This Town »N.S«

Parte 2

Harry regresó del target con las botellas que su madre le había pedido, las colocó en la mesita de la habitación de su madre, esta lo miró y sonrió. –Siempre tan obediente– Susurró su madre y se sirvió una copa de whisky, el chico suspiró para después salir de la habitación.

Ahora que su madre estaba ocupada, tal vez podría ir a visitar al niño nuevo, pero el destino hizo una de las suyas y en ese mismo instante, el timbre sonó haciendo que Harry dejara salir un bufido, tal vez no estaba en su destino conocer al pequeño rubio, pero vaya que se equivocó.

–Yo... Uh... Ho-hola, soy Niall, tu vecino– Dijo el pequeño rubio mirando a Harry con una sonrisa. –Lo sé, soy Harry– Dijo el contrario sonriendo muy ligeramente mientras paseaba su mirada por el niño, era bajito, ojos azules, cabello rubio con raíces castañas y tenía una sonrisa tan tierna, que en verdad lo querrías comer a besos. –Harry... Me gusta, ¿te gustaría jugar?– Preguntó el ojiazul, ¿jugar? Harry nunca había salido a jugar. –Yo, uh, seguro, ¿a qué jugaremos?– Preguntó el ojiverde ladeando un poco su cabeza. –Bueno, mamá me compró el FIFA para XBOX, ¿te gusta?– Preguntó el pequeño de nueva cuenta. ¿Gustarle? ¡Él amaba el FIFA! –Claro que me gusta, iré por mi abrigo y te acompaño– Contestó un Harry muy muy sonriente.

Harry había pasado el mayor tiempo de su tarde en casa de Niall jugando al FIFA y comiendo galletas que la señora Horan había horneado especialmente para ellos. Harry no recordaba lo bien que se sentía estar con una verdadera familia, aunque había notado que no había un "señor Horan" pero prefirió no preguntar, pues tal vez había sucedido algo feo al igual que con su papá.

Unos minutos más y después Harry recordó que tenía a una madre medio ebria justo en su habitación, y por supuesto, él tenía que cuidar de ella. –Niall, tengo que irme– Susurró Harry tomando su abrigo. –¿Tan pronto?– Preguntó Niall con un puchero demasiado tierno para él. –Si, mamá... No se ha sentido bien y yo cuido de ella– Susurró colocándose su abrigo. –¿Se encuentra bien,  Harry? Porque si no es así, yo puedo ayudar– Se ofreció la señora Horan mientras limpiaba sus manos en su delantal. –Muchas gracias, pero yo me encargo– Dijo, se despidió de ambos y salió de la casa para dirigirse a la suya.

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Niall la estaba pasando tan bien que de verdad no quería que Harry se fuera, él ahora era su primer amigo ahí, así que le gustaba pasar tiempo con él, jugar FIFA, comer galletas, hablar de cosas sin sentido... Y lo gracioso era que a pesar de estar tan cerca, estaban bastante lejos... –Mami, ¿crees que mañana Harry pueda venir otra vez?– Preguntó Niall a su madre. –No lo sé, Ni, deberías de preguntarle– Dijo su madre con una sonrisa.

Por otro lado, Harry recibía un sermón de su madre por irse sin avisar antes, para su mala suerte, ella estaba de nuevo ebria. –Te he dicho que no salgas tanto tiempo... Imagina si el whisky se hubiera terminado, ¿quién habría ido por más? Al no estar tu padre ni tu hermana aquí, es tu deber cuidarme, Harold, ¿o es que no amas a tu madre?– Sermoneó ella, Harry había llegado al límite, así que explotó. –¡¿Y qué hay de mi!? ¡¿Yo no te necesito!? ¡¿No te necesito porque no soy Gemma o papá!? ¡¿Es eso!? ¡Hubiera preferido que tú murieras en lugar de papá!– Grito con lágrimas en sus ojos, tomó de nuevo su abrigo y salió de su casa, hacía frío, tal vez no era buena idea.

Se acercó hasta la casa de Niall, tocó lo puerta y al ser recibido por la señora Horan, Harry la miró con ojos de cachorro. –Ayudeme... Solo, no quiero volver a casa– Susurró un Harry abatido por la desesperación. –Tranquilo Hazzy, puedes dormir aquí las veces que sea– Susurró la madre de Niall con una cálida sonrisa, besó la frente de Harry y se hizo a un lado para después guiarlo hasta la habitación de huéspedes. Harry esa moche durmió bajo el techo de un verdadero hogar, sin mencionar que su habitación asignada estaba junto a la de el pequeño y tierno Niall.

Si, definitivamente el destino les tenía algo preparado, y era algo muy muy bueno.