Amor y otras adicciones

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#NoSeasUnLectorFantasma
#NuevaNovela #Destruyeme

Logan
El dia de ayer había sido un
absoluto desenfreno de emociones, nunca jamas ne habia abierto sentimentalmente a una mujer despues de Camila y hacerlo nuevamente y con Isabella me dejo absolutamente noqueado. 

Camila tenia semanas insistiendo que arreglara las cosas con Isabella, ella sabia muy bien la historia y cuanto me estaba afectando saber que no era mia.

Apesar de lo que ha pasado entre camile y yo estos ultimos años, siento un gran sentimiento de gratitud que en su momento fue amor, pero que ahora no es mas que gratitud. 

Le debia muchas cosas, camile me rescató, me rescato de mi mismo como solo ella pudo a verlo hecho. Mi etapa de rebeldía casi me costo la vida, la tranquilidad de mi madre y mis estudios. Pero gracias a las constantes intromisiónes  de mi madre porque tratará de acomodar lo que me quedaba de mi conocí a Camile.

Nunca, en todo mi tiempo de chico malo habia conocido a una chica que me llegara tanto como ella. Era hermosa, alegré y esa actitud patea culos me dejo absolutamente enamorado.

No fue hasta unas semanas despues de nuestro primer encuentro, que me acerqué hasta ella. Tomando en cuenta que yo estaba en el area de adicciónes y ella en la de terapias emocionales. Era muy difícil toparnos en el enorme complejo.

Llegar hasta ella fue una absoluta prueba de fe, es decir, no era un crio cobarde tenia 17 años y estaba muy seguro de que habia perdido la vergüenza delante de una mujer hacia tiempo, pero saberla en ese lugar por algun tipo de adaptación emocional a la realidad, me hacía tener cuidado. No queria alejarla en el primer intento, asi que armado con mis mejores artimañas y mi mejor sonrisa me prepare para atacar.

Ese mismo dia hablamos hasta tarde, tal parece mi torpe actitud ese dia no la habia alejado. Cosa que me parecio muy dulce ya que haberle tirado su te helado habia sido una completa idiotez de mi parte. No se como sucedió pero desde ese dia nada era mejor que estar con ella, ni las fiestas, ni las bebidas,  ni las mujeres, ni las drogas... ella fue mi salvavidas. Me ayudo a querer ser mejor para ella para protegerla lástima que eso no duraria el tiempo que pense.

Enterarme que tenia cancer en los pulmones no fue una Noticia facil de manejar, y menos cuando decidió alejarse de mi. Teniamos 19 años para ese entonces y ella era mi vida. Y no podía hacer nada por ella.

Volvi a beber. A las drogas. Pero eso no ayudo nada, solo logré terminar en una cama de hospital gravemente herido y hacerla alejar mas.

Habian pasado tres meses cuando la vi en el centro comercial, tenia colocado un turbante turquesa y su sonrisa seguia siendo mi delirio. Traté de seguir y alejarme de ella. En fin ella había sido quien me habia dejado, no habia confiado en mi para pelear su batalla como ella la hizo conmigo. 

Me aleje sintiendo miserable, pero para mi sorpresa ella me siguió.  Discutimos un largo rato hasta que no aguanté mas y la besé. Se sentia también volver a tenerla cerca, saberla mia. Pense que me alejaría pero no, estuvimos abrazados un largo tiempo hasta que ya se hizo tarde.

La lleve a mi casa, y alli se quedo hasta que su condición empeoro tiempo despues y tuve que traerla hasta acá.  Camile no tenia padres,  solo contaba con una tia que se habia encargado de ella durante años asi que traerla conmigo habia sido muy facil.

Mama había rogado que llegara donde mi tia, tia a la cuál recordaba poco. No era que nunca la viera, pero despues de que diera a luz misteriosamente habia dejado de venir a casa. Por la tranquilidad de mi madre, accedi. Con camile las cosas llegaron a un punto muerto, ella se negaba a ser una molestia o una carga para mi. Lo unico que la hizo venir conmigo fue el simple hecho de que accedi a solo ser amigos.  Compañeros. Eso me partió el corazón pero su salud era mi prioridad y nunca dejaria de serla.

Deje a mi madre por ella, y busqué libertad en otro lado solo por ella y descubrirme a mi mismo enamorando de Isabella fue un completo balde de agua fría.

Esa chiquilla se había metido bajo mi piel de una manera que ni yo mismo alcanzaba a entender, estar con ella simplemente bloqueaba cualquier pensamiento que no me dejara en paz...

- Estas muy pensativo el dia de hoy - el rostro de Isabella mostraba preocupación. El dia de ayer, despues de que se habia Ido prácticamente huyendo no habíamos hablado mucho, hasta hoy en la mañana - ¿Pasa algo?

Negué con la cabeza - No. Solo estaba pensando en el ataque sorpresivo de mi madre por venir a visitarme.

Ella sonrió tranquilamente y se acomodo un poco de cabello de tras de la oreja - Solo te extraña y quiere ver a su príncipe - arrugue la nariz -  Esas fueron sus palabras cuando hablo con mama - se excusó.

- Ja.Ja.Ja - rei sin ganas - Muy graciosa ¿no?

- Tu sentido del humor es patético amor - se acercó hasta a mi y besó mis labios - moría por hacer eso.

-Me pasaba lo mismo - dije sonriendo.

Aparcamos frente al aeropuerto y bajamos del coche, fuimos directo al lugar donde se supone mi activa madre nos estaria esperando pero ni rastro de aquella mujer que llamo mama.

- ¿Donde estas? - pregunto bella.

- Hablamos de mama, nunca se sabe con ella - deje escapar un suspiro y la busqué por el lugar con la mirada.

- Quizas llegamos muy tarde y tomo un taxi hasta la casa ¿no crees? - podia ser, tantie mis bolsillos en busca de mi teléfono y maldije al instante por haberlo olvidado en el carro - ¿me presta tu teléfono? - pregunte a Isabella.

- Claro amor - me gustaba que me dijera esi - aqui tienes

Lo tome y marque el número de mama despues de unos cuantos tonos me mando a la contestadora, grandioso mi madre no contestaria.

-No contesta - hable furioso - ¿porque no puede solo esperar en el puto lugar que le indique?

-Ya amor tranquilo - tomo mis mejillas y sonrió - ven vamos al coche y la llamas de tu teléfono - asenti, entrelaze mis dedos con los suyos y los lleve hasta mi boca y le plante un beso. Estábamos apunto de irnos cuando una voz que conocia muy bien dijo mi nombre.

- ¿Pensabais dejarme tirada? - dijo y nos giramos para ver ai madre quien nos dedicó una mirada dolída, paseo su mirada hasta nuestras manos y levantando inquisitivamente su ceja derecha. 

Rápidamente Isabella soltó su agarré en mi mano, a lo que mi madre simplemente sonrió algo divertida...

Dulce TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora