三十三

457 65 8
                                    

三十三
lost

El cambio de jugadores al final del segundo tiempo fue una sorpresa para todos, menos para Kai. A pesar de que seirin estaba empezando a desenvolverse con toda su potencia, Kagami salió del juego, causando disgusto en todos los expectadores.

Incluso Kise hizo un puchero al respecto.

- ¡Justo cuando comenzaban a jugar bien!

-Está lesionado -explicó la morena, cruzándose de brazos-. Por eso debe salir, se está haciendo daño en las piernas.

Midorima alzó una ceja con suspicacia, haciéndole una muda pregunta, algo que Kise no se logró callar.

- ¿Cómo lo sabes?

Kai esbozó una enigmáica sonrisa, aunque Ryota ya se imaginaba la razón por la cual era tan obvio para ella.

La desventaja de seirin se hacía cada vez más grande, mientras mayor era el tiempo que Kagami pasaba en la banca. Desde lejos, pudieron darse cuenta de Riko vendándole las piernas con dedicación, aunque Shibata se mantenía con el ceño fruncido y mordiéndose los labios, un poco impaciente.

Podría ayudar -se repetía mentalmente, pero por más que quisiera, aquello sería imposible. Empezando porque no la dejarían pasar a la cancha.

La bocina volvió a sonar, anunciando que Kagami volvería a entrar. Pero antes de dar un paso más, una persona morena y con el uniforme de too desordenado le pasó un brazo sobre los hombros. Kise dio un sobresalto y Midorima frunció el ceño profundamente, gracias a eso, fue que Kai lo supo: Aomine había llegado.

De reprente se formó un ambiente de tensión, no solo entre los jugadores, sino también Midorima y Kise, que estaban ahora sumamente atentos al partido. Pasaron unos segundos para que se reanudara, y Kai se confundió por el cambio en la estrategia.

- ¿No hay algo raro? El balance está roto -murmuró, inclinándose en dirección al rubio para que éste la escuchara mejor.

-No, lo están haciendo a propósito. Es aislamiento -tras la explicación, Midorima lo interrumpió:

-Para permitir que ciertos jugadores especiales se muevan libremente, los demás se reúnen de un solo lado -ambos jugadores se veían tan concentrados en lo que pasaba, que casi daba escalofríos-. Hay varias razones para usar esa técnica, pero en esta situación, parece exactamente lo que es. En otras palabras, es un uno a uno entre los aces de cada equipo.

Shibata asintió y volvió la vista al juego, donde una anticipación expectante podía sentirse. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que Aomine, quien tenía el balón, hiciera el primer movimiento.

Después, lo único que fue capaz de ver, fue una mancha que se movía a una velocidad ridículamente alta por la cancha.

Pero ni siquiera pudo encestar al primer intento... Kagami le había obstaculizado el tiro.

¡Demasiado alto; su lesión!

Lo mismo pasó en el ataque de seirin. Aquello parecía una lucha de poderes muy pareja: Kagami por la altura de sus saltos, y Aomine por su impresionante velocidad. Kai se sintió abrumada, tan solo con los diez segundos que restaban del segundo tiempo. Se apoyó en el borde del muro y suspiró, impresionada con aquella demostración: alguna vez había escuchado sobre la generación de los milagros, no por nada sabía quiénes eran, pero nunca los vio jugar hasta que conoció a Kise, y ver la capacidad del as de los milagros iba más allá de lo que alguna vez hubiera podido imaginar.

-Aominecchi...

-Es completamente insoportable -el rubio resopló como asentimiento a la afirmación de Midorima-. Es lento, como si no tuviera deseos de jugar.

- ¿Ni siquiera lo está intentando?

Shintaro negó, tras lo cual Kai exhaló fuertemente mientras se apartaba el cabello de la cara con una mano.

-Esto es increíble.

• • • ● • • •

Tuvo que salir del estadio durante el descanso del segundo tiempo, porque sentía que se estaba sofocando con el bullicio de la gente y la impresión que le había dejado el as de la generación de los milagros. Y le costó poder ir sola pues la insistencia de Kise para acompañarla casi le había ganado la batalla.

Mientras caminaba, con la mirada y la mente perdidas en otro lado lejos, lo último que se esperó fue chocar con alguien. Y eso no fue lo que le sorprendió, porque realmente era algo normal, sino con quién se había tropezado. Por un momento quiso volver sobre sus pasos y desaparecer de vuelta entre el público, pero Aomine ya estaba dado vuelta, viéndola fijamente y con el ceño fruncido.

-Mira por dónde caminas, tonta -espetó, inclinándose al frente para verla a la cara.

-Lo siento.

Era ridículo, pero bajo el escrutinio de los ojos azules de Daiki, de pronto Kai se sintió como un ratón. Encogida sobre sí misma, le devolvió la mirada, tratando de pensar en una manera de huir sin parecer tan asustada.

-Eres la chica de Kise, ¿cierto? -dijo, con los ojos entrecerrados y una media sonrisa maliciosa. Se enderezó, con las manos en la cintura.

- ¿Disculpa? -Shibata alzó una ceja, como retándolo a que lo dijera de nuevo.

Aomine, en cambio, bostezó y tras unos segundos, sonrió de nuevo.

-Hazme un favor, ¿quieres? Dile que nos vemos en la interhigh.

Acto seguido, sin dejarla responder, se dio media vuelta y se fue. Kai se quedó quieta un momento más, procesando aquel encuentro, todavía con el ceño fruncido. Ese Aomine... no le agradaba, en absoluto.

Nadie se rindió, todos pelearon hasta el final. Pero la diferencia entre el puntaje se hizo más grande.

Nadie lloró.

Ese día, seirin fue completamente aplastado.

end of the chapter

[ 1 ] KnB ▶ yellow serendipity [PremiosKnB2017]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora