Veinticuatro.

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Narrador omnisciente.

El híbrido de orejas blancas estaba completamente emocionado con los dos pequeños piercings de metal que había adquirido en su lengua y ombligo. Nunca pensó que un pequeño objeto se vería tan bien en su cuerpo y, en su opinión, se veía y sentía más sensual que de costumbre. Luke enloquecería pero estaba dispuesto a afrontar las consecuencias, se veían muy lindos y no dejaba de mirarse la lengua en cada uno de los espejos de las tiendas que iban pasando. Sin embargo, Calum estaba prácticamente paranoico y se preguntaba una y otra vez como había aceptado hacerse un piercing en el ombligo, Michael lo había convencido inexplicablemente.

— ¡Ya te he dicho que a Ashton le gustará! — Insistió y tironeó de la mano de Calum para acercarse a una tienda de dulces pero el moreno no se movió.

— Ashton dijo que nada de dulces o locuras. — Dijo nervioso, había roto una de esas dos reglas. Michael rodó los ojos, él quería hacer travesuras.

— Creí que habías dicho que no se tocarían hasta su luna de miel. — Levantó las orejas y lo miró suplicante. Calum mordió su labio y luego miró el anillo en su dedo anular, se encogió de hombros.

— Va a castigarme de todas formas. — Se rindió y siguió al teñido a la tienda. Ambos híbridos miraron con deseo cada dulce del lugar, especialmente aquellos pastelitos con crema batida arriba. Calum prácticamente podía saborearlos y Michael estaba a punto de tomar unos para comprar cuando una voz a sus espaldas habló.

— ¿Qué crees que estás haciendo? — La voz de Luke sonó claramente molesta,  Michael se olvidó por completo de los pasteles y se volteó para mirarlo con una mirada inocente. Calum le apretó la mano y miró a ambos dominantes con una tierna sonrisa.

— Son las siete, acordamos que estarían afuera a las seis y media. — Dijo Ashton casi con el mismo tono que empleó Luke, Calum se mordió el labio y no dijo nada al respecto. El moreno estaba seguro de que Michael se había "olvidado" de la hora a propósito.

Los híbridos tomaron las manos de sus dueños con duda mientras salían de la tienda sin comprar ni un solo pastel de crema, Michael pensó en regresar tarde o temprano por estos. Calum rodó los ojos al notar que el híbrido de orejas blancas no estaba preocupado en lo más mínimo, se sintió un poco celoso de su tranquilidad, el moreno estaba seguro de que le diría a Ashton ni bien preguntara.

— ¿Calum no vendrá a casa? — Preguntó Michael, habían acordado pasar el día juntos en el almuerzo pero Calum se despidió desde lejos con la mano mientras que Ashton lo llevaba a su auto con una mirada de advertencia.

— No, Ashton odia esperar y estábamos preocupados, Michael. — Lo regañó, sus ojos azules llenos de preocupación. El híbrido se sintió un poco mal, solo un poco.

— Lo siento, daddy. — Murmuró y el rubio notó algo que antes no estaba ahí. Michael estaba a punto de entrar al auto pero su dueño lo detuvo.

— ¿Qué tienes en la lengua?

[...]

Michael gruñó por quinta vez en esa hora, viendo a Luke empacar y guardar la ropa rápidamente. El rubio estaba muy ocupado como para prestarle atención a su gatito o pretendía estarlo para evitar otra discusión que consistía en Michael lloriqueando y diciendo: "pero me veo lindo, daddy", "Solo quería uno", "daddy, por favor", "daddy, daddy, daddy" entre otras cosas.

— Lu, no tenemos que irnos tan pronto. — Reclamó con sus blancas orejitas gachas y la cola escondida, Luke soltó un suspiro y cerró la última maleta.

— No voy a castigarte en esta casa, Michael pero ni bien lleguemos a nuestro hogar te quiero de rodillas en la cama ¿entendiste? — Preguntó seriamente, estaba irritado de las súplicas de Michael. El híbrido asintió con la mirada baja, no se atrevía a mirarlo a los ojos directamente.

— Lo siento.. — Susurró, odiaba ver a Luke de esa forma y no le gustaba para nada recibir ese trato pero tampoco se merecía algo mejor después de haber hecho lo que hizo, lo sabía. — ¡No me ignores! — Exclamó irritado, odiaba ser ignorado y dolía. Luke lo miró fijamente con una mirada helada.

¡No me levantes la voz! — Gritó con el tono más autoritario que poseía, Michael bajó las orejas y escondió la cola con miedo. — ¡Vístete! ¡Nos vamos esta noche! — Le ordenó, sus ojos azules completamente oscuros y solo necesitaba una palabra más de esa atrevida boca para perder el control.

Michael asintió y se apresuró a obedecer...quizá esta vez se había pasado un poco.

Siento tardar tanto.
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No daddy (Muke) Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora