Capitulo 22

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Duermo poco esa noche, menos de lo normal, peor de lo normal.

Entra un leve rayo de sol por la ventana, no son mas de las siete de la mañana lo mas probable. Ya he escuchado a Nathifa levantarse así que es de esperar que venga a despertarnos en poco.

Me giro en la pequeña cama y me pongo en frente de Ben, sigue dormido plácidamente, como siempre, en parte lo envidio. Me hubiera gustado tener una vida normal como él. Nacer normal, crecer normal, tener una familia normal, y enamorarse de una manera normal. Poder ir por la calle con él y que todos nos vean, que algún vecino simpático nos salude por que lleva años conociéndome, que los comerciales sepan la compra que suelo hacer, que la bibliotecaria me guiñe un ojo cada vez que entro a la biblioteca, poder llegar a casa y saludar con un beso a mi madre, otro a mi padre, remover el pelo de la cabeza de mi hermana y subir corriendo a mi habitación a estar un poco con Queso, ir a los campeonatos de fútbol de Ben y cuando ganen saltar a sus brazos y besarle, y después ir a tomar unos batidos con sus amigos para hablar y reír.

Ser, simplemente normal.

Acaricio la cara de Ben, posiblemente nos quede poco juntos, me acerco mas a él y le muevo el pelo. Noto como empieza a despertarse, así que me acerco a sus labios y le doy un lento beso, me separo un poco para apoyar mi frente en la suya y pongo otra vez la cabeza en la almohada, sin dejar de acariciar su pelo.

-¿Nos hemos despertado cariñosa?- me envuelve con su cuerpo y se tumba encima mía-¿Donde ha quedado lo de ir mas despacio?- dijo moviendo la cabeza hacia mi hasta que nuestras narices se tocan- entre anoche y ahora estoy que no te reconozco.

-Por un día no pasa nada- sigo acariciándole el pelo y pego sus labios a los míos otra vez-.

Creo que me estoy pasando, va a notar mi desesperación por perderle, por perderme a mi, por perderlo todo, va a sentir mi miedo si no me controlo.

-Será mejor que nos levantemos y vayamos a desayunar algo, me muero de hambre- es mentira, posiblemente nunca haya tenido el estomago tan cerrado en mi vida, no me cabe ni un guisante. Cuando sabes que vas a morir, se te quita el apetito-.

-Me gusta más el desayuno que estoy teniendo ahora- dice riendo como pícaro que es- pero esta bien, de todas maneras, cuando acabe todo esto tendremos tiempo de sobra a estar juntos.

Esa frase me duele, me mata. Ojala pudiera decirle todo el miedo que tengo, todo lo que estoy sufriendo. Ojala poder decírselo, que el me abrazara y que me dijera que no pasará nada, que se arreglará. Ojalá muchas cosas-

Muevo la cabeza diciendo si, dado que no puedo decirlo con palabras, no puedo mentirle de esa manera, al menos no de mi boca.

Me da un rápido beso y se levanta de la cama, yo le sigo de la mano hasta la cocina, donde solo está Nathifa, con un café en la mano. 

-¿Ya estáis despiertos? que raro en jóvenes de vuestra edad, ni Albert se levanta a esta hora-ríe falsamente, aunque después de lo de anoche, no creo que tenga ganas de reír- irse al salón, ahora os llevaré el desayuno, de mientras iré preparando todo para el ritual.

Me tenso un poco pero intento que no se note, cojo de la mano a Ben y lo llevo al salón, Ben se sienta en el sofá y antes de poder hacer nada me coge de la cintura y me sienta encima suya.

-Creía que habíamos dicho que la sesión de ñoñerias había acabado por hoy- digo en tono irónico, aunque por mi desearía que nunca acabara, dado que nunca mas voy a poder estar con él-.

-Ya pero, no sé, te noto rara, estas tensa, te has descompuesto cuando ha hablado Nathifa,¿ha pasado algo que yo no sepa?- me agarra mas fuerte la cintura, como señal de protección, mientras me retira el pelo de la cara parar mirarme directamente a los ojos-

¿Qué pasa si nadie te ve?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora