Capitulo 6

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Nos bajamos del coche y vamos directos a las luces. Aún estoy un poco avergonzada porque era verdad, no que quisiera ponerme guapa para él, sino que quería arreglarme para las luces y no entiendo el motivo. Siempre voy como quiero. Pero para no darle a entender que tenia razón, me puse unos simples vaqueros y un jersey blanco.

Nos acercamos al árbol gigante que siempre colocan en el centro. A saber cuantos miles se gastan en tener cada una de esas miles de bombillas encendidas durante semanas. Y la gente muriéndose de hambre. Que asco. Pero lamentablemente las calles están preciosas.

-¿Te gustan las luces?

-Claro, la navidad es mi época favorita del año- dije escondiéndome las manos debajo de lo brazos cruzados por el frío-.

-¿Quieres que te saque una foto con el árbol?

Me quedo mirándolo con una ceja levantada. ¿Nunca se acuerda o qué?

Empieza a enrojecerse por la vergüenza.

-Perdona Ann, no me acordaba, lo siento-dijo intentando disimularlo con una sonrisa-.

-No pasa nada, tardaras un poco en acostumbrarte-intenté quitarle importancia para que no se sintiera mal- venga, vamos a dar un paseo.

Empezamos a caminar por todo el centro viendo todas las luces. Todas las tiendas tenían objetos de navidad y de mas en las cristaleras, los arboles de verdad tenían luces rodeando los troncos. Incluso en mitad de la calle podrías encontrarte ciervos formados por luces. Todo realmente bonito.

Pasó una hora cuando ya habíamos visto todo el paseo.

-Ya es tarde,¿no tienes mañana instituto?

-Si, pero no quiero irme-tenia las manos en los bolsillos y la frente fruncida-¿Quieres cenar?

-No quiero que te gastes más dinero en mi Ben- ya empezaba a tener vergüenza de todas las cosas que me había pagado-.

-Déjate de tonterías Ann, venga,¿podemos comprar aún que sea unos chocolates calientes?-dijo poniéndome cara suplicante-.

-Está bien-dije resoplando- eres insoportable enserio-dije riendo-.

-Ya lo sé, pero te aguantas- dijo mientras me cogía de la mano y me llevaba a una cafetería-.


-Dios, este chocolate está riquísimo-no podía parar de beber por la pajita-.

-Tómalo con calma, haber si te vas a quemar otra vez-dijo con su taza humeante entre sus manos-.

-¿No dijiste que te gustaría que me quemara otra vez?-levanté la barbilla para parecer chula-.

-Si, pero no me apetece que la gente crea que beso el aire- y muy tranquilo bebió de su taza-.

Yo en cambio dejé de tomar. Creo que incluso me pasé unos segundos sin respirar. ¿Como podía tener tanta confianza en decir esas cosas? Creo que ha llegado el momento de hablar serios.

-Ben, oye,¿yo te gusto?-solo preguntarle hacia que me muriera de vergüenza-.

-Si-volvió a beber-.

¿si?¡¿Si?! ¡¿si y ya está?!

-Creo que te estás equivocando, solo nos conocemos de unos días, no puedo gustarte, no me conoces- estaba alucinando-.

-Conozco de ti lo que necesito, y el resto lo iré averiguando con el tiempo-hizo un gesto como si le diera igual-.

-¿Y que se supone que conoces de mi como para confiarte de que te gusto?

¿Qué pasa si nadie te ve?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora