Veintiocho.

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Narrador omnisciente.

Michael se inclinó, apoyando su peluda oreja blanca contra la suave piel del híbrido de ojos oscuros, le tomó un par de segundos enfocarse pero finalmente escuchó a la pequeña criatura moverse levemente en su vientre y sus ojos verdes brillaron de emoción, ¡Calum iba a ser padre! Una imagen de un tierno bebé con adorables orejitas negras apareció en un mente y mordió su labio para evitar soltar un "aww" ante la idea.

— Me veo gordo.— Bufó Calum, tocando su estómago y haciendo un puchero. Michael rodó los ojos por sus palabras.

— Por supuesto que sí, ya pasaron dos meses.— Dijo con un tono obvio y Calum sonrió, a su bebé le quedaba un largo camino e iba a hacer lo imposible para que el futuro bebé Irwin no sufriera algún percance.

— ¿Crees que Ashton piense que me veo gordo? — Preguntó y llenó sus pulmones de aire para "bajar" la panza pero ese pequeño bulto no se iría.

— Cal, es normal, estás cargando a su bebé ¿Por qué te preocupa tanto? Ashton nunca pensaría mal de tí.— Dijo seguro, el humano de ojos hazel lo quería demasiado y seguramente luego de tener el bebé se casarían como ya habían pactado. El casamiento se había pospuesto pero no cancelado, el anillo seguía perfectamente acomodado en el dedo anular del híbrido y no se movería de ahí.

— Quiero fresas...no, quiero una hamburguesa con muchos pepinillos...y luego fresas, muchas fresas.— Murmuró el híbrido, moviendo las orejas cada vez que un nuevo antojo surgía en su mente. Michael hizo una mueca de asco, imaginando una hamburguesa con fresas y pepinillos ¡eran las diez de la mañana!

A pesar de todo, una hora más tarde Ashton cumplió con su pedido de fresas y una hamburguesa llena de pepinillos, al parecer Calum recibía todos sus antojos como el buen híbrido caprichoso que era. Notó que Luke se burló un poco de él por lo flexible que estaba siendo Ashton y eso era irónico, considerando que el rubio haría lo mismo e incluso más para él pero claro que eso no lo diría en voz alta.

Extrañamente el regreso a casa fue silencioso, el híbrido notó que su dueño estaba demasiado concentrado en sus pensamientos como para notar la falta de conversación. Michael sabía lo que estaba pensando, él también había quedado un poco pensativo por las palabras que había escuchado a Ashton susurrarle, ninguno de los dos humanos tomaron en cuenta el oído extra desarrollado de Michael en ese momento.

"Nueve meses, es un record ¿cierto?"

Michael no necesitaba preguntar para saber que se refería a su relación, nueve meses de relación y ¿eso era un record? El híbrido no dejaba de pensar en los anteriores híbridos de Luke, no sabía nada de ellos y el rubio no parecía querer soltar la lengua sobre ellos. Era curioso lo reservado que se volvía Luke al respecto, eso solo hacía dudar sobre su "record" de relaciones, Michael no quería ser solo eso.

Michael quería ser el último, no solo un número más.

[...]

A las 1:32am Michael se dio cuenta de que era inútil refugiarse entre sus libros, no podía dejar de pensar en Luke y en sus anteriores parejas ¿Por qué no los había aceptado? ¿Qué había sucedido con ellos o ellas? ¿Luke siempre habría sido gay? Siempre había tiempo para arrepentirse y buscar una nueva híbrida con cuerpo perfecto y orejas aún más esponjosas.

El híbrido se sorprendió cuando una salada lágrima se deslizó por su mejillas ¿estaba llorando? Se sentía un poco tonto por hacerlo pero la idea de ser solo un "record" le dolía, no quería que alguien más tocara a Luke y mucho menos quería separarse de él. No le gustaba admitirlo pero imaginar una vida sin Luke era imposible ¿Qué sentido tenía? Se había encariñado con Luke, lo amaba, realmente lo amaba y recorrer el mundo, conocer y crear nuevos momentos no sería lo mismo sin Luke.

— Lukey...Lu..— Sollozó y cerró el pesado libro de historia europea. No quería leer, quería a Luke.

Se levantó y se apresuró a llegar a su habitación, sintiendo más y más lágrimas deslizarse por sus sonrojadas mejillas. Su dueño levantó la mirada con preocupación al verlo de esa forma, se veía fatal y dejó su laptop a un lado para tomar a su híbrido entre sus brazos. Michael rodeó sus hombros y escondió su rostró en su cuello, sin dejar de sollozar.

— Gatito, tranquilo, ¿Qué sucede? Estoy aquí, no pasa nada, ¿te duele algo? ¿es eso? — Acarició su espalda con suavidad, como si fuera a romperse en cualquier segundo. Michael solo negó con la cabeza, su llanto comenzó a calmarse luego de unos largos cinco minutos que solo le causaron más y más preocupación al rubio.

Michael se separó un poco y miró fijamente los azulados ojos de Luke, buscando algún indicio de desprecio o algo que reflejara que la atracción se había desvanecido pero fue un alivio encontrar solo preocupación y cariño. Sonrió levemente y relamió sus labios antes de besar los de Luke con necesidad.

Luke rodeó su cintura con fuerza y lo presionó contra la pared más cercana, succionando los labios de Michael y dandole alguna que otra mordida a sus perfectos labios rojos. Sus manos bajaron aún más y apretó su trasero, esquivando la cola blanca y peluda que se movía inquietamente. El híbrido sonrió contra sus labios ante las caricias, sus manos acariciaban desde su trasero hasta por debajo de su camiseta, tocando sin asco su pequeño estomago, luego subían hasta su rostro y acariciaba sus cálidas mejillas como si fuera un objeto de vidrio extra fino, un toque fuerte pero delicado ¿cómo era eso posible? Solo esa persona podía hacerlo sentir especial, había una para todos y Michael había encontrado la suya.

Luke era un Angel, su toque era similar al de uno y Michael se sintió como el ser más preciado del universo en ese momento. El hecho de que lo tocara y mirara de esa forma le confirmaba que era la persona más preciada para el universo de Luke, no necesitaba vivir en otro universo más que en ese.

Luke no era su daddy.

Luke no era su dueño.

Luke era su persona.

Luke era esa persona angelical que le recordaba a los personajes ficticios de sus libros favoritos, a los caballeros de esas estúpidas películas de disney y al hombre ideal por el que tanto se peleaban en esas dramáticas novelas latinas.

Michael entonces se aseguró de que no, no era un solo uno más.

Michael era el último y el primero en ser amado de esa forma, era único y lo más importante era que Luke lo sabía a la perfección.

The end.
(Fin)


Los amo ❤.
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La verdad es que ya no se que más añadirle a esta historia, siento que ya está completa y sumar más capítulos la arruinaría ¿qué opinan?

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No daddy (Muke) Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora