La noche había caído como una manta de oscuridad. No había gente por las calles, no se escuchaba ningún ruido, nadie hablar, ni siquiera a los pájaros. Parecía que todos se habían encerrado en sus casas, sospechando lo que iba a ocurrir esa noche. Les envidié.
Cuando llegamos al cementerio nos acercamos al claro donde estaban todos reunidos. Estábamos rodeados de tumbas y olía a hierva fresca. No sabría decir si estaba mas asustada por el echo de que estábamos rodeados de muertos o por que yo me iba a convertir en una de ellos. Nathifa estaba en el suelo terminando de dibujar el pentagrama cuando nos pusimos a su lado, sentía la mano de Ben apretada con fuerza a la mía. Albert y Cecile estaban juntos alejados a unos pasos de nosotros, por raro que pareciera, estaban agarrados de las manos mientras sopesaban lo que iba a suceder. La pequeña Cassandra no estaba por ninguna parte, normal, la dejarían con el tío de Albert, yo tampoco querría que mi hija presenciara algo así.
-Ya estamos listos, cuando quieras, puedes meterte dentro del pentagrama- dijo Nathifa mientras se ponía de pie al rededor del extraño dibujo- nosotros tenemos que rodearla con las manos sujetas.
Agarré con fuerza la mano de Ben antes de soltarme de él y adentrarme en el pentagrama, mientras todos me miraban mientras hacían un circulo alrededor mía. Como en la casa de Nikaule, estaba todo igual, era verdad que Nathifa decía que sabia hacerlo, lo colocó exactamente igual que ella. Cada cuenco con sus respectivos contenidos en cada sitio. Las lineas del pentagrama perfectamente dibujado. Empecé a temblar.
-Ann- habló Nathifa- vamos a empezar ya, solo quería advertirte que lo mas seguro es que cuando estemos en el comienzo empezaras a marearte, incluso llegue la posibilidad de que te desmayes- me miró directamente a los ojos, con una mirada fría- pase lo que pase, mantente tranquila, y sigue a los espíritus- cerró los ojos y no dijo nada mas, no sabia si eso se refería a que cuando muriera siguiera los espíritus a la luz o algo así, pero le haría caso con todo lo que me dijera-.
Cecile colocó la muñeca justo a mis pies tal como le indicaba la bruja y me vi reflejada en sus ojos de cristal, sabia que Anna estaba ahí adentro aunque no pudiera verla, y la iba a salvar pasase lo que pasase. Nathifa me acercó una daga y la agarré con fuerza.
-Necesito que te cortes, no demasiado, no quiero que te desangres- Ben empezó a ponerse blanco- pero tienes que cortarte lo suficiente para hacer un circulo de sangre al rededor de la muñeca, y luego mojarle la cabeza.
Me corté y empecé a sentir el calor de la sangre deslizarse por mi brazo, no me había dolido, quizá estaba tan asustada que todas mis células se quedaron en silencio. Rodee la muñeca a duras penas, intentando no desperdiciar sangre, y cuando ya concluí con eso fui a la cabeza. Unas pocas gotas de sangre cayeron encima del rostro de la muñeca. Esa porcelana blanquecina se quedó oculta tras el espesor de mi sangre oscura. Solté la daga cerca de donde estaba Nathifa y me enderecé tapándome lo cortado con la otra mano, presionando para que dejara de sangrar.
-Ha llegado el momento- Dijo Nathifa cuando empezó con esos cánticos, esos de los que yo no sabia nada, y a la vez me provocaban tanto terror-.
Instintivamente mi mirada se posó en el rostro de Ben, intentando memorizar cada centímetro de él. Nathifa siguió con los cánticos y yo los sentía aun mas fuertes, mas vibrantes, como si no fuera la única que cantaba, como si hubiera todo un pueblo cantando. Escuché como la pareja lloraba, pero yo solo podía prestar atención a Ben, quería que lo ultimo que viera fuera a él, sus ojos. La música empezó a sonar cada vez mas fuerte, cada vez mas alta. Empecé a sentirme mareada, sentía que mi sangre hervía y me tiraba al suelo, como si quisiera escapar de mi. Caí de rodillas sin darme cuenta, chocandome con el suelo. Escuché débilmente quejarse a Ben, pedir por favor que paráramos, que me estaba muriendo. Sinceramente no sabia como se me veía, pero si era tan mal como me sentía, entendía que Ben por fin se diera cuenta de que me estaba muriendo, que me iba a morir. Aun así no aparté mi mirada de la suya. La oscuridad empezó a apoderarse de mi, no tenia fuerzas prácticamente ni para mantener la cabeza alzada. La música ya era un murmullo en mi interior, cada parte de mi cantaba esa canción, cada parte de mi quería seguir la música. Aguanté todo lo que pude mirando a Ben, viendo como se le caían lagrimas por los ojos y me decía que me quería.
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¿Qué pasa si nadie te ve?
RomanceEsta es mi historia. Me llamo Anna, o eso creo, por que no recuerdo nada sobre mi vida; mi familia, mis amigos, ni siquiera donde esta mi casa. Unos años atrás me desperté de bajo de un puente y cuando fui a pedir ayuda me di cuenta de que nadie...