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british

A la mañana del miércoles, Kai ya estaba sentada en su sitio usual cuando un destello amarillo a lo lejos, en la entrada de la escuela, le hizo levantar la mirada de su libro. Cómo no, se trataba de Kise, quien avanzaba con la mirada fija en la ventana. Fija en ella. La Shibata se sonrojó, aunque no apartó la mirada, y a lo lejos pudo notar lo que parecía una sonrisa danzando en los labios del rubio. Se mantuvieron las miradas hasta que fue imposible porque él se adentró en el edificio, justo en ese momento el timbre sonó, sacando a la morena de sus pensamientos.

Ese día no se chocaron en los pasillos.

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Para cuando comenzaron las horas de práctica del club, tanto Kai como Kasamatsu se encontraban ya en el gimnasio. No fue más que una coincidencia que se hayan encontrado en el camino allí.

— ¿Qué haces aquí tan temprano? —fue la cuestión del capitán, mientras entraban en el lugar. Kai se encogió de hombros de forma despreocupada.

—Es una manía. Me gusta estar un poco más temprano de la hora en todos lados.

Un sonrojo se hizo notorio en las mejillas del mayor, aunque ella tan sólo rió por lo bajo ante esa reacción.

— ¿No tienes actividades en los otros clubes?

—Hablé con los encargados para cambiar las horas a unas un poco más tarde, así no tendré problemas en venir aquí —dijo ella con una leve sonrisa—. ¿Y tú, qué haces aquí tan temprano?

—Como el capitán, tengo que dar el ejemplo, además, también me gusta estar más temprano en todos lados.

Acto seguido, Yukio se excusó para ir a los vestidores pues ya se acercaba la hora en la que empezaban a llegar todos. Y tenía razón, porque mientras él estaba allí, empezaron a llegar grupitos de jugadores que le saludaban cordialmente a medida que iban entrando y pasando a los vestidores. Cinco minutos después, el gimnasio estaba lleno y casi todos calentando y preparándose para el entrenamiento, pero el as del equipo no había llegado.

—Ese Kise, siempre llegando tarde a todos lados...

Moriyama estuvo a punto de acotar algo al comentario de su capitán pero justo en ese momento la puerta del gimnasio se abrió dando paso a un tranquilo rubio que saludó a todos con un ademán mientras se dirigía a los vestidores. Kai negó un poco con la cabeza, pero ahogó un grito al ver la patada salvaje que le propinó Kasamatsu. Se puso de pie lo más rápido que pudo y fue a ayudar al modelo que lloriqueaba en el suelo, aunque los demás integrantes del equipo le habían dicho que lo tomara a la ligera, pues era más normal de lo que creía.

— ¿Estás bien? —se arrodilló a su lado.

— ¡No puedo creerlo! ¡Shibata-san está preocupada por mí, que linda! —la exclamación de Kise vino acompañada por un abrazo asfixiante en el cual envolvió a la chica, por su parte, Kai estaba entre roja de vergüenza y morada por la falta de aliento.

—Es obvio que está preocupada tonto, es la encargada de los primeros auxilios —gruñó el capitán.

— ¡Es por mí! ¿A que sí, Shibata-san?

—Bueno, en realidad...

— ¡Kise, cállate y ve a cambiarte, ya llevas diez minutos de retraso, idiota!

Ante el segundo golpe de Kasamatsu, Ryota corrió directo a los vestidores para llevar a cabo sus órdenes.

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[ 1 ] KnB ▶ yellow serendipity [PremiosKnB2017]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora