Capitulo 6. A lo mejor le gustas

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— Ruby. — dejé de hablar con Ron y Seamus y me giré. Era Cedric. — Quería agradeceros a Harry y a ti por haberme ayudado con la primera prueba.

— En realidad ha sido todo gracias a... — volteé la cabeza para señalar a Ron pero Cedric me volvió a interrumpir.

— ¿Sabes dónde puedo encontrar a Harry? Creo que he descubierto algo sobre el huevo de dragón.

— Sí, creo que está en la biblioteca con Hermione. — asintió y hizo ademán de irse. Pero en el último momento se detuvo y dijo:

— ¿Haces algo este sábado? — Ron que estaba detrás poniendo la oreja se atragantó con su propia saliva y yo noté ardor concentrándose en mis mejillas.— Podríamos ir a Hogsmeade y tomar una cerveza de mantequilla... Si quieres, claro.

— Em... Bueno. Esto... Si, ¿por qué no? Vale, acepto. — le sonreí.

— Bien. — me dijo. — Nos vamos viendo. — se despidió antes de buscar a Harry.

— ¿Cedric Diggory, Ruby? — Ron me preguntó nada más se alejó un poco. — Acabas de llegar y Cedric Diggory. — ríe. — Te admiro.

— No sé qué acaba de pasar.

— Creo que ahora todo Hogwarts va a envidiarte.— comentó Seamus. Lo cual era genial, porque si ya de por sí tenía motivos para que la gente me mirara hiciera lo que hiciera, salir con Cedric Diggory solo supondría más miradas abusonas de aquí para allá.

— Voy a tener que salir con él el sábado. — dije en voz alta intentando asimilarlo.

— Eso le has dicho. — dijo Seamus.

Me llevé una mano a la frente, reí y los chicos me imitaron.

[. . .]

— ¿Con qué Diggory? — Malfoy rió en forma de burla tras formular la pregunta con varios de sus amigos serpientes. Concretamente Blaise Zabini, Theodore Nott y Gregory Goyle.

Hermione y yo estábamos en los jardines del castillo. Ella me ayudaba con mi redacción de pociones, y me gustaría decir que yo a ella también. Pero lo cierto es que no, no me necesitaba en absoluto.

Levantamos los rostros al unísono, ella rodó los ojos, yo alcé las cejas esperando más motivos para poder pegarle otra vez.

— Vámonos, Ruby. — me dijo recogiendo sus cosas. — Solo quieren molestar. Vamos a la sala...

— No. — me opuse. — No vamos a hacerles el favor. — Draco miró a sus amigos con una sonrisa sarcástica tras eso. — ¿Qué problema tienes con Diggory? — me dirigí a él en específico aunque los demás me escuchaban igual.

— Pequeña y estúpida Potter... ¿De verdad te creías que le gustabas?— vuelve a reír.— Si sale contigo es solo por pena. Por la pena que le da ver que nadie apoya a tu querido hermano.

Ahora la que reía sarcástica era yo.

— Lo que sí que da pena es ver cómo te haces el valiente delante de tus amigos para mantener tu fama de capullo. Cuéntales lo que pasó la noche de los seleccionados, Draco.

— Fue una tontería. — me dijo en voz baja para que solo yo lo escuchaste. Su sonrisa se había esfumado por completo.

— No para mi al menos, desde luego.— le dije en su mismo tono y volví a alzar la voz. — Vamos Draco. Cuéntales como nos defendiste a mí y a mí "querido hermanito".

— Está mintiendo. — les dijo a ellos. — No le hagáis caso.

Pero sus amigos se creían la verdad, y por ello le dedicaron a Draco varias miradas disconformes.

— Cuéntales como Pansy Parkinson se metió con nosotros y le dijiste que parara.

— ¿Eso es lo que quieres, Potter? ¿Volver a mis amigos contra mí?

— Vamos, Ruby. — insistió Hermione de nuevo.

— Te odio. — me dijo Draco sólo a mí. — Mira que odio a tu hermano pero tú... Tú eres peor. Eres horrible. — reí porque nada me pone más feliz que molestar a Draco Malfoy.

— Yo también te quiero. — le sonreí y me fui con Hermione de una vez por todas.

— ¿Se puede saber cuándo piensas dejar este absurdo juego que te traes con Draco? — me preguntó Hermione.

— ¡Ha empezado él! — me excusé. — Además, no me digas que no es divertido humillarle delante de sus propios amigos.— Hermione negó con la cabeza mientras sonreía dándome la razón.

— Lo cierto es que sólo viene a molestar cuando estás tú. — dijo al rato.

— ¿Que quieres decir con eso?

— Que ya ni siquiera molesta a Harry si no estás tú de por medio.

— ¿Y?

— A lo mejor le gustas. — solté una  sonora carcajada. — Lo digo de verdad, Ruby.

— Obviando el hecho de que sería asqueroso, no tiene sentido. Si le hubiera gustado podía haber hecho las cosas bien desde el principio. Como Cedric. Sin esa prepotencia y superioridad.

— ¿Acaso no lo conoces aún? Si esperas que Draco Malfoy llegue a tratar a alguien como Cedric Diggory te trata a ti... O a cualquier persona en este castillo, te deseo suerte. — negué con la cabeza.

— Entre Draco, Cedric y Viktor Krum— le propuse y vi de soslayo un leve rubor por éste último. — Con quien te casas, a quien matas, y con quien te acuestas.

No dijo nada por unos instantes y pensé que no contestaría, pero estaba pensando su respuesta.

— Me caso con Viktor, me acuesto con Cedric y mato a Draco. ¿Y tú?

— Yo no conozco de nada a ese Viktor así que lo mato. Creo que me caso con Cedric. Y... Uy no no no. Entonces me acuesto con Viktor. Que horror. Debí haber matado primero a Malfoy. — Hermione ríe mientras pasa por el cuadro de la señora gorda.

— Eres increíble, Rubianne Potter.

𝑫𝑬𝑱𝑨 𝑫𝑬 𝑶𝑪𝑼𝑳𝑻𝑨𝑹𝑳𝑶 • 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora