𝑫𝑬𝑱𝑨 𝑫𝑬 𝑶𝑪𝑼𝑳𝑻𝑨𝑹𝑳𝑶 • 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮

Capitulo 15. Bromas y baños

— Oye Ruby. — Ron captó mi atención en clase de Transformaciones. — ¿Soy yo o Malfoy ya pasa de ti completamente?

Lo cierto es que habían pasado varios meses desde la segunda prueba del Torneo y no había tenido ningún altercado con él.

— No pienso quejarme. Después de casi medio curso sin parar de meterme en problemas por su culpa, no me importa un poco de tranquilidad por ahora.

Pero había una parte de mi que extrañaba poder insultarle siempre que tenía oportunidad. La verdad no sabría decir un momento exacto en el que pasamos a ser dos completos extraños, simplemente dejamos de pelear, y como era la única forma por la que nos hablábamos, también dejamos de comunicarnos.

Giré mi cabeza para verle, y comprobé que estaba sentado al lado de Blaise Zabini, otro estudiante de Slytherin.

Me vio y mantuvo la mirada por unos segundos. Suficientes como para saber que en su cabeza me había llamado de todo menos guapa.

Sonó el timbre con el que daba paso al final de la clase y recogí mis cosas lo más rápido que pude para salir cuanto antes fuera del aula.

— Os espero fuera, chi... — me callé porque vi a Cedric parado enfrente de la clase hablando de forma animada con Cho Chang, una chica de Ravenclaw.

Aquello me sentó como un puñetazo en el estómago que no lo ves venir. También llevaba varios meses sin hablar con él, porque aunque mi preocupación por su teoría había disminuido notoriamente, seguía pareciéndome violenta cualquier situación con él, pero salir con Cho Chang no era algo que hubiera considerado mucho.

Volteé para ver si Harry, Ron y Hermione ya habían salido y justo salían Draco y Blaise, quienes analizaron la situación, y sin decir nada soltaron una risita medio disimulada.

Aguanté demasiado bien las ganas de contestarle porque después de tanto tiempo no quería ser yo la primera que mordiera el trapo. Además de que la reacción de los chicos fue más o menos similar.

— Es cierto. — corroboró Hermione mientras íbamos a la siguiente clase. — Se lleva rumoreando unas semanas que Cedric y Cho están saliendo.

— Pero... Pensaba... Creía que seguía estando enamorado de mi.

— Eso es un poco egoísta, Ruby. — me renegó el propio Ron por sorpresa. — Encima de que le rechazaste, ahora no quieres que esté con otra que no seas tú.

— Oye, eso no es cierto Ron. En verdad me alegro de que una chica haya sabido valorarle como se merece, pero no esperaba que fuera a olvidarme tan rápido.

— Tú tampoco has estado llorando por las esquinas por él.

— Ron, así solo vas a hacerla sentir más culpable de lo que ya se sentía. Seguramente se estén conociendo, pero Ruby ya ha pasado mucho tiempo desde que lo dejasteis en el baile.

— Pero él parecía estar dolido.

— Y seguramente lo estuvo. Pero de eso ya han pasado cinco meses.

— Ya, tienes razón, lo cierto es que se merece ser feliz. — Ron y Hermione me dieron la razón y partimos para la siguiente clase.

[. . .]

Era la hora de comer, pero Hermione y yo teníamos ganas de ir al servicio así que nos desviamos de Harry y Ron antes de entrar, pero la puerta de los baños estaba cerrada, y había una cola de cinco chicas.

— ¿No se puede pasar? — pregunté a la que estaba en último lugar

— Hay alguien que lleva dentro 20 minutos.

— ¿Ocupando todos los baños? — pasé entre las chicas y me puse enfrente de la entrada. — ¡Oye que la gente se está meando! — comencé a aporrear la puerta con la palma de la mano con impaciencia hasta que ésta se abrió de golpe.

— ¿Acaso tienes tres años que no eres capaz de esperarte ni cinco minutos? — era Malfoy quien estaba al otro lado con Pansy Parkinson detrás.

— Somos cinco personas esperando. — repliqué. — Y ellas llevan mucho más esperando. Además, este es el baño de chicas, si queréis intimidad para vuestras cosas podéis buscaros cualquier otra parte del castillo en la que no molesteis a nadie. — tras esto se oyó una ligera risita por parte de las demás chicas que estaban esperando entrar.

Malfoy me dedicó otra de sus características caras de asco

— De verdad Potter, no hay ni un solo momento en que dejes de ser tan insolente. — se acomodó la corbata y se abrió paso entre todas nosotras para marcharse y Pansy le siguió el paso.

— Madre mía, Ruby. — me comentó Hermione inédita todavía cuando volviamos al Gran Comedor. — ¿Sabes lo que puede pasar si alguna de las chicas se pasa hablando? ¡Se puede crear el rumor del siglo! Y como llegue a manos de Dumbledore... Bueno, no creo que le expulsasen, pero...

— No estaban teniendo sexo, Hermione.

— ¿Cómo lo sabes?

— Pues porque Draco es la típica persona que pensaría que eso es una ridiculez.

— ¿Y tú como estás tan segura?

— No es tan imbécil como para hacerlo en un baño en una hora de descanso, ni como para hacerlo con Pansy.

— ¿Entonces solo dijiste eso para bromear y hacerlo sentir incómodo?

— Básicamente.

— Pues al final no sois tan distintos después de todo.