Capítulo 6

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Me encuentro en la lujosa sala de juntas de la reconocida Boutique Miiu Miiu. Mientras espero para ser entrevistada, estoy sentada ante una elegante mesa de roble rectangular grandísima, ocupo la silla de un extremo y dejo la presidencial enfrente de mí, claro que nos separan otras diez sillas más. En el fondo se encuentra una pantalla gigante, para los audiovisuales y videoconferencias corporativas.

Me pongo a recordar todo lo que sucedió en mi mañana agitada. Tomé un taxi muy temprano para llegar hasta aquí, pero al bajar me regañé mentalmente por no venir a conocer el lugar el día de ayer, todo hubiera sido más sencillo. Jamás imaginé las cosas con las que me podía topar, hasta que por fin llegué. Cuando vi el sitio, fui sobrecogida por la extrema belleza del lugar; es un edificio en forma de una caja gigante de cristal, que muestra su arquitectura innovadora y vanguardista.

La compañía es de origen italiano, pero con representación en diferentes países, me enteré por Luz que abrió la nueva tienda en la ciudad hace unos meses. Pero, en esta corporación multinacional, cada boutique tiene su propio dueño, quien posee la representación exclusiva de la marca italiana para comercializar en determinado país, en este caso España. Y lo que he escuchado por allí al llegar es que el propietario de esta tienda se encuentra actualmente aquí, con el objetivo de hacer personalmente las entrevistas; así que todos caminan de un lado a otro como hormiguitas trabajadoras.

La boutique en sí está en el amplio primer piso, donde muestra todo su esplendor con ropa de colección, zapatos, bolsos, lentes y demás accesorios que no pude observar a fondo. Yo solo llegué al centro operativo, y mis nervios comenzaron a despertar, gracias a una señorita que se presentó como Celeste y quien me recalcó:

—Puedes llamarme Cel, suena más encantador.

La chica tiene la sangre pesada. Es pelirroja, y creo que la odié más porque tiene su cabello tan bonito, demasiado brilloso y sedoso. Pero además de ella, en mi camino al lugar donde me entrevistarían, me encontré con varias mujeres tan hermosas caminando por ahí, como si esto fuera una pasarela, y mi cabeza comenzó a trabajar, haciéndome interiormente miles de preguntas ilógicas, una de ella: «¿cómo puedo trabajar yo aquí?».

Si me contratan, tendría que comprar la mayoría de mi ropa en esta tienda. Todos estos pensamientos solo hacen que mis nervios vayan en aumento a cada minuto que pasa. Ahora ya no estoy tan segura de que este sea un buen lugar de trabajo. Vengo de una buena posición social, como para poder permitirme comprar alguna que otra prenda, pero no soy una millonaria; aunque bueno, piensa mi subconsciente en mi cabeza: «no creo que todas las personas que trabajan aquí sean millonarias, Delhy, si lo fueran, estarían de compras y no trabajando». Suelto un pequeño suspiro ante mi boba observación, volviendo en mí.

Mientras me pierdo en la vista que los cristales de la sala me ofrecen, observo la ciudad y veo cómo transcurre todo tan tranquilo allá afuera, hasta que se escucha el tintineo de unas pulseras y al mismo tiempo alguien gira la perilla de la puerta.

Aparece ante mí una chica joven, de unos veintitantos años. Con cabello café, que es adornado por unas hermosas mechas californianas, y arregladas en unos rizos flojos; sus ojos son grandes, color avellana, y tiene una sonrisa cautivadora. Viste poderosa, irradiando profesionalismo. Un chaleco blanco ciñe su cintura, contrastando con la blusa, el pantalón sastre y los zapatos de tiras con tacón de aguja imponentes, todo negro, que le da un superlook.

Yo, en cambio, uso un vestido Valentino, a la rodilla, color vino, y de manga corta, que se ajusta a mi figura, acentuando mis caderas y mi trasero. Los dos atributos que más orgullo me dan de mi complexión, y que siempre uso a mi favor. Soy muy bajita de estatura, lo que me lleva a comprar infinidad de zapatos de tacón altísimos; actividad que me encanta, y he de confesar que es uno de mis pasatiempos favoritos, junto con leer libros, además de los rompecabezas.

Qué Será De MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora