Capitulo 7. Pansy y Cedric, Cedric y Pansy

10.9K 736 527
                                    

— Potter. — dió un salto y se posicionó cerrándome el paso.

Era sábado por la mañana, más o menos sobre la hora del almuerzo. El sábado de la cita con Cedric Diggory.

Me dijo que me esperaría en la entrada de la Sala común de Gryffindor, pero al esperar por diez minutos y no verle aparecer, supuse que se habría perdido y decidí ir a buscarlo por mi misma.

— Tengo prisa, Malfoy. — rodé los ojos. El pasillo estaba desierto, tan sólo se oía el barullo de la gente de fondo, ausente. — ¿Que pasa? ¿Tus amiguitos te han dejado solo por lo de el otro día y ahora vienes a pedirme que les diga que todo fue mentira? — me reí al final pero él se limitó a sonreír de forma sarcástica.

— Vengo a pedirte que si sabes lo que te conviene cierres el pico y no vuelvas a dejarme en ridículo. — cruzo los brazos.

— Dejaré de dejarte en ridículo cuando dejes de merecerlo.

— Basta ya con el rollo moralista, Potter. — ahora era él quien rodaba los ojos. — Te hablo en serio. Llevo cuatro años aquí, y en estos cuatro años, ni siquiera tu hermano y sus amigos han sido tan odiosos como tú.

— Eso es porque te tienen miedo, créeme que si no fuera así, más de uno te diría peores cosas de las que te digo yo. — me defendí. — Cosa que no entiendo, porque te mereces el mismo respeto que una mierda pinchada en un palo. — se rió por el comentario. Y se rió sincero.

— Eres... Eres... — y quiso meterse conmigo pero no le salía nada. — Eres tan rara que ya ni siquiera encuentro palabras. — lo dijo más suave de lo que ambos nos esperábamos. Fue incómodo.

— Pues cállate y déjame pasar. Si no te importa he quedado con...

— ¡Es verdad! — exclamó. — Tu cita con tu queridísimo príncipe azul. Que tal, ¿ya les habéis puesto los nombres a vuestros futuros hijos? ¿Don perfecto y doña perfecta Jr?

— Muy gracioso.— ironicé—Por lo menos no tendrán cara de amargados como los tuyos con Pansy Parkinson.

— Pansy Parkinson no es mi novia.

— Ni Cedric Diggory el mío, a ver si te enteras ya.

— ¡Ruby! — era Cedric apareciendo por el otro lado del pasillo.

Si antes lo sé, antes lo nombro.

— Lo siento, es que tuve que entregar una cosa a la profesora Trelawney y ya sabes lo largas que son las escaleras de esa torre.

— No pasa nada. — dije y él intentó averiguar qué estaba pasando segundos antes de que llegara.

— ¿Te está molestando? — me preguntó.

— No, no. No es nada. Vámonos. — propuse y asintió.

Pero Draco no se movió.

— Un momento. — le pedí a Cedric cuando ya estábamos a cierta distancia.

Me volví a acercar a Malfoy.

— No lo es, pero que sepas que me gustaría mucho. — negó con la cabeza intentando simular indiferencia pero antes de girarme vi de soslayo una pequeña sonrisa acechando en sus labios. Pero decidí ignorarlo y me acerqué de nuevo a Cedric. — Ya está, ya podemos irnos.

[. . .]

— Quiero enseñarte algo.

Habían pasado un par de semanas desde la primera vez que Cedric y yo fuimos a Hogsmeade aquel sábado por la mañana. Desde entonces habíamos vuelto a quedar un par de veces más; solíamos ir por los jardines del castillo a pasear y a hablar de nuestras cosas. Pero no había pasado nada más que eso, y sinceramente, no sabía muy bien como interpretar eso.

𝑫𝑬𝑱𝑨 𝑫𝑬 𝑶𝑪𝑼𝑳𝑻𝑨𝑹𝑳𝑶 • 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora