Capítulo 21.

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KAY

Llegamos a casa. El ambiente estaba algo cálido y HoSeok, por cosas o más bien, temas personales se tuvo inmediatamente luego de habernos dejado en casa.
Subí lentamente a la habitación para poder cambiarme mis zapatos por unas pantuflas, las cuales sentías como si pisaras algodones, suaves y esponjosos. Ingresé, y me senté en la cama, sin darme cuenta de que YoonGi estaba sentado en el sillón.

- Se nota que te divertiste con SeokJin en su cajón de madera- al escuchar eso, sólo me giré a mirarlo. Su voz era tosca y fría- ¿tanta necesidad tenías?

-Min, ten más respeto por favor.

-No me hagas reír... Si ya está muerto- con tan solo ese comentario me molesto, por lo que me levante y camine a su lado.

-Eres un imbécil- YoonGi se puso de pie a mi lado.

-Y tu una zorra- eso me colmo, por lo que le di una cachetada- a mí no me levantas la mano- y como respuesta suya, me forcejeo la muñeca.

-Detente- solo desprendía lágrimas. Tenía miedo, sobre todo por el bebé. YoonGi, al notar esto, se detuvo, pero sin dejar de empujarme, causando que me golpeará la espalda baja con uno de los muebles.



Caí al suelo, y sentía un dolor horrible. A costa de esto, YoonGi sólo me miraba desde la esquina del dormitorio. Sin duda, era bipolar. Suele trata mal a las personas, pero él no lo reconoce... Y lo peor, creo que no va a cambiar su actitud.

Me levante apenas, y de repente me tambaleo a un costado, por un mareo que me dio de pronto. Sentía todo a mi alrededor girar, y ¿YoonGi? Pues, me miraba y observaba de reojo como que nada. Camine hacía la cama, pero tuve que correr al baño. Levanté la tapa del inodoro, para finalmente empezar a vomitar. Como pan de cada día.
Sólo sentí que me tomaban el cabello en una coleta improvisada, mientras me ayudaban a sentarme en el suelo. YoonGi ahora me miraba preocupado y algo triste.

Luego de que se calmaran las cosas, me tomó en brazos y me depositó suavemente en la cama, sin decir palabra alguna. Sólo me acomodaba y luego fue al mueble, de donde sacó mi pijama. Nuevamente se acercó y me sacó la blusa, y luego el pantalón.
Estaba más roja que un tomate, sintiendo los colores subir poco a poco sobre mis mejillas, ya que se quedó un largo instante mirando mi cuerpo, el cual solo estaba tapado por la ropa interior.

De un momento a otro, se acercó a mi cuello y dejó un suave beso, uno tras otro hasta llegar a mi clavícula. De a poco, me volvió a recostar en la cama, sin dejar de besar mi cuello, de una manera lenta y tortuosa. Dejó mi cuello para dirigirse a mi boca, la cual exploraba sin piedad con su lengua, moviéndose en toda mi cavidad bucal hasta encontrarse con la mía. Ante ello, pasé mis manos por su espalda, hasta dirigirlas a su cuello, logrando entrecruzarlas y rodearlo de mejor manera. Lentamente retiro su polera de pijama, dejando ver sus poco notables bíceps. YoonGi era delgado, pero no era muy amigo del gimnasio, pero a pesar de comer bastante había que reconocer que tenía buena figura. ¡Qué piensas Kay!
Mientras me besaba, se apoyaba en el costado de sus brazos para no aplastarme. Mi mente estaba nublada, no me dejaba procesar y ni siquiera pensar en lo que estaba haciendo, solo disfrutaba de sus caricias y besos.

Los besos dejaron de ser tiernos y delicados, subiendo de a poco de nivel, ahora siendo más apasionados y desesperados. YoonGi se levantó un poco e intentó bajar su pantalón, pero que con ayuda de mis manos logró bajarlos por completo. Nos seguimos besando, hasta que nos dio vuelta, quedando ahora yo sobre él. Acaricio mi espalda con las yemas de sus dedos, hasta llegar al broche de mi sostén, que finalmente soltó. Quitó completamente esta prensa, sin dejar de besar ahora mi cuello, besos que luego bajaron a uno de mis pezones. El placer y la excitación en ese momento eran únicos. Él hacía su trabajo de una manera extraordinaria y única. Era igual de perfecto que antes.

Dejó mi pezón derecho, para dirigirse al izquierdo. Yo a cambio de esto, sólo soltaba leves gemidos, igual con la idea de tratar de ocultar otros sonidos guturales que procedían desde mi boca. Bajó sus manos hasta mis bragas, las cuales estaban ya húmedas producto de lo excitada que estaba en aquel instante. De a poco, metió uno de sus dedos para acariciar mi clítoris, causando espasmos en mi cuerpo. Se sentía genial. Se sentía espectacular; como estar en el cielo.

Retiró su mano, para finalmente darnos vuelta, quedando arriba mío. Me besó los labios con mucha desesperación. La lujuria estaba presente en esta noche y la calidez del ambiente era sorprendente. Lentamente sus manos bajaron por mi cintura hasta el elástico de mis bragas, para retirarlas totalmente. Yo sin quedarme atrás, con ayuda de mis pies retire su bóxer, para lograr liberar su erección. Aquel miembro erecto y brillante a causa del líquido preseminal que brotaba desde su glande. Dios mío, era enorme.
Agarró su miembro con su mano izquierda, para luego pasarla sobre mi entrada y de vez en cuando acariciando mi clítoris. Estaba desesperada. Lo quería. Lo anhelaba dentro de mí.

- ¿Estas lista? - me preguntó, a lo cual solo asentí- quiero que sepas que te quiero mucho Kay.

Tras decir eso, se hundió de manera lenta y profunda en mí. Al paso de los segundos, los movimientos se intensificaron, al igual que la velocidad en cada embestida. YoonGi me besaba como si fuera la última vez que lo haría, y yo igualmente. El sudor se hacía presente. Cada embestida era más fuerte y profunda. Nuestros cuerpos estaban pegajosos producto del sudor ocasionado por la fricción de ambos.

-Kay...me voy ahhh...correr.

-Suga, yo...igual- YoonGi tan sólo me beso, y ambos nos corrimos al mismo tiempo.

Su semilla me llenó por completo, cálida y acuosa. Tras esto, Min salió lentamente de mí interior, para luego taparnos con las sábanas. Me giré hacia su cuerpo, y el pasó sus brazos por mi cintura. Depósito un beso en mi mejilla.

-Kay, realmente amo hacer el amor contigo- eso me sorprendió- y fue la mejor reconciliación... Perdón por todo lo que te hecho en esta vida, quiero una vida nueva contigo, junto a nuestros dos hijos- acarició mi vientre tiernamente- y a pesar de todo, nunca dejé de amarte.

Sólo me levante un poco, y deposite un suave beso en sus labios. Min YoonGi me sonrió y nos acostamos, para finalmente dormir. Fue mi primer amor, fue el primero en todo; y a pesar del daño, jamás olvidaría que alguna vez en la vida fuimos felices ¿Por qué no intentarlo nuevamente?

En esta noche, hice el amor, se quitaron los mareos y las náuseas.


🌻🌻🌻

Fue un error. (Min YoonGi) Wattys 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora