no aguanto, no sabes las ganas que te tengo.

-Suave YoonGi- dije mientras suspiraba por la excitación enorme que tenía.

Tomó su miembro con su mano, para luego pasarlo por fuera de mi entrada lentamente. No duró mucho hasta que me penetró de una estocada. Movimientos suaves y lentos, fueron cambiando a rápidos y profundos. Sentía que explotaría de placer.

Con el paso de los minutos, de a poco fui sintiendo que estaba más cerca de la cima, más alto llegando a tocar las estrellas y de un momento a otro, explotamos en un orgasmo perfecto.

Ante ello, me besó tiernamente, para luego besar mi vientre.

-Te amo Kay- dicho eso, caí en un sueño profundo.

Fue un error. (Min YoonGi) Wattys 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora