Dieciocho.

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Narrador omnisciente

Luke intentaba de dejar a Michael en la cama, en una posición cómoda pero el híbrido no se despegaba de su cuello. Michael solo quería dejar en claro a todo el mundo que Luke era suyo y morder su cuello era la única forma "racional" que encontraba en ese estado. El rubio se rindió luego de unos minutos y se tiró de espaldas a la cama con su gatito a horcadas. Las manos de Michael no dejaban de moverse sobre su cuerpo, manoseando cualquier pedazo de piel descubierta que encontrara en el camino, con su cola levantada y sus orejitas atentas como cualquier gato normal en celo.

— G-gatito..con cuidado. — Podía aguantar un poco las mordidas pero Michael comenzaba a ser más y más violento. El híbrido se separó, conforme con su trabajo en la piel de su dueño y sacó sus garras para -literalmente- destrozar su camisa. Luke aprovechó la situación y volteó a Michael sobre la cama, ganándose un maullido de protesta. — Sh, tranquilo. — Tomó ambas muñecas y las posicionó sobre su cabeza. Michael levantó su cadera para conseguir más fricción con la entrepierna de su dueño, lo necesitaba rápido.

— Lu...ke...tócame...por favor.. — Suplicó y ¿Quién era Luke para negarle esa petición? Rápidamente ató sus muñecas con los pedazos de la camisa destrozada y bajó sus pantalones junto con su ropa interior. Tomó con su mano derecha la erección del menor y llevó un par de sus dedos a su húmeda entrada. Michael no podía dejar de soltar gemidos, maullidos y pequeños chillidos vergonzosos que nunca hubiera soltado si no estuviera en celo. Los labios de Luke rodearon la piel sensible de su miembro y los ojos de Michael se abrieron sorprendidos por las increíbles sensaciones que recorrieron su cuerpo.

Michael necesitaba más pero maldición, Luke podría hacerlo correr tan solo con su boca, sabía lo que hacía y lo hacía muy bien. Su lengua se movía y tocaba los lugares correctos y quizá no tomaba todo su miembro pero cada vez que pasaba su lengua por la punta podía sentir el nudo en su estómago apretarse con más fuerza. Luke acarició con su dedo índice su entrada, notando la cantidad de lubricante natural que salía de esta. Michael tiró con tanta fuerza de sus muñecas que la tela se rompió y sus manos no tardaron en hundirse en el rubio cabello de su dueño quien intentaba de no ahogarse con el continuo movimiento de sus caderas. Luke se retiró para tomar una bocanada de aire y Michael rugió en protesta, lanzándose sobre el rubio para dejarlo debajo.

— M-mike....espera... — Tomó su cintura pero Michael se rehusaba a prestar atención a sus palabras y frotó sus entrepiernas juntas. Luke tiró la cabeza hacia atrás y Michael relamió sus colmillos antes de desabrochar sus jeans. — ¿N-necesitas preparación? — Preguntó con la respiración agitada, luchando con sus jeans y su ropa interior. Michael negó y se subió justo encima de su erección para comenzar a bajar casi de golpe.

— ¡Daddy! — Gritó. Por más que su entrada despidiera lubricante natural, nunca podría acostumbrarse de una sola vez al tamaño de Luke. Michael sentía dolor pero la necesidad de crear esa conexión y deshacerse del dolor en su estómago era mayor. — ¡Ah! ¡Duele! — Maulló mientras que movía su cuerpo de arriba hacia abajo, logrando una sensación dolorosamente placentera cada vez que el miembro de Luke se hundía en él.

— ¡Quieto, Michael! — Volteó nuevamente sus cuerpo y está vez apretó con la fuerza necesaria para mantener el cuerpo de su gatito quieto. Luke sabía que estaba sufriendo por la falta de movimiento pero temía lastimarlo y nunca se lo perdonaría si eso pasaba. El rubio podía sentir la entrada de Michael humedecerse cada vez más, dándole una sensación cálida que lo incitaba a moverse. Los maullidos brotaban de Michael a grandes cantidades y sus ojos verdes se notaban más salvajes que nunca, fácilmente podría decir que lo estaba viendo como un pedazo de carne pero Luke lo entendía, su celo sacaba su parte más animal.

— P-por favor...daddy....Luke...N-necesito.. — Empezó a llorar por la urgencia y Luke se movió suavemente, de forma pausada por si acaso. El híbrido abrazó su espalda, rasguñando su piel pero poco le importaba a Luke mientras que su gatito tuviera alguna especie de alivio en lo que aumentaba la velocidad de sus embestidas. — ¡Si! ¡Luke! ¡Daddy! — Exclamó, completamente extasiado e inquieto por la necesidad de sentir su miembro golpear nuevamente en ese lugar.

— G-gatito... — Era vergonzoso pero no podía aguantar mucho más. La excitación era demasiada. Tomó el miembro del teñido y pronto comenzó a másturbarlo para conseguir su orgasmo. Michael era un lío de gemidos, nunca había disfrutado tanto del sexo.

— ¡Volteame, daddy! — Pidió Michael. Luke gruñó y salió de su cuerpo por menos de un minuto para voltear ese lindo cuerpo. Michael se posicionó en cuatro y Luke lo penetró con más fuerza que antes en un nuevo ángulo. — ¡Más! ¡Ah! ¡Daddy ya casi! — Exigió. Luke tomó su cintura con ambas manos y salió casi por completo para volver a entrar en él con más fuerza. No faltó más que tres embestidas así para lograr la cima, tanto Michael como Luke cayeron rendidos sobre las sábanas manchadas de su propia esencia. — Luke...Oh..Luke.. — Ronroneó, envolviendo su cola alrededor de su brazo mientras apoyaba su cabeza en su pecho. Luke apenas podía pensar con claridad en lo que salía de esa nube de placer, la sensación de llenar el cuerpo de su híbrido seguía presente y sus maullidos de placer resonaban en sus oídos.

— Me encanta esta faceta.. — Su voz salió ronca y Michael jadeó, en unos minutos estaría listo para la segunda ronda.

— Oh..si...daddy...me siento tan lleno.. — Volvió a ronronear y una sonrisa se dibujó en sus labios, mostrando sus perfectos colmillos. El rubio acarició sus orejitas, pensando en lo fantástico que podía llegar a ser Michael en la cama y...

Sus ojos azules se abrieron al pensar claramente las palabras de Michael, su híbrido no tenía la posibilidad de...dar a luz ¿o sí?

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Y en este momento ustedes deciden: ¿mpreg o no mpreg?

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No daddy (Muke) Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora