Narrador omnisciente.
Le tomó dos días leer los tres libros que Luke le había regalado, Michael nunca pensó que alguien pudiera sentir placer al recibir palmadas en el trasero. Su curiosidad crecía cada vez más, Luke no era como el Sr. Grey porque no se sentía intimidado a su lado o nervioso sino que se sentía cómodo, protegido y querido. Nunca nadie lo había cuidado, nunca nadie le había sonreído de una forma tan genuina, nunca nadie se había preocupado por él...hasta que conoció a Luke.
Eran las cuatro de la mañana y Michael no podía dormir, tenía la necesidad de acurrucarse contra su amo para protegerlo, aunque no estaba seguro de que cosa podría sucederle. El teñido se rindió y se levantó de la cama para ir a la habitación de Luke. Se asomó tímidamente a la habitación y descubrió que estaba totalmente dormido. Caminó en silencio hasta la cama y se metió debajo de las sábanas, sin pensarlo dos veces, pasó un brazo por su abdomen y se apoyó en su pecho.
— Mm..¿No podías dormir, gatito? - Balbuceó Luke adormilado. Michael sintió el brazo de su dueño envolverlo y acercarlo más a su cuerpo. Una sensación de calor invadió el cuerpo del híbrido al instante, una sensación que solo él podía lograr.
— Quiero dormir contigo.- Respondió, aunque no sabía si Luke seguía despierto. El rubio si estaba despierto y ahora estaba más feliz, Michael quería dormir con él.
— Cuando quieras.- Abrazó más a Michael y dejó un beso en su frente, su bebé era tan adorable. Le agradaba la idea de ganar su confianza de a poco, él necesitaba tiempo e intentaría de contenerse por el lindo gatito de ojos verdes quien no salía de sus pensamientos desde que lo adoptó.
[...]
Luke abrió sus ojos a las 7 de la mañana, detuvo la alarma antes de que despertara a su gatito. El rubio relamió sus labios al ver a Michael acurrucado contra su pecho, quería marcar esa exquisita y pálida piel que tenía. Aún no comprendía como pudo vivir todos estos años sin ese lindo chico de ojos verdes, rápidamente se había convertido en algo indispensable para su vida diaria y nunca conseguiría calmar esa sed insaciable que sentía cada vez que lo veía, simplemente no podía obtener suficiente de él.
Sus ojos azules se oscurecieron en tanto el tiempo pasaba, se imaginaba tantas cosas con tan solo mirar sus labios, sus mejillas, su nariz, su cabello mañanero y las tiernas orejitas blancas más suaves que cualquier tela. No tardó en acercar sus labios a su cuello y besarlo suavemente, lamió esa parte y succionó para dejar una marca, haciendo a Michael despertar.
— L-luke..- Gimió, no comprendía mucho que estaba haciendo. El rubio no se detuvo y presionó sus dientes contra la suave piel de Michael, sacándole otro gemido. El menor debía detener esto pero se sentía tan bien.- A-ah..- Volvió a gemir. Luke estaba dejando hermosas marcas rojas en su cuello, ladeó el cuello para darle más acceso e incitó a Luke para que siguiera con sus pequeños gemidos y jadeos.
— Eres tan hermoso.- Susurró contra su cuello, Michael tragó saliva nervioso.-...mi gatito perfecto.- Agregó y una de sus manos se coló dentro de la camiseta de pijama que llevaba Michael.
— Luke! - Maulló y quiso separarse pero Luke lo besó antes de que pudiera irse, quería transmitirle que estaba bien lo que estaban haciendo y que se dejara llevar por un momento. El mayor acarició el cuerpo de Michael debajo de la camiseta, el felino se removió al sentir sus dedos moviéndose sobre su espalda baja. Luke le dio un apretón en el trasero y se separó de Michael, antes de que este decidiera arañarlo en la cara.- Pervertido idiota..-Masculló y sintió un tirón en su oreja.- ¡Meow! ¡No! - Se quejó y cubrió sus orejitas con sus manos, mostró sus colmillos y sus pelos se levantaron, estaba molesto. Luke no iba a dejar que lo insultara.
— No insultes, te trato bien entonces tú también debes hacerlo.- Le advirtió. Michael frunció el ceño y se escondió debajo de las sábanas, estaba tan avergonzado. El rubio suspiró y se levantó para comenzar un nuevo día, con trabajo a la mañana y educar a su minino en la tarde.
