Capitulo 27

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Sentía frío. No podía moverme, pero sentía frío alrededor, debajo de mi.

Estaba tumbada en la tierra húmeda. Fui abriendo lentamente los ojos mientras intentaba saber que pasaba al rededor. Escuchaba a personas llorar, pero no sabia quien lo estaba haciendo. Ya no oía los cánticos, ni sentía la calidez de los espíritus. Mientras fui recuperando la conciencia notaba un cuerpo envolviendo el mio, un cuerpo cálido que temblaba, sentía como caía agua en mi cara.

Pude abrir un poco mas los ojos y vi que estaba amaneciendo, que seguíamos en el cementerio. A unos metros estaba Albert y Cecile tirados en el suelo, abrazando a una niña, mientras cesaban sus lagrimas. De pie justo al lado estaba Nathifa acariciando la espalda de Albert para que se calmara.

Moví un poco la cabeza para ver quien me estaba sosteniendo. Era Ben. Estaba tirado en el suelo abrazándome mientras lloraba, con los ojos cerrados mientras murmuraba cosas que no podía entender.

-¿Que ha pasado?- dije en un susurro, me dolía todo el cuerpo, hasta hablar era una agonía-.

En ese momento Ben me miró directamente a los ojos boquiabierto, sentí que ni respiraba. Me levantó la espalda del suelo envolviéndola mas fuerte entre sus brazos. No hablaba, no respiraba, pero las lagrimas no cesaban.

-¿Ann?- dijo en un susurro-¿Eres tu?- dijo mientras me acariciaba la cara con una mano-.

-Eso creo- aun me seguía doliendo la garganta pero me salio la voz mas clara-.

En ese momento para sorpresa de mi, Ben se puso a reír, una risa extraña, pelicular, como si le hubieran contado la cosa mas graciosa del mundo y a la vez la mas desgarradora. Me pillo de imprevisto cuando después de unos segundos de risa me besó en los labios. En ese momento también empecé a llorar también, fue el momento en el que me di cuenta que estaba viva de verdad.

-No me lo puedo creer- no paraba de decir medio gritando, medio susurrando mientras me besaba todo el rostro- estas aquí Ann, estas aquí- me cogió mas abrazándome toda la espalda mientras yo seguía llorando rodeandole el cuello con los brazos-.

Nos permitieron unos minutos mas así hasta que nos relajamos.

-Bienvenida Ann- dijo Nathifa mientras se acercaba y nos ayudaba a levantarnos, Ben no me soltó ni un solo momento- Tenia miedo de lo que pudiera pasar en el mundo de los espíritus y no les convencieras, pero al parecer mi confianza en ti no fue infundadas en vano- me apretó la mano- enhorabuena.

Cecile y Albert empezaron a acercarse a nosotros, con cara de asombro, al parecer ver por primera vez a una chica invisible a veces sorprende. Cecile sin previo aviso fue corriendo hacia mi y me abrazo mientras aun seguía llorando.

-Muchas gracias, has salvado a mi niña- seguía abrazándome temblando cuando Albert la apartó de mi delicadamente-.

-Muchas gracias- fue lo único que consiguió decir Albert, ambos estaban demasiado emocionados-.

Detrás de ellos apareció una chica rubia, con ojos azules, igual de alta que lo podría ser yo. Mejor dicho, como soy yo. Era como ver mi propio reflejo, era Anna con diecisiete años. Eramos dos gotas de agua idénticas.

-Lo has conseguido- y para mi sorpresa ella también se lanzó a abrazarme, y nos pusimos a llorar, pues yo le había salvado la vida, y ambas estábamos agradecidas por ello-.

-Será mejor que nos vayamos de aquí, como los vecinos nos vean de día en el cementerio podría llamar a la policía, ya os daré explicaciones a todos en casa- dijo Nathifa mientras nos indicaba que le siguiéramos-.



Estábamos todos en el salón de su casa, cada uno sentado en un sofá diferente. Aquí si estaba Cassandra que no paraba de llorar e intentar hablar con Anna, pero tenia tantas dudas que era incapaz de que le saliera una palabra de la boca, exactamente como yo estaba. Nikaule sirvió una bandeja de té para todos y se sentó en uno de los sillones para hablar. Yo solo era capaz de concentrarme en el olor de té y en los brazos de Ben envolviéndome, ya con la respiración un poco mas calmada. Pero aun así no me había soltado desde que desperté.

¿Qué pasa si nadie te ve?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora