Dulce Tentación

Mi lugar Feliz

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Buenas Noches, mis chocholates! :*

Pos'v Isabella

—¿Que estamos haciendo aquí? —pregunte algo confundida.

Teníamos un pequeño edificio, con una fachada algo extraña. Yo personalmente, no sabia si era un gimnasio o un lugar de entrenamiento.

—Solo vinimos a mejorar ese humor —sonrió socarronamente

—Eso es imposible.

—Ya lo veremos amiga, ya lo veremos — un extraño brillo se dibujo en sus ojos, y si estaba preocupada antes de llegar aquí.

Ahora si que estaba realmente asustada.

—Ven vamos hasta adentro— tomo mi mano y me arrastro adentro de la construcción.

Era un lugar... Verdaderamente amplio y con suficiente chicos en los pasillos. Tenia ventilación !Gracias al cielo! Pero la luz era algo tenue en los pasillos.

Mi escandalosa amiga, quien ahora se debatía por cual lugar ir. Estaba lo suficiente mente concentrada como para darse cuanta que estábamos interfiriendo con el paso de algunas personas quienes nos veían extrañamente.

—Lia...

—Tranquila solo están hablando de nuestros traseros — articulo como si nada — Aah ya se cual es el lugar, ven conmigo.

—¿Tengo alguna otra opcion?

—Realmente... ¡no! — me arrastro escaleras arriba, y cuando al fin dejamos de caminar. Estábamos frente a una puerta de madera, la miro en busca de alguna información conque alimentar algo de tranquilidad en mi, pero solo obtengo un vistazo de sus blancos dientes.

Abrió la puerta  y de inmediato las luces verdaderamente centellastes del lugar nos dejaron algo encandiladas.

Parpadeo un par de veces para adaptarme a la luz, y ante mi se encontraba una cancha pequeña de basquet y un grupo de chicos que observaban el partido desde una bancas ubicadas  a los laterales.

Pasamos hasta adentro, y caminamos por un pasillo del cual colgaban algunas mallas, hasta ubicarnos en unos asientos en la tercera fila.

Trague fuerte al verlo, estaba sudado y corriendo entre el grupo de chicos. No se si eran tonterías mías pero sentía que no lo había visto en años.

Mi corazón se aceleró de una manera tan extraña para mi, hasta que el llego. Mis manos hormigueaban y en mi estomago había una Batalla naval de emociones que se sentía... bien.

Estaba feliz de ver esa faceta de Logan, mi logan. Se veía feliz, tranquilo y de verdad me sentí aliviada. Es decir, no quería que estuviera triste, solo porque mis emociones me traicionaban y era tan egoísta como para no notar que el también sufría.

Logan siempre fue sincero conmigo, siempre supo que sería difícil. Pero... Aun así decidió intentarlo y no salir huyendo como yo lo hacia frecuentemente.

Las tibias manos de mi mejor amiga, apretaron las mías de una manera tan sutil... Que podía sentir la carga emocional de ese gesto. Quería que supiera que estaría allí para mi, y no lo dude.

—No pueden estar el uno sin el otro, se necesitan Isa y tu lo sabes. — claro que lo sabia, lo supe desde hace mucho.

Asenti y trate de calmar mis emociones. No recuerdo en que momento me suavice tanto, pero logan hacia confundir a mi corazón de una manera tan extraordinaria. Que me parecía algo maravilloso.

Me gustaba sentirme así de viva, y todo gracias a el.

El pitaso final se dejo escuchar dejando al equipo de logan como ganador, las personas a nuestro alrededor aplaudieron y creo que nunca había estado tan feliz de ver a hombres sudorosos jugar basquet.

Lía agitaba su mano, con movimientos rápidos sobre ella para llamar la atención Hary. Quien ahora junto con Logan estaban siendo rodeados por chicas bastante guapas.

No me gustaba la idea de chicas sobre mi hombre así ayudé a Lía a caminar hasta abajo par acercarnos hasta ellos.

¿Estaba nerviosa?
¡Dios, claro que si! Mis piernas temblaban como gelatina y mis manos, oh no mis manos estaban tan frías que de no saber que era a causa de Logan estaría preocupada.

—¡Hary! — los dos voltearon hacia nosotros, y mi muy decidida amiga ya estaba en camino a recuperar a su novio.

Sonreí, al ver la cara de confusión de Hary y la cara de posesividad de mi mejor amiga.

Un escalofrío recorrió mi columna vertebral, y sabia a que se debía eso. Aparte la mirada de Lía y Hary y la dirigí hasta Logan.

Una chica pequeña y de buen cuerpo hablaba sin para a su lado, pero nunca dejo de mirarme. Se disculpo con la chica, y se acerco hasta donde yo estaba.

Camino el espacio que nos separaba con seguridad y mucha tranquilidad, sus rostro era impasible. No podía ver nada en sus ojos, solo ese muro invisible que siempre creaba cuando no quería que las cosas empeoraran.

—¿No sabia que jugabas basquet? — solté de la nada.

—Hay muchas cosas de mi que aun no sabes — dijo tranquilo. Mordi mi labio inferior, buscando las palabras correctas para decirle y no parecer una niña inmadura.

—Lo se... Me gustaría saberlas —hable en voz baja— yo no quería huir de ti otra vez.

—Pero lo hiciste...

—Lo se, y lo siento. Soy una terrible persona, que solo piensa en mi. He jugado con tus sentimientos, huyendo y alejándome de ti. Cuando... Cuando... Debería de estar corriendo hacia tus brazos. —respire, estaba roja de eso estaba segura. Pero esto era necesario— Soy una tonta niña, pero... Entiendeme nunca he estado tan enamorada de nadie como lo estoy de ti, y esto duele. Te amo cosita! Y me duele engañar a mi familia y no poder gritarle al mundo que te amo, como a nada. No quiero que estés enojado....

—No lo estoy, Isabella. —levante la cara para mirarle y sus lindos ojos brillaban con un brillo realmente precioso.

—Isabella... Estas usando mi nombre completo. Claro que lo estas.. — reproche.

Su sonrisa se amplio, y camino hasta estar realmente cerca de mi. Paso sus brazos por mi cintura y me atrajo hasta el. El se había convertido en mi lugar feliz, y amaba eso.

—Te llamo Isabella, porque me gusta tu nombre en mis labios. Te llamo Isabella, por Isa o Bella son chicas inmaduras. Pero mi Isabel la la chica que amo es una chica, madura... Capaz de superar cualquier situación y eso no lo hace una niña tonta...

Acerco su rostro al mio, y me beso. No se si por la suplica en mi cara pero lo hizo. Y lo hizo tal como amaba que el me besara. Los silbidos y palabras al aire nos hicieron separar.

Solo que esta vez, mi rostro tenia una sonrisa que no podía manejar.