[...]
Michael no salió de la cama en todo el día, ni siquiera para desayunar. Era sábado y su profesor no vendría hoy. Luke sabía que su mascota era bastante insegura y caprichosa pero debía comprender que quien mandaba era él. Al entrar a la habitación, se llenó de disgusto y decepción. Michael seguía en su cama, sin intención de hacer otra cosa en el día.
— Arriba, Michael.- Le ordenó. Michael bostezó y negó con la cabeza, se tapó aún más con las mantas y lo ignoró.- Gatito, estoy hablando en serio y no quiero darte un castigo tan temprano, ¿Por qué estás tan caprichoso? - Gruñó. Michael se sintió ofendido, él no era caprichoso. Sus ojos verdes brillaron molestos.
— ¡Tú no me entiendes! - Chilló molesto y se cruzó de brazos, desafiando a Luke con la mirada, no era una buena idea. Luke abrió y cerró la boca, iba a castigarlo si decía una palabra más.- ¿¡No vas a decir nada?! ¿¡Te quedarás ahí parado?! ¡Muero de hambre! - Gritó Michael y esa era la gota que rebalsó el vaso, nadie le hablaba así. Luke empezó a desabrochar los botones de su camisa lentamente y se quitó los zapatos, estaba agotado de esperar, quería probar un poco a Michael sexualmente.
Se encogió en su lugar, intimidado al ver que Luke empezaba a desvestirse. Los ojos verdes de Michael analizaron su cuerpo detenidamente, hacía mucho ejercicio y por alguna razón sintió ganas de tocar esos bellísimos bíceps con sus garras. El teñido frunció el ceño, ¿lo estaba considerando? ¿Por qué tenía tantos deseos de poner sus manos sobre Luke? Esas preguntas se desvanecieron a los segundos y empezó a sentir molestia por cada cosa que veía.
— Quédate quieto, gatito.- Le ordenó y Michael sintió aún más molestia. Luke se encontraba solo con sus boxers ajustados y se acercó lentamente, dejándolo pasear su mirada de arriba a abajo por su cuerpo. Las manos de Luke lo tomaron por la cintura y Michael no reaccionó mal, se quedó quieto en su lugar como le había ordenado.
— ¿Qué pasa? -Preguntó Michael, curioso de saber el porque de sus emociones tan cambiantes. Luke no le respondió, bajó los pantalones de pijama y tuvo que pelear un poco con él para que lo dejara sacarlos. Michael no quería que viera bajo sus boxers, Luke gruñó cuando vió boxers y no las panties que le había comprado. Las muñecas del menor quedaron atrapadas sobre su cabeza por una de sus manos.
El híbrido tiró la cabeza hacia atrás al sentir su mano muy cerca de su entrepierna, jugando en la parte baja de su abdomen y haciéndolo desear. Luke empezó a besar el pecho y el cuello de su minino para excitarlo, mordió sus tetillas y Michael gritó su nombre por el placer que le otorgaba. El pensamiento del híbrido estaba nublado y lo único en lo que podía pensar era en Luke y en la dolorosa erección que tenía en su entrepierna.
— Tendré que quitar estos también. -Murmuró Luke y apoyó su mano sobre la erección de Michael, haciéndolo jadear. Su mano se movió lentamente sobre la tela para desesperarlo, cada toque lo volvía loco y algunos maullidos brotaban de sus suaves labios rojos.- Soy el único que te ha tocado así, estoy seguro de eso..gime para Daddy.- Dijo en su oído y esa palabra desenredó los pensamientos de Michael, Daddy Daddy, Daddy..esto no iba a pasar.
— ¡Suéltame! ¡No quiero nada de Daddy! - Chilló.- ¡Voy a morderte, suéltame ahora! - Exigió a gritos. Luke pensó que era otro de sus cambios de humor pero no era así. Clavó sus dientes en el hombro de Luke y rasguñó su abdomen antes de huír de sus brazos. Michael nunca había sentido tanto pánico antes.
Luke había arruinado todo por una calentura.
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No daddy (Muke) Completa.
Fanfiction✖Muke. ✖Gay Michael era el gatito rebelde, nadie sabía por que era así de distinto, todos los demás habían aceptado ser sumisos desde temprana edad, pero Michael era diferente de todos ellos y esa diferencia llama mucho la atención de Luke. Todos l...