— A ver que lo entienda; le gustas a Cedric Diggory. Cedric Diggory, uno de los participantes del Torneo de los Tres Magos. El chico más perfecto que podrías encontrar en todo el colegio. De hecho, te pide que seas su acompañante para el baile. Pero a ti no te gusta. Todo eso, ¿y a ti no te gusta? — Ron estaba perplejo. — Nunca entenderé a las mujeres.
— Eres un ignorante Ronald. — le debatió Hermione. — Querer a alguien implica mucho más que eso. Puede ser el chico más guapo del mundo y no gustarte ni en lo mínimo de lo posible.
— Mírala, Harry. Desde que sale con Víctor Krum es toda una experta en el amor. — Hermione frunció los labios y Harry negó con la cabeza.
— Ron tiene razón. Él es increíble. Y sin embargo... — hice una pausa y me llevé una mano a la frente. — A ver, si que me gusta pero no como yo le gusto a él.
— Ruby, no hagas caso al cavernícola de Ron. — me insistió Hermione.— No te presiones. Si no sientes lo mismo que él no pasa nada. Después de todo no puedes elegir tus sentimientos hacia las personas. Pero deberías decírselo.
— No quiero hacerle daño.
— Yo creo que le harías más daño si le dejaras hacerse ilusiones para luego nada. — opinó Harry.
— Está bien. — aunque no estaba del todo convencida. — Se lo diré. Pero después del baile. Se lo diré después del baile. — repetí algo más bajo para autoconvencerme. — A quien quiero engañar, jamás voy a acabar este trabajo. — lancé el lápiz y llegó hasta los pies del sillón delante de la chimenea, que estaba al otro lado de donde estábamos haciendo los deberes. En la Sala Común. — ¿No podemos salir un rato afuera?
— Ruby tiene razón, llevamos toda la tarde haciendo deberes. — Harry me apoyó.
— Conmigo no conteis. Pienso acabarlos hoy. — Hermione se negó en banda.
Miramos a Ron.
— Lo siento, pero paso de que Snape me vuelva a echar la bronca.
— Como quieras. — dijimos y salimos fuera.
— ¿Tú no crees que estoy loca, no? — Harry negó con la cabeza ante mi pregunta.
— Lo único que si rechazas a Cedric ya no sé a que aspiras. — reí sorprendida pero lo pensé y tenía razón.
— Supongo que prefiero las cosas complicadas. Con Cedric fue todo muy fácil y perfecto desde el principio. Creo que ese fue el problema. A veces lo fácil aburre.
— Pues yo prefiero las cosas sencillas. No veo la necesidad de complicar algo si puedes hacerlo por lo fácil. Es como si...
— ¡DEVUELVESELO, CRABBE! — una voz desconocida interrumpió a Harry.
Estaban en el pasillo de al lado. Harry y yo nos miramos mutuamente y aceleramos el paso hasta llegar a donde estaban concentrados bastantes alumnos de diferentes casa y cursos.
Nos abrimos paso entre la gente y averiguamos que Crabbe y Goyle se estaban peleando cuerpo a cuerpo de forma muy seria entre ellos, pero de forma muy patética para el resto.
Vimos a Malfoy, Parkinson y Zabini al lado nuestro animando la pelea y gritándoles cosas a sus amigos.
— ¿Por qué se pelean? — pregunté.
— Seguramente Goyle se haya comido el almuerzo a Crabbe. — respondió Harry.
— ¿Acaso eso importa, Potter? — Malfoy se metió en nuestra conversación. — Lo importante es el espectáculo. ¡Eso tiene que haber dolido! — gritó sin parar de sonreír. — Además, no creo que a nadie le importe que se peleen. Total, nadie disfruta de su compañia. ¿No, Potter? — me preguntó a mí levantando las cejas.
Imité su expresión y sonrío. — Que sorpresa saber que Zabini puede sonreír, ¿no crees? — le preguntó ignorando su respuesta.
— Eso es porque no has visto como se ríe cuando me burlo de ti y tus amigos.
— Vámonos Harry. — le dije.
— ¿Que pasa? ¿Te has ofendido tanto que te vas a llorar? — me cuestionó Draco en tono de burla.
— Que viene Snape por allí. — le dije señalando el principio del pasillo y Harry y yo nos dispersamos lo más rápido posible.
Corrimos hasta alejarnos de todos y nos paramos en un pasillo vacío.
—¿Desde cuando te llevas así con Malfoy? — preguntó y me sorprendió porque no sabía muy bien a donde quería llegar.
— ¿Así como?
— Es diferente. Te mira diferente.
— Créeme, sería la euforia de ver pelearse a Crabbe y a Goyle. — Harry se sienta en el suelo.
— No quiero hacer el trabajo.
— Ni yo pero...
— Aagh. — los dos sobresaltamos de dolor a la vez.
— ¿Otra vez la cicatriz? — él asintió. — Deberíamos ir a hablar con Dumbledore, a lo mejor es algún tipo de señal o algo.
— No nos haría caso, Ruby. Últimamente solo hace que ignorarme. — me senté a su lado.
— No dejes que pase, por favor. — dije al recordar lo que Harry ne había preguntado hacía un momento. — No dejes que me lleve bien con Malfoy. — reimos. — No dejes que me convierta en lo que juramos destruir una vez.
— Trato hecho.
[. . .]
— Hermione tiene razón, Ron. — la apoyé.— Por mucho que nos fastidie tendremos que empezar a tomar nuestros propios apuntes.
Estábamos medio discutiendo de buen royo mientras íbamos a la biblioteca.
— Hirmiin tini rizin. Sois unos zoquetes hasta para escuchar y escribir. Vaya panda de ridículos. — no hacia falta ni especificar de quien se trataba.
Ron se hartó y le apuntó con la varita en el cuello. Draco rió divertido.
— Adelante, Weasley. Atrévete.
— Déjalo Ron. — propuse. Llevaba toda la semana molestando y agobiaba. Ya ni siquiera tenía ganas de discutir.
— Vaya, vaya. Parece que el cuento de la heroína era todo una farsa para caer bien. Que pena chicos. — les dice a sus amigos. — Yo hasta empezaba a creerme que lo hacía en serio.
— Lárgate Draco. — alguien habló detrás de mi y no fue ninguno de nosotros cuatro. Era Cedric. Y me sientí mal porque llevaba toda la semana evitándolo y sin embargo él está aquí, dando la cara por nosotros.
Ron se alejó un poco pero seguía teniendo la varita en alto.
— ¿Estás bien? — me preguntó Cedric y asentí. Le abracé porque me dolía seguir mirándole a la cara.
— Sois unos patéticos. — pero Malfoy continuaba. — De Potter me lo esperaba, pero he de decir que de Diggory me cuesta un poco más imaginar esta faceta de él.
Basta.
Ya no aguantaba más.
Sus amigos se reían ante sus comentarios y eso solo me enfadaba más.
— Te odio. — fue lo último que dije antes de lanzarme a por él.
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𝑫𝑬𝑱𝑨 𝑫𝑬 𝑶𝑪𝑼𝑳𝑻𝑨𝑹𝑳𝑶 • 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮
Fanfiction𝐃𝐄𝐉𝐀 𝐃𝐄 𝐎𝐂𝐔𝐋𝐓𝐀𝐑𝐋𝐎 | Wizarding Wolrd De un día para otro me despierto en una escuela donde hay objetos que se mueven por su propia voluntad, teniendo un hermano conocido mundialmente y un destino que combatir junto a él en un mundo mág...