No daddy (Muke) Completa.

Once.

Narrador omnisciente.

Michael se escondió en su habitación, le parecía el lugar más seguro por el momento pero no se había esforzado en cerrar la puerta, Luke tenía la llave y entraría de todas formas, ponerle llave a la puerta solo lo haría enfadar. Sentía su palma arder, no era la primera vez que dañaba a Luke pero esta vez habían intimado. Negó con la cabeza al pensar en eso, en el placer que sintió cuando Luke lo penetraba una y otra vez con fuerza, recordaba sus maullidos y sus palabras, se sentía humillado. El hombre lo había dominado esa noche, simplemente lo había hecho. El híbrido se sintió como un tonto al llamarlo "daddy", odiaba esa palabra. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando la puerta se abrió y un Luke con la mejilla levemente roja apareció.

— Pensé que habíamos progresado.- Suspiró. Michael se encogió entre las sábanas y bajó las orejitas.- Michael, te mereces un castigo y lo sabes.- Apretó los labios y Michael cerró los puños. El híbrido estaba nervioso, sabía que algún día pasaría.- ¿Por las buenas o por las malas? - Preguntó, aún con sus ojos azules fijos en los suyos. Michael se mordió el labio y asintió con miedo.- Usa tus palabras..- Le ordenó. Michael recorrió su cuerpo cubierto con solo un par de boxers y lo miró fijamente a los ojos, descubriendo un semblante serio.

— Vete al diablo.- Gruñó. Michael se regañó así mismo por no poder controlar sus palabras. Luke negó con la cabeza y tomó por el brazo a su gatito, Michael no se resistió y su dueño lo recostó boca abajo sobre el colchón.- ¡Ah! - Chilló al sentir una palmada, no se había recuperado de la noche anterior por lo que dolía más que lo que debía.

— Tú mismo te lo buscaste.- Acarició su trasero y bajó las pequeñas panties que llevaba. Michael cerró los ojos con fuerza y gritó nuevamente al sentir dos palmadas seguidas.- Quiero que me respetes como yo lo hago..- Volvió a palmear su trasero con más fuerza. Michael gimió y sus ojos soltaron varias lágrimas de dolor.- Gatito malo.- Siseó. Levantó la mano y le dio dos palmadas más fuertes que las demás.

— ¡Duele! - Sollozó. Su pequeño cuerpo estaba temblando y no podía esconder los sollozos de dolor que le causaba Luke. El rubio decidió que cinco palmadas más serían suficiente.

— Aguanta un poco más, lo estás haciendo bien.- Acarició la piel roja y palmeó otras dos veces seguidas, empezando a ser más suave. Michael gimió, había algo en las palmadas de Luke que le gustaba pero era muy orgulloso para admitirlo. El rubio terminó de darle su castigo, sin aflojar la mano en la última palmada.- Es todo.- Aseguró y Michael relajó sus músculos visiblemente.

— Te odio..- Susurró con el rostro escondido entre las sábanas. Luke soltó un suspiro y tomó a su gatito entre sus brazos, Michael rodeó tímidamente su cuello. El híbrido estaba comenzando a perder su orgullo de a poco y lo peor era darse cuenta de ello y no hacer nada.

— Mjm.- Murmuró. Luke limpió las lágrimas de los ojos de Michael y besó su mejilla, logrando un tono rojo en la piel de su gatito. Alzó al híbrido entre sus brazos, con cuidado de no hacerle sentir más dolor.- Se llaman reglas, tienes que cumplirlas.- Dijo con ironía. Michael se limitó a soltar un maullido y se escondió en su cuello.

Luke caminó hasta el baño y apoyó a su gatito en el lavabo mientras abría el agua para darle un baño. Michael se miró en el espejo e hizo una mueca al ver sus mejillas rojas y sus ojos aguados, antes de poder quejarse Luke lo cargó hasta la bañera. Michael se apegó a su cintura con sus piernas y abrazó su cuello, no estaba de ánimos para un baño, bajó las orejitas y apretó los ojos, negando con la cabeza para darse a entender. Luke rodó los ojos por su actitud infantil, quizá era una de las cosas que más le gustaba de Michael, podía comportarse como un adulto y al minuto podía tener la actitud de un niño pequeño.

— ¡Luke! - Exclamó al sentir el agua empapar su cuerpo. El rubio rio y se hundió por completo junto con Michael. Luke se quitó lo poco de ropa que llevaba y abrazó a Michael por detrás, apoyándose contra el mármol de la bañera.

— Te odio.- Repitió y Luke volvió a reir. Michael bajó sus orejas, totalmente frustrado y sin mirar directamente a su dueño.

— Puedo convencerte de lo contrario más tarde.- Suspiró, tomó el shampoo y empezó a lavar el cabello de su minino, tirando de sus orejitas para molestarlo. Michael mantuvo su actitud infantil, frunciendo el ceño y maullando con molestia a cada rato. Mientras que Luke solo podía pensar en distintas recompensas para el minino, después de todo se había portado muy bien al recibir su castigo y era la excusa perfecta para mimarlo un poco..

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Las amo ❤

Gracias por comentar lindas :) Sus comentarios me alegran un mal día.

xoxo