Pasaron tres semanas desde el baile de Navidad y Cedric seguía sin dirigirme la palabra.
Entendía su enfado —de hecho era más que comprensible— pero no quería que las cosas acabaran de aquella manera entre nosotros. Me había comportado mal, es cierto, pero anhelaba su compañia. Nuestra amistad.
Y más o menos sucedía lo mismo con Malfoy, menos por lo de querer arreglar las cosas y el anhelo de su compañía. Y lo de nuestra amistad. Ah, y lo del mal comportamiento. En todo caso, se lo tenía merecido.
— ¿Qué? — pregunté harta para ver qué era lo que tanto miraban esos dos alumnos de Ravenclaw.
Pero rápidamente dejaron de mirarme y siguieron haciendo sus deberes.
Ah, también se había extendido un pequeño rumor por todo el castillo que decía que Cedric y yo habíamos roto porque en la noche del baile nos vió basándonos a Malfoy y a mí. Por eso desde entonces la gente se me quedaba mirando más de lo que lo hacían de normal. Sobre todo las chicas que pretendían tener algo con Cedric o con Draco, que se intentaban mostrar todo lo
indignadas posibles conmigo para llamar su atención.— Ruby. — Harry me llamó. Se suponía que estábamos haciendo deberes en el Gran Comedor, pero yo llevaba media hora delante del pergamino y continuaba igual de blanco que al principio. — Vamos, ya sabes que es mejor ignorarlos.
— Llevan así tres semanas Harry.
— Ya deberías de estar acostumbrada.
— Pues no, porque Cedric sigue sin hablarme y creo que es porque se piensa que realmente me besé con Malfoy.
— Bueno pero eso no es cierto, Ruby. No es tu problema que crea en el rumor antes que en ti.
Suspiré hondo. Frustrada por todo en general.
— Puede que tengas razón.— empecé a recoger mis cosas. — Voy a dar una vuelta, me apetece estar sola. Luego te veo.
— Está bien, cualquier cosa me dices. Estaré en los jardines con Ron y Hermione, vamos a intentar averiguar algo sobre la segunda prueba del torneo. — asentí con la cabeza y me colgué la mochila del hombro.
Paseé por los pasillos sin rumbo, pero con el objetivo de encontrar algún sitio por el que no fuera a pasar nadie.
— Eh, ¡Potter! — me giré y vi a Pansy levantarse de la repisa de la ventana en la que estaba sentada. Se encontraba junto a Zabini y a otro alumno de Slytherin.
Me crucé de brazos esperando su insulto para poder ignorarlo e irme por donde había venido, pero no vi venir lo que realmente me dijo;
— Eres una zorra embustera. Si te crees que a mí puedes engañarme la llevas clara. Pienso hacerte la vida imposible, ¿me oyes?
— ¿De qué estás hablando? — pregunté aunque obviamente sabía exactamente de lo que me hablaba.
— No te hagas la tonta Potter, sabes perfectamente a lo que me refiero.
— Venga Pansy, déjala. — Zabini la cogió del brazo para alejarla, pero ella se quedó firme ante mi. — Vamos, Draco ya nos dijo que no pasó nada, no se porque sigues creyendo a esa gente...
— ¿Y que más te da a ti si besé o no a Draco Malfoy? ¿Vas a pegarme por haber hecho lo que tú nunca harás? ¿O vas a lanzarme una maldición imperdonable simplemente por la envidia que te corroe por dentro al pensar mínimamente en la idea de que me elija a mi antes que a ti?
— ¿Perdona? — Pansy preguntó y Zabini abrió sus ojos de par en par con una pequeña sonrisa entre labios.
— ¡Para todo aquel que lo pregunte! — grité lo más fuerte para poder captar la atención de toda la gente del pasillo. — ¡No! ¡No me besé con Draco Malfoy aquella noche en el baile! ¡Ni lo hice ni tengo pensarlo hacerlo! ¡Así que para toda esa gente que se ha encargado de difundir un falso rumor sobre mi y Malfoy durante las últimas semanas! ¡IROS A LA MIERDA IMBÉCILES! — y les saqué el dedo de enmedio a todos en general.
Dejé de un lado todos aquellos pensamientos que me decían que todo ese discurso no serviría de nada y solo había hecho el ridículo porque por primera vez desde el baile me sentía agusto de nuevo. Llevaba tantos días guardandome esa impotencia que sentía demasiado bien soltarla en forma de odio.
Decidí hacer lo mismo en el gran comedor para aclarar cualquier tipo de malentendido.
— ¡NO! ¡NO BESÉ A DRACO MALFOY! ¡Y SI CEDRIC Y YO NO SEGUIMOS JUNTOS NO FUE POR ESO POR MUCHO QUE OS GUSTE PENSARLO! Muchas gracias. — Harry me miró confundido y yo le hice una seña con la cabeza para indicarle que todo iba perfectamente.
Draco, que también estaba en la Sala Común dos mesas más allá que la de Gryffindor, me miró con el ceño fruncido y rodó los ojos ante el hecho de que las miradas se concentraron en él por un instante.
— Señorita Potter, me alegro mucho de que haya decidido pronunciarse ante un acto injusto, pero por favor, si no baja la voz, tendré que pedirle que se vaya. — me dijo la profesora McGonagall. — Es la hora de estudio.
Vi como tras eso se rió.
— Ah, si, perdone, profesora McGonagall, ya me marcho. No pretendía molestarla. — le dediqué una sonrisa y me marché a los jardines, donde me encontré a Cedric sentado bajo un árbol terminando unos deberes. — Hola. — le saludé. — Se que no quieres hablar conmigo pero quería que supieras una cosa.
Cerró su libro como señal de que me escucharía y me senté a su lado antes de decir nada.
— Cedric se que he sido una idiota y nunca tuve que aceptar salir contigo. O sea, no me malinterpretes, te adoro y me encanta pasar tiempo contigo. Pero se que no vemos al otro de la misma forma, y salir contigo era engañarte. Porque yo no te quiero de la forma en la que se que tú podrías llegar a hacerlo, y no te lo conté con tal de no hacerte daño, pero eso solo lo empeoró todo y... Lo siento. — hice una pausa. — No espero que volvamos a ser amigos, pero simplemente quería que lo supieras de primera mano. Y créeme cuando te digo que no pasó nada esa noche entre él y yo. Ya se que todo Hogwarts dice lo contario, pero de verdad, no pasó.
— Te creo.
— Ya, sé que es difícil de creer, pero de verdad, yo... Espera, ¿me crees?
— Si. — sonrió ligeramente. — Tranquila, te creo. Pero si, debiste hacerlo desde un principio. Me ilusionaste sobre algo que jamás pasaría.
— Bueno, yo no diría jamás tampoco.
— Ruby, no puedes estar enamorada de dos personas al mismo tiempo.
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𝑫𝑬𝑱𝑨 𝑫𝑬 𝑶𝑪𝑼𝑳𝑻𝑨𝑹𝑳𝑶 • 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮
Fanfiction𝐃𝐄𝐉𝐀 𝐃𝐄 𝐎𝐂𝐔𝐋𝐓𝐀𝐑𝐋𝐎 | Wizarding Wolrd De un día para otro me despierto en una escuela donde hay objetos que se mueven por su propia voluntad, teniendo un hermano conocido mundialmente y un destino que combatir junto a él en un mundo mág...