Capítulo 37.

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KAY

-¿Kay vamos al médico?- me dijo YoonGi, quien estaba sosteniendo mi cabello mientras vomitaba.

- Cariño, estoy bien- respondí a duras penas.

-Mentira- dijo molesto- llevas ya casi 2 meses igual, no me mientas en la cara- pasó su mano por mi mejilla- me preocupas amor, en serio.

Esa mañana algo calurosa, YoonGi dejó a los niños con Sue, mientras que yo tuve que ir al médico acompañada por él. Por mi parte, iría sola, pero él, muy sobreprotector diría yo, no me dejaba hacerlo. Subí al vehículo, para después verlo llegar y subirse al asiento de piloto, para luego pasarme una bolsa de papel. Extrañada ante aquella entrega, al abrirla, observé que en su interior habían unas galletas. Eran galletas caseras de vainilla y olían delicioso. Se notaba quien las había cocinado. Fue Sue.

-Debes comer algo, no has desayunado- lo miré sonriente para luego depositar un beso en su mejilla- están buenas, las probé en la mañana.

Arrancó el vehículo hasta llegar al hospital al cabo de unos minutos por las avenidas de Seúl. Calles, que gracias al cuelo, no se encontraban tan transitadas. 

Posterior a la llegada al recinto hospitalario, estuve aproximadamente media hora esperando sentada a que me atendieran, hasta que apareció MinHyuk abriendo la puerta de su box de consulta llamando a mi ingreso. Sonriente como siempre, me indicó tomar asiento junto a Min, quien se mantenía serio. Como de costumbre.

-Bueno Kay ¿ahora qué tienes? - preguntó sonriente- porque no creo que vengas a saludarme.

-Nada- dije moviendo mis manos. Estaba nerviosa.

-Lleva vomitando ya casi dos meses y según ella es "estrés"- respondió en mi lugar YoonGi imitando mi voz  y haciendo comillas con sus dedos al decir la última palabra.

-Mmm interesante- dijo MinHyuk- Kay te voy a pesar para hacerte un chequeo rápido, y lo mejor sería mandar a hacerte unos exámenes de sangre, de rutina.

-Agujas no- supliqué, porque las odiaba- por favor.

-Agujas sí querida- me acarició el brazo YoonGi.


Luego de pesarme y ver con mis propios ojos que había subido un kilo, me derivó al banco de sangre, en donde me harían la toma de exámenes. Estaba nerviosa, pero a la vez ansiosa. Sentía una extraña sensación.

Una enfermera pasó por mi delgado brazo un trozo de algodón con alcohol, para limpiar y descontaminar la zona. Finalmente vi a mi querida amiga la jeringa, junto a su adorable compañera de vida, la aguja. Ellas dos juntas eran mi peor problema, mis enemigas y a la vez, las más odiosas de mi vida. De a poco acercó la aguja, para luego introducirla en mi brazo, logrando sacar la cantidad necesaria de aquel liquido rojo y viscoso. Sangre.

Vino otra enfermera y tomó la jeringa, para depositar mi sangre en unos frascos transparentes y pequeños. YoonGi me observaba divertido y alegre la situación en que me encontraba. Al parecer le gusta verme sufrir.

-Listo sra. Kim- dijo la enfermera- dentro de una hora más o menos sus exámenes estarán listos.

Me molestó no su comentario, sino que la información no me lo dijo directamente a mí, sino que lo hizo sonriendo y coqueteando con YoonGi ¿y qué hacia él? Pues aquel sujeto mencionado, sólo le sonreía de vuelta. Enojada ante lo visto con mis propios ojos, me levanté y salí de la sala sin decir absolutamente nada. Estaba molesta.

Comencé a caminar hasta la salida, para llegar hasta la puerta de ingreso al hospital, esperando a YoonGi. Este, caminaba con una lentitud impresionante, con una tranquilidad y un relajo inexplicable, pero con su rostro serio. Tan Min YoonGi.

Fue un error. (Min YoonGi) Wattys 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora