Ben me alcanzó a los pocos segundos de salir de la casa.
-Eh, tranquila Ann- me rodeó con sus brazos mientras lloraba- todo esto se aclarará no te preocupes- decía mientras me acariciaba el pelo-.
Fuimos andando al coche mientras me calmaba, era ya muy tarde y teníamos que dormir, mi mente al menos necesitaba dormir. Como es un pequeño pueblo de ancianos y lo menos hospitalarios que conozco tuvimos que irnos al coche a dormir. En ese momento me daba igual dormir en el coche o sobre una roca, no me importaba nada.
Había descubierto al fin de donde vengo, y en verdad no existo. Soy el producto del amor de una cría de cuatro años y el castigo de los espíritus. No soy absolutamente nada.
Pienso en todos los días sola, todos esas noches llorando pensando si volvería a ver a mi familia, si tenia una familia. Y ya se cumplieron todas mis sospechas, estaré sola para siempre. Nunca encontraré una madre que me quiera, un padre que me proteja y una hermana que me chinche. Nunca tendré unas navidades llenas de regalos y galletas, nunca tendré unos padres orgullosos al irme a la universidad, nunca tendré nada de nada.
Con ese pensamiento me quedo dormida apoyada en el respaldo del asiento del coche y el sonido de la respiración de Ben.
-Ann, por favor, tenemos que volver con Nikaule, aun tenemos que descubrir muchas cosas-me agarró de la mano- quizá ella sepa la manera de volverte visible.
Eran las siete de la mañana cuando me desperté a gritos con otra pesadilla, solo que no era la misma de siempre. Era yo, metiendo la pobre alma de Anna a esa endemoniada muñeca y robando le la vida con una sonrisa. El verdadero demonio era yo.
Salí del coche y Ben me siguió, no paraba de intentar convencerme de volver a hablar con esa mujer, pero antes desearía morir a volver a verle la cara. La cara de la mujer que me dio esta vida. La mujer que me dejó sola para siempre.
-Te he dicho que no voy a volver a mirarla a la cara, a escuchar ni una palabra suya ni respirar el mismo oxigeno a 10 kilómetros a la redonda- me zafé de su mano y me senté en el suelo con la espalda pegada a una de las casas-.
Ben se arrodilló delante mía poniéndome las manos en las rodillas.
-Ann, por favor escúchame, yo soy el que menos quiere que vuelvas a esa casa con esa bruja, pero necesitas saber mas cosas, necesitas saber el final de esta historia y sobre todo necesitas saber como seguir adelante sabiendo la verdad- me miraba directamente con esos ojos tan dulces que me costaba retirar la mirada para denegar otra vez- por favor-.
-Ben no sabes lo mal que lo he pasado todos estos años sola, sin entender nada-me empezaban a escocer los ojos, las lagrimas se avecinaban- y ahora no puedo recibir toda esta información sin odiarla a ella y odiarme a mi- al fin las lagrimas ganaron la batalla- no voy a ser capaz de superar todo esto sola-me limpié las lagrimas con la palma de la mano-.
-Pero no estas sola Ann, yo estoy contigo, aquí y ahora, y por nada del mundo me voy a ir- se sentó al lado mía y me puso un brazo por encima de los hombros-.
-¿No te da miedo todo esto?-dije sorbiéndome la nariz-.
-Por supuesto, creo que ayer no me desmayé también por miedo de que pensaras de que era un cobarde- me reí y el al ver mi reacción hizo lo mismo- pero lo que más miedo me da es que no sepas toda la verdad de ti y te pases toda tu vida lamentándote de no haber hecho todas las preguntas que querías-me acarició con la otra mano la mejilla-.
-Esta bien-me recosté en su hombro- muchas gracias por apoyarme Ben, de verdad, no se que haría si no estuvieras aquí.
-Probablemente seguirías en tu casa comiendo patatas blandas y viendo programas de televisión malos-le dí un puñetazo en el hombro mientras nos reíamos- venga, será mejor de que vayamos ya, cuanto antes descubramos la verdad antes llegaremos a casa-me tendió la mano para que me levantara y juntos fuimos a la casa de Nikaule-.
-¿Estas seguro que estamos haciendo lo correcto?-dije mientras Ben golpeaba la puerta de la mujer-.
-Por supuesto, cuanto antes sepamos que no me comerás la cabeza como las mantis nos iremos-dijo riendo mientras me apretaba a su costado-.
De repente escuchamos un sonido muy grave, como si se hubieran caído todos los muebles de la casa al suelo. Empezamos a escuchar a Nikaule gritar y Ben de una patada abrió la puerta de la casa.
La anciana estaba tirada en el suelo en medio de un pentagrama con la forma de una estrella de cinco puntas y el dibujo de un hombre en medio señalando con sus extremidades cinco vasijas de madera cada una con; una cerilla ardiendo, agua, tierra y otra vacía con una lamina de cristal tapándolo.
Se había desmayado y no paraba de sangrar por los ojos y la boca.
Intenté reanimarla mientras Ben salia corriendo a pedir ayuda. Nikaule abrió los ojos y me agarró la muñeca.
-Lo he conseguido joven, he solucionado todo lo que provoqué- empezó a toser sangre-.
-¿El que has solucionado?¿que te ha pasado?-intenté levantar le la cabeza para que pudiera respirar mejor pero solo se veía sangre y mas sangre, se ahogaba en ella-.
-Te he liberado querida-me acarició la cara con su mano arrugada- solo tienes que terminar lo que he empezado- empezaba a cerrar los ojos y hablaba en un susurro- tienes que terminarlo.
-¿El que?No lo entiendo-empezó a caerse me lagrimas por las mejillas- por favor abra los ojos, dígame que tengo que hacer.
-Tienes que liberarla-y con ese ultimo susurró cerró los ojos, dejó caer la mano y sucumbió en un sueño eterno-.
Seguía agarrando la cabeza de Nikaule cuando escuché a Ben gritar de tras de mi. No veía nada, estada todo nublado por las lagrimas. Tenia los oídos en taponados y solo era capaz de llorar aun agarrada a la cabeza de la mujer.
La mujer que me había dado la vida.
La mujer que me había enseñado a sobrevivir.
La mujer que me abandonó.
Estaba muerta.
Ben me cogió por los hombros y me levantó de un salto. Tiró de mi para que corriera con él, en ese momento me percaté de lo que estaba pasando.
Todas las casas estaban en llamas y los ancianos estaban pálidos como la cal, todos a los alrededores de la casa de Nikaule. Parecían, por un momento, y si crees en esas cosas, fantasmas.
La ropa se volvió blanco como ellos y los ojos negros azabache. Todas las caras posaban la mirada en Ben y en mi.
-¿Que demonios está pasando?- Ben me tenia sujetado de la mano muy fuerte, tan fuerte que dolía, y me escondida detrás de él-.
Un anciano calvo se acercó a nosotros muy lentamente, como si el simple echo de andar le doliera cada una de sus articulaciones.
-Nikaule ya ha cumplido su cometido, podemos descansar en paz-me miró directamente- gracias querida.
Y así todos los ancianos miraron hacia el cielo y se evaporaron.
Las casas empezaban a explotar una de tras de otra, como si de fuegos artificiales resultase.
Salimos corriendo al coche y nos fuimos lo mas rápido posible antes de acabar carbonizados.
En la lejanía seguía viéndose el Pueblo arder.
-¿Qué a pasado maldita sea Ann?-dijo Ben mientras conducía lo mas rápido que podía-.
-No lo sé, pero lo vamos a averiguar.
Y así, siguiendo la carretera de vuelta a casa, decíamos adiós a un pueblo extraño, de gente extraña, donde había encontrado a mi creadora y había muerto en mis brazos.
Y lo más importante de todo, es que lo había hecho por mi.
Espero que os guste muchísimo, me sigáis comentando y votando y sobre todo disfrutando! Hasta la próxima!
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¿Qué pasa si nadie te ve?
RomanceEsta es mi historia. Me llamo Anna, o eso creo, por que no recuerdo nada sobre mi vida; mi familia, mis amigos, ni siquiera donde esta mi casa. Unos años atrás me desperté de bajo de un puente y cuando fui a pedir ayuda me di cuenta de que nadie